Capítulo III

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Al fin llegó el sábado, el día que tanto esperaba Amanda, hoy volvería a ver a Andy.

- Papi, ya despierta.- La dulce voz de la niña despertó al hombre tendido en la gran cama.
- Otros cinco minutos...- Dijo dando la vuelta y acomodándose para poder seguir durmiendo.
- Papi, levantate.- Insistió ella jalando la sabana.
- Ven acá.- Dijo abrazando a su hija para subirla a la cama y acostarla a su lado.
- Papi... Jajaja.- La cubrió con la sabana mientras ella se reía.
- Duermete otro ratito, todavía es temprano.- Dijo con los ojos cerrados.
- Papi, ni sabes que hora es...- Argumento divertida al ver a su padre despeinado.
- Son las 8:30 de la mañana.- Dijo abriendo un ojo.
- Ya es tarde, no voy a alcanzar a ir con Andy.- Su padre la miró serio, no entendía como su pequeña hija de 4 años estaba tan ansiosa de ver a su amigo.
- Te voy a llevar hasta la 4:00 de la tarde, así que si no me dejas dormir no te voy a llevar.- La niña lo miró y cerró rápidamente sus hojos, su padre sólo sonrío y continuó durmiendo.

Cuando su padre se volvió a dormir Mandy abrió sus ojos y comenzó a jugar con su cabello y el de su padre.

Cuando se levantaron los dos desayunaron cereal, Henry comenzó a terminar los últimos detalles de la maqueta que tenía, su hija miraba fascinada a su papá.

A ella siempre le gusto ver a su padre dibujar planos, construir maquetas y crear nuevas herramientas.

La niña fue al despacho de su padre a buscar unos árboles pequeños hechos de plástico para ponerlos en la maqueta.

- Ten papi.- Estiró su pequeño brazo en dirección a su padre.
- Oh, gracias... Ven vamos a comer para después llevarte a la casa de los Biersack.- Él tomó los árboles dejándolos a un lado de la maqueta y fue a calentar la comida.

Después de comer, Henry metió en la cajuela del carro la maqueta.

-¿Para qué es eso, papi?- La niña miraba como su padre anotaba en su brazo izquierdo el número de teléfono de la casa.
- Es por si te llegaras a perder.- Él le contesto bajando la manga de la blusa que traía puesta su hija.
-¿No confías en los papás de Andy?- Preguntó.
- Yo si, tu madre es la que me ha pedido que haga esto.-

Eran las 3:30pm cuando ellos dos ya iban en el carro, al padre de Mandy no le costo trabajo llegar con facilidad a la casa de los Biersack; ya que él al haber estudiado arquitectura, conocía perfectamente las calles de la ciudad e incluso habían descubierto atajos para llegar más rápido, pero aún así tardaron media hora en llegar porque las casas quedaba en los costados opuestos de la ciudad.

- Ya sabes que te tienes que portar bien, obedece a los padres de Andy y ya cuando lleguen al parque, no te separes de ellos, ¿Entendido?- Dijo su padre sin despegar la vista de la carretera.
- Si, papi.- Contestó mirando las casas del vecindario de Andy.

Al llegar a la casa, el señor Biersack los esperaba en la puerta, el padre de Mandy le abrió la puerta y desabrochó el cinturón de seguridad, su hija pudo bajar y camino junto a su padre.

- Buenas tardes, Chris.- Saludo el señor Throne.
- Hola, Henry.- Saludo el padre de Andy. - Hola, Mandy.- Se dirigió a la pequeña.
- Hola, señor Biersack.- Sonrió ella.
-¡Andy! Ya esta aquí Mandy.- Se escuchó la voz de la mamá de Andy, después se asomó a la puerta el niño de ojos azules.
-¡Mandy! Llegaste que bueno.- Dijo el niño con alegría y corrió a abrazar a la niña. El padre de Mandy lo miró serio, escondiendo sus celos de padre y las ganas de apartar al niño de su hija.
- Hola, señor Throne.- El niño saludo al hombre después de soltar a Mandy.
- Hola, Andy.- Le devolvió el saludo. En ese momento sonó su celular, sólo miró la pantalla y lo volvió a guardar en su bolsillo.
- Me tengo que ir, me están esperando en la Universidad. Chris te encargó a mi hija, mi esposa pasará por ella cuando salga de trabajar.- Le informo al señor B.
- No te preocupes, Henry. Tu hija estará segura y lo más seguro es que llegaremos a más tardar a las 7:00 pm.- Dijo el castaño.
- Bien, nos vemos luego.- Se despidió de ambos y se dirigió a su hija.
- Te portas bien, no quiero quejas.- Le dio un beso en la frente.
- Si, papi. Te quiero, te veo en la noche.- Le dio un beso en la mejilla y vio como subía a su auto.

- Si quieres podemos ir a jugar al patio trasero, todavía falta esperar a que llegue mi primo.- Sugirió Andy atrás de ella.
- Si, vamos.- Dijo mientras miraba el carro de su padre avanzar, después giro en dirección a Andy y ambos caminaron al patio trasero.

-¡Wow! Tienes una casa del árbol.- Dijo emocionada la niña cuando llegaron.
- Si, ¿Quieres verla?- Andy jaló a Mandy de la mano y la ayudó a subir con cuidado. Ya arriba le mostró uno carros de juguete que tenía ahí, también dos libretas con dibujos de Batman.
-¿Tu los hiciste?- Preguntó ella agarrando una libreta.
- Si, me encanta Batman.- Dijo orgulloso de su obra maestra.
- Esta muy lindo.- Comentó con una sonrisa.
-¿Te gusta dibujar?- Le pregunto dándole un lápiz.
- Si, ¿Qué quieres que dibuje?- Ella se sentó en el piso de madera.
- Dibujanos.- Pidió el sentándose a un lado de ella.
- Ok.- Comenzó a dibujar, primero dibujo a Andy y después a ella, cuando término el dio la libreta a Andy.
- Te quedó muy bien, dibujas mejor que yo.- Admitió él con una sonrisa.
- Gracias.- Dijo la pequeña.

En eso se escuchó la bocina de un carro.
- Debe ser mi primo, vamos.- Ambos niños bajaron y corrieron a la entrada, donde vieron a una señora con un niño castaño que aparentaba tener la misma edad que Andy.

Amor De Niños || Andy Biersack ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora