- P-por favor... Te lo ruego... - se arrastraba en el suelo tratando de huir de ese húmedo callejón.
Una pelea que había acabado desde que había comenzado, solo necesitaba matarlo, se acercaba cada vez más al hombre que deseaba escapar, sabía que era su fin.
- ¿Buscas a alguien? - pregunto con burla.
- Deja de jugar con tu comida - escucho unos pasos detrás de él. - Solo mátalo - se acercó más, pasando un brazo en los hombros de su amigo, había mucha confianza.
- N-no... Po-por fa-favor... Te lo ruego... - las lágrimas de la víctima salieron.
Sangre saliendo de sus labios y de su nariz, su mejilla hinchada por los golpes que había recibido, se defendió del ataque pensando que ganaría.
- No pierdas el tiempo - dijo con fastidio, soltándolo, se recargo en la pared, esperando a que lo asesinara para irse, él estaba satisfecho. - Carajo, sé que quieres jugar con él, pero estoy aburrido de esta ciudad y debemos pasar a la siguiente para seguir con nuestro trabajo - sonrió.
- N-no... No he hecho nada malo... - se burló del sujeto.
- Eso díselo a esta chica - se acercó al cuerpo sin vida de una estudiante que había asesinado ese demonio, moviéndola un poco para que viera su rostro. - A ver, vamos a preguntarle... - sonrió. - ¿Tú crees que no ha hecho nada malo? - le pregunto al cuerpo y espero su respuesta, viendo el temor en ese demonio que pedía clemencia a su amigo. - Creo que no contesta porque está muerta, sé que eres un demonio, pero ¿Siempre deben mentir...? Mataste a esta chica para comer su alma - le reprendió. - Debes matarlo, tienes que comer, no has comido en semanas... - le dijo a su compañero, recordándole.
- Si... - contestó con voz suave y con un eco grabe, levantó su mano y unas flamas color púrpura aparecieron en cada uno de sus dedos.
- No... N-no lo hagas... Por favor, te lo r-ruego... De... De demonio a demonio... P-por favor... - rogaba.
- No soy un demonio... - sus ojos cambiando, sorprendiendo al demonio queAll Rights Reserved