Friendship rules | kth,jjk (Rules #1)

Bonus

Son pedazos de capítulos que no subí. Si quieren que suba especificamente uno voten, será como un regalo de navidad ✨

1.
—¿Qué se supone que haces?—preguntó en un susurro, el temor de ser descubiertos quemaba cada parte de mí cuerpo, sonriendo le dejó un casto beso sobre la comisura de su labio.

—Te ayudó príncipe, yo distraigo—murmuro aún cerca de sus labios, deja salir un suspiro tembloroso—, toma lo que necesites.

Le regalo una última sonrisa antes de caminar al mostrador donde un hombre con facciones serias y duras miraba la pequeña televisión donde se proyectaba cada parte de la tienda, me encargo de llamar su atención.

—¿Puedo ayudarte en algo?

Niego suavemente permitiendo que mechones de cabello se desplacen por mi rostro, era hora de mostrar en lo que me convirtió el estúpido e Taehyung. Recargo mis brazos sobre el mostrador inclinándome lo suficiente para quedar a la altura del encargado, traga con fuerza y me mira sorprendido por mi confianza.

—Llevo rato viéndote y a decir verdad me pareciste encantador—por el rabillo de mi ojo doy una rápida mirada a la pantalla y en efectivo Jungkook se encontraba metiendo productos sobre su mochila.

°°°
2.
El vestido ceñido a mi cuerpo era algo totalmente fabuloso, el collar con la inicial de Jungkook era el centro de atención y sin pena alguna lo acomodo al centro, totalmente orgullosa.
Siempre he pensado que el color azul era favorecedor para mí y sin duda no me equivoqué, tomando los tacones negros, salgo de la habitación, las cosquillas por la anticipación de ver a Jungkook en traje me vuelve loca y por un momento pienso en que no deberíamos ir.

—Joder—maldice el pelinegro cuando me ve descender, sus ojos abiertos al igual que su boca. Le sonrío y camino rápido hacia él, rodeando su cintura con mis brazos, los tacones colgando entre mis dedos en su espalda.

—Espero y eso sea bueno—sus manos se escurren por mis caderas, apretándolas gustoso.

—Por una mierda que sí
—su boca cubre la mía y no lo detengo, he de admitir que verlo con aquel traje azul, me ha puesto al mil.

—¿Uno rápido?—sugiero jadeante, un sonido gutural brota de su garganta en forma de afirmación, bajando sus manos por mis muslos, me alza hasta que mis piernas quedan a la altura de sus caderas.