Una vida esperando la aceptación de la persona que más te debería querer en el mundo, esperar que de su boca salgan unas simples palabras...
Que fueron escuchadas solo cuando se las dedico a otra persona.
Después de vivir toda su vida bajo una menti...
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La joven dio un suspiro pesado antes de ingresar al colegio, caminaba por los pasillos evitando a cualquier persona, se encontraba algo paranoica pero era porque ya tenía los suficientes problemas con los que lidear.
No usaba sus pupilentes usuales, el azul de sus ojos era hermoso, la mayoría del tiempo era como ver el cielo oscuro de la noche completamente despejado con una que otra estrella... Sin embargo se encontraban apagados debido a los pensamientos negativos que inundaban su mente.
Camino hasta el patio trasero encontrando su bolso entre los arbustos y después de un par de minutos buscando a Binnie, la campana sonó.
Apenas puso un pie dentro del aula, sintió la mirada de Kyoya analizarle, ella no hizo más que apartar la mirada, por otro lado el pelirrojo y Tamaki le sonrieron avergonzados.
Las primeras clases transcurrieron normal, pero en el descanso la chica sentía como todo su cuerpo dolía nuevamente, era como si le hubieran golpeado de nuevo, quizá no se notaba en su rostro pero su espalda y piernas tenían un montón de moretones.
Tamaki se acercó a ella dudoso — Hola.— Saludo.
— Hola— Ahí nuevamente estaba ese tono desinteresado con el que la conoció, eso le hizo sentir incómodo.
— Yo, bueno, solo te traía a Binnie — El pequeño animal salió del bolsillo del rubio para correr al hombro de su dueña.
Ella le acaricio feliz, agradecía tanto que nada malo le pasará, porque eso hubiera sido lo único que le faltaba para empeorar la situación, el pequeño animal se escondió entre las ropas de la chica.
— Gracias — Dijo al rubio quien asintió rápidamente.
Tamaki buscaba las palabras correctas para sacar el tema pendiente — Sobre lo del otro día...
Sin embargó ella no le dejo continuar — No tienes que decir nada, dejaré de molestarles de ahora en adelante, suerte con la competencia — La chica se levantó de su lugar ignorando los balbuceos de Tamaki.
— No, es solo que, quizá actuamos apresuradamente.
— ¿Quizá? — Murmuró — No importa, olvidemos este tema
Y se fue de ahí.
Aunque a medio pasillo se topo con Honey y Mori.
El pequeño rubio salto hasta sus hombros, Yukiko oculto el dolor e inmediatamente aparto al chico.
— ¡Yuki, que alegría que volvieras! — Expreso Honey, con Mori asintiendo de fondo — Vayamos a comer algo juntos — Pidió.
— No gracias, tengo otras cosas que hacer — "tirarme en el suelo y olvidar el dolor" pensó.
— Ow, se que los chicos fueron malos, pero yo estaré para subirte el ánimo, incluso comeremos tartas de fresa — Propuso.
La chica sonrió de lado por la tierna propuesta de Honey — Está vez pasaré — Menciono agachándose con dificultad para quedar frente al chico — Pero mantenla de pie, quizá otro día.
