Tanto Ingui como Kinoi no sabían que no eran humanos, que un poder los hacía ser diferente y también ser de distintos bandos. Ingui, formaba parte de la familia de la oscuridad debido a sus poderes, tanto esa familia como la de la luz, aun siendo lo opuesto, tenían una misión y eran acabar con los wampus para impedir que acabasen con el mundo. Kinoi, formaba parte de los wampus, eran parecidos a los hombres lobos, pero había algo en ellos que los diferenciaban y era aquel tercer ojo situado en su frente que si se abría, podría transformar a cualquiera en uno de ellos. Ambos bandos tenían como misión acabar con el bando contrario, pero había un problema y era que los wampus sólo se enamoraban una vez cuando tenían una conexión muy fuerte con alguien. La luna Mel, aquella luna roja sangrienta, será la que decidirá qué pasará con nuestros dos protagonistas. ¿Te adentras a descubrirlo?