Amor De Niños || Andy Biersack ||

Capítulo XX

Narra Amanda

No sé cuánto tiempo paso exactamente desde que ella salió de la casa; Mi cuerpo aún arde. La medicina no está haciendo efecto.

Haber llorado no fue la mejor idea. Mi nariz esta tapada por los mocos y tengo que respirar por la boca resecando mi boca y garganta.

Escuche la puerta abrirse. Mire el reloj de la pared.

01: 12 pm

Aún es temprano para que sean Andy y Corey.

- Levántate. Iremos con un doctor.- Ordenó mi mamá abriendo la puerta del cuarto.

Me levanté con un poco de trabajo, tome una chamarra morada y salí de casa acompañada de ella.

Ya en el carro sólo me miró por el retrovisor sin decir una palabra. Fue hasta entonces que reaccione: aún traigo la pijama puesta.

El camino fue silencioso, ni siquiera prendió la radio. El ambiente era tenso. Realmente era incomodo.

Después de un rato llegamos al hospital.

Me senté en lo que mi madre hablaba con la secretaria. La sala de espera es muy amplia, con sillones marrones y una mesa al centro. Personas iban y venían, una que otra posaba su mirada en mi.

Lo sé, me veo terrible.

No sólo me veo... también me siento horrible. No sólo por el hecho de que estoy enferma sino que después de pelear con mamá me siento del asco, tal vez no debí de hablarle de ese modo pero realmente estaba molesta. No entiendo porqué me siento así después de todo lo que le dije... porqué demonios no me siento o recuerdo sentirme así antes de decirle todo eso.

Mi madre dejo de hablar con la secretaria y se sentó a un lado de mi pero lo suficientemente retirada como para que otras 2 personas se pudieran sentar entre nosotras.

01:20 pm

El ensayo de Andy termina como a las 3, todavía tenía tiempo de regresar a casa antes que ellos.

Mi mirada se posó por unos segundos en mi mamá. Estaba ocupada en su celular, lo más probable es que estuviera mensajeandose con su novio.

Narradora

Un suspiro se escapó de los labios de la ojiverde, el cansancio era enorme, no encontraba la manera de que su madre logrará recapacitar sobre su comportamiento tan irresponsable en varias ocasiones. Quizás era tiempo de darse por vencida, ella nunca cambiaría... después de todo continuaría evadiendo el tema de su actitud en cuestión de sus hijos. Una lágrima resbaló por la mejilla de la pequeña.

- Amanda Throne, pase al consultorio 6.- Anuncio la secretaria haciendo que la susodicha y su acompañante se levantarán.

- Buenas tardes, tomen asiento, por favor.- Saludo amablemente un hombre de mediana edad con una bata blanca y lentes.
- Buenas tardes.- Contestaron las dos al mismo tiempo. Ambas se sentaron enfrente de un gran escritorio negro.
- Soy el doctor Thomas Smith. ¿En qué puedo ayudarlas?- Se presentó mostrando una amplia sonrisa.
- Mucho gusto doctor. Bien, le traigo a esta niña que amaneció enferma.- Elena miró a su hija para que continuará diciéndole los síntomas que tenia.
- Eh... amanecí con fiebre y dolor de cabeza... También traigo congestionada la nariz.-
- De acuerdo. Ven para que pueda revisarte.- Se levantó seguido de Mandy, caminarom a donde se encontraba una camilla y la castaña se sentó en ella.
- Alza tu brazo.- Ordenó y colocó un termomentro en la axila de ella por debajo de la ropa.
- Bajalo.- Ahora tomó un estetoscopio y reviso su pulso, después lo colocó en su espalda indicándole que respirará profundo. Después de la revisión y checar su temperatura los dos volvieron a sus lugares.
- 38.3 grados. Eso es muy alto. Ciertamente tienes fiebre y una muy fuerte. Hay mucha mucosa en tus pulmones lo cual es raro en una niña de tu edad. ¿Tienes alguna enfermedad respiratoria?- La pregunta las desconcertó, Amanda nunca había tenido problemas en los pulmones.
- No. Que yo sepa nunca he tenido asma o problemas para respirar.- Contestó de inmediato.
- Está bien, te daré unos medicamentos y volverás en una semana para ver cómo sigues.- Escribió la receta médica y después salieron del consultorio.