Capítulo XVIII

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Narra Andy

Hoy tenía ensayo con mi banda a las 11:00 am. Pero tengo que ir con Mandy y tratar de arreglar las cosas. No me gusta que este enojada conmigo.

- Voy a la casa de Mandy. Vuelvo en un rato mamá.- Dije terminando de desayunar.
- Está bien, cariño. Me la saludas.- Sin más, salí de mi casa.

Llegue al departamento más rápido de lo que pensé, toque la puerta pero no recibí respuesta. "Que raro" pensé, mire mi reloj y eran las 9:50, es algo temprano como para que no esté nadie en casa. Volví a tocar la puerta, esta vez un poco más fuerte.
- Diga la contraseña.- Sonreí al escuchar la voz del pequeño.
- Soy batman.- De inmediato la puerta se abrió.
- Hola, Andy.- Saludo con una gran sonrisa.
- Hola, enano.- Sacudi un poco su cabello y entre. La televisión estaba prendida, en ella el niño estaba viendo Bob Esponja.
- Eh... Corey, ¿En dónde está tu hermana?- Pregunté al no verla en la sala ni en el comedor o la cocina.
- Aún está dormida.- Gire a verlo. Trataba de bajar la caja de cereal que se encontraba arriba del refrigerador.
- Ven aquí. Te vas a caer.- Lo tome con mis brazos y lo baje del banco con el que trataba alcanzar la caja. Agarre el cereal con facilidad, tome un plato ondo y una cuchara de la alacena, saque la leche del refrigerador y le prepare el cereal.
- Muchas gracias, Andy.- Comenzó a desayunar.
- De nada, pequeño. Iré a ver a tu hermana.-
- Okay.-

Tome la manija y abrí lentamente la puerta, tratando de no hacer ruido. Ella estaba tendida en su cama cubierta completamente con cobijas, podía ver como subían y bajaban las cobijas a causa de su respiración. Me acerqué lentamente, ella estaba girada al lado de la pared, asome mi cabeza para poder verla y asegurarme de que aún dormía. Al ver su rostro vi una fina capa de sudor en ella y un sonrojo intenso en sus mejillas.

-¿Mandy?- Pose mi mano en su frente, la cual estaba muy caliente. Tiene fiebre. Salí de la habitación para ir al baño a buscar un trapo pequeño y humedecerlo.
- ...¿Andy?- Se despertó un poco al sentir lo frío en su frente.
- Hola, dormilona.- Le sonreí dulcemente, era realmente tierna cuando recién despertaba.
- Tks.- Se quejo un poco al tratar de sentarse en su cama.
- Hey. Quédate quieta, tienes fiebre.- Cuando se volvió a acostar boca arriba, note que sus ojos estaban un poco hinchados y rojos. No estaba seguro si estaba así porque estaba enferma y recién se levantaba o sí... había llorado hasta quedarse dormida otra vez.
- Gracias, Andy.- Sujeto sola el trapo en su frente y cerró sus ojos.
-¿Tienes medicina aquí?- No sé mucho sobre medicina pero una aspirina le ayudaría con el dolor de cabeza que seguramente tiene en estos momentos.
- Creo que hay unos medicamentos en el cuarto de... mi madre.- Su semblante cambio completamente al pronunciar las dos últimas palabras. ¿Habrán discutido otra vez?
- Iré por ellos.- Salí otra vez de ahí y fui al cuarto de la señora Elena.
-¿Mi hermana ya despertó?- Pregunto atrás de mi Corey.
- Si. De casualidad sabes dónde tiene tu mamá la medicina.- Le pregunte al no tener idea de donde buscar.
- En el primer cajón del mueble a tu derecha.- Desapareció del marco de la puerta. Fui a donde me indico y, efectivamente, ahí estaba un estuche con varias cajas de medicina. Mientras buscaba las aspirinas me tope con un frasco de pastillas para dormir, no pensé que la señora Elena ocupará de ellas. ¡Bingo! Al fin las encontré.

Iba camino al cuarto con las pastillas y un vaso de agua en mis manos, pero me detuve en la puerta. Corey estaba parado a un lado de la cama sosteniendo la mano de su hermana mientras le decía algo que yo no alcanzaba a entender, Mandy sólo le regaló una débil sonrisa. Me quede ahí parado como idiota admirando aquella hermosa escena.

Debe ser lindo tener un hermano.

No tengo inconveniente alguno al ser hijo único, soy muy feliz con mi familia y todo... pero, algunas veces me preguntaba que se sentiría tener un hermano.

Amor De Niños || Andy Biersack ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora