Una vida esperando la aceptación de la persona que más te debería querer en el mundo, esperar que de su boca salgan unas simples palabras...
Que fueron escuchadas solo cuando se las dedico a otra persona.
Después de vivir toda su vida bajo una menti...
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Después de ese día Yukiko se dedicó a hacer sus deberes pendientes y afortunadamente ahora estaba libre para dedicar todo su esfuerzo a su presentación en la competencia, el único inconveniente era que tenía más sueño de lo usual pero después de todo lo pasado era algo mínimo con lo cual lidear.
Narumi despertó temprano pues tenía la esperanza de que por primera vez Yukiko aceptará acompañarle hasta la escuela.
Sin embargo no fue así — Solucionare mi problema primero, después de ello, iré todas las mañanas a la escuela en tu compañía, lo prometo — La pelinegra extendió su dedo meñique y lo entrelazó al de su hermana quien asintió realmente feliz para despues ver a Yukiko salir de casa.
A mitad de camino el teléfono de la pelinegra sonó, era Shiro así que no hizo más que ignorar la llamada, minutos después sonó debido a Kyoya.
— Buenos días alegría~ — Canturreo la pelinegra — ¿No te parece que el día es muy bello hoy?, Pase por el parque de camino a la escuela y había unos lindos pomerian jugando, la escena realmente me hizo el día.
Kyoya sonrió del otro lado de la línea, imaginando a la joven de buen humor por las calles — Te escuchas realmente feliz.
— Ya no tengo problemas con Hikaru, Syo dijo que me ayudara a demostrar mi inocencia — La voz de la joven realmente estaba ilusionada y su voz la delataba — Aún tengo que hablar con Tamaki y Haruhi pero ¿Sabes?, No tengo miedo de lo que pase sabiendo que confían en mi.
— ¿Dónde estás ahora?.
— Me encuentro a algunas calles de la escuela, ¿Porqué? ¿Estás cerca?.
Kyoya negó — No es buena idea que estés sola, en cuanto llegues busca a Morí, usualmente es el primero en llegar.
— Entendido, igual si me topo a Shiro, correré por mi vida — Las palabras de la joven le sorprendieron y así lo supuso ella por el silencio de Kyoya — N-no es por miedo necesariamente, prefiero evitarla y así evitar agrandar la situación.
— Yukiko.
— ¿Si?.
— No creo necesario que que la evites más, he hablado con ella, claramente negó todo pero sus compañeras ya han accedido a testificar en su contra, al parecer no eras la única que hacía sus deberes.
Yukiko detuvo su andar y sonrió por las palabras del azabache.
— ¡Oh por dios! — Grito — L-lo lamento si te rompí un tímpano o algo así, pero no sabes la alegría que me da en estos momentos, te haré un altar, puedo tatuarme tu nombre si me lo pides, tengo mucho por lo cual agradecerte.
— Hablemos de eso después de que todo esté en calma, no creo que después de que le traicionen, Shiro este muy calmada.
— Quizá no, me habló unos minutos antes que tú, pero no contesté.
