Una vida esperando la aceptación de la persona que más te debería querer en el mundo, esperar que de su boca salgan unas simples palabras...
Que fueron escuchadas solo cuando se las dedico a otra persona.
Después de vivir toda su vida bajo una menti...
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Apenas los rayos del sol salieron, Narumi se alistó para ir al colegio y se dirigió a la cocina, el olor que salía del lugar era delicioso, Yukiko no pudo evitar acercarse y echar un ojo.
—¿Qué haces? — Pregunto la de Gafas.
— No puedes comer chocolate, hice unas galletas de vainilla para compensar mi error — Respondió sacando una bandeja del horno — Aún están calientes pero espero que te gusten.
La pelinegra se sentó en la mesa, mirando los movimientos de Narumi quién pasaba las galletas a una bolsa, para después amarrarla con un lazo.
— Son todas tuyas, me gustaría que las probaras, sobre todo porque no pudiste comer las de antes. — Yukiko tomo la bolsa y la guardo en su mochila, después tomo una de las que sobraba aún en la bandeja.
Narumi esperaba un buen comentario, pues observó la cara de la pelinegra al dar el primer mordisco — No están nada mal — Dijo Yukiko, gracias a ello Narumi soltó un suspiro dando a entender que se sentía aliviada. — ¿Solo por ello te has levantado temprano?, sueles estar dormida cuando yo voy de salida.
La castaña asintió — Me costo levantarme temprano pero valió la pena.
— No probé tus galletas de antes pero sé que estaban deliciosas.
— ¿Cómo sabes eso?.
— Se las di a alguien que si pudo probarlas, le gustaron, en serio.
— Te di un llavero — Menciono avergonzada — Espero te haya gustado.
— Le di un buen uso — Contesto — Por cierto, ¿Dónde lo has comprado?
— Lo hice yo misma, me costó encontrar estambre de los colores exactos — Una sonrisa apenada se mostró en el rostro de la castaña, levantó sus manos frente a ella — No creí que costaría tanto coser — Su mano se podía notar raspada, Yukiko supuso que se dio varios pinchazos con la aguja.
— ¿Solamente para entregar un regalo ese día? — Pregunto Yukiko,
— Si — Narumi pudo notar como las comisuras de la pelinegra subieron un poco, ¿Era una sonrisa?, Narumi se sintió alegre por ello, era la primera vez que casi veía una sonrisa de Yukiko sin que está fuera sarcástica — Me gusta empezar con el pie derecho con las nuevas personas que conozco, vivimos juntas ahora y me gustaría llevarme bien contigo — Por alguna razón la "sonrisa" de Yukiko desapareció.
Ella no respondió.
— ¿Qué te gusta hacer?, Quizás tengamos cosas en común — Narumi saco varias cosas de su mochila — A mí me gusta dibujar, mira — Abrió una libreta mostrando dibujos de paisajes, Yukiko los miro detenidamente, la chica si que tenía talento, parecían fotografías en ves de dibujos, casi acabando las hojas noto un rostro familiar.
