Friendship rules | kth,jjk (Rules #1)

01·•Encantos•·

Pensé que era fuerte ante sus encantos, que equivocada estaba.

•••

Sabía incluso antes de que sus labios se abrieran que era lo que iba a decirme, pues no estaba tan ajena a la situación que solía darse con tanta frecuencia, incluso más de lo que me gustaría; la sonrisa sacarrona no se desvanecía aún cuando notaba que no era el momento para juegos. Humedecí mis labios rápidamente antes de llevarme nuevamente el cigarrillo a la boca, el cual quedaba sólo una pequeña parte de lo que fue hace unos minutos cuando Taehyung lo encendió. El calor se extendió por toda mi boca al igual que el sabor a menta después de darle una calada profunda, tal como sí me estuviera preparado  mentalmente para lo que se avecinaba. Me miraba atento, con aquellos ojos que a simple vista se hacían pasar por inocentes, que sin duda te atrapaban y te envolvían en la locura. Sus ojos junto con su sonrisa era causante de muchos problemas, pues sin dudas son esa clase de dotes que hacen ceder a muchas personas sin siquiera darse cuenta. 

—Conocí a alguien Bae—aún sin atreverme a verlo, suelto el humo con lentitud, dejando que la suavidad palpable roce mis labios resecos y mordidos,  extendiéndose primero por mi rostro para después crear finos hilos de humo que se desvanecían en el aire.

No era para mí ninguna novedad que mencionara algo como aquello, no era discreto y eso me llegaba enfurecer a niveles exorbitantes aún cuando trato de ignorarlo. Con el cigarrillo entre los dedos, presiono la punta contra el cenicero que se encuentra al lado de la cama, apagando la pequeña luz rojiza. Aparto los mechones de cabello de mis rostro y suspiro en un intento de parecer despreocupada.

—¿Acaso necesitas mi aprobación?—cuestiono con burles, repaso con la mirada el gran cuarto del moreno en busca de mi ropa, deteniendola justo en esa parte del suelo donde se encuentran mis bragas y sostén—, no soy tu madre Kim.

Aún con el cuerpo tembloroso me obligo a levantarme de la mullida cama, dejando solo a mi compañía en aquel espacio con las sábanas arrugadas. Recojo las telas entre mis dedos, colocándomela nuevamente sin vacilaciones. La risa ronca pero armoniosa resuena como eco en el gran espacio, como pequeñas vibraciones que siempre me calientan el pecho en un efecto cálido. Tomo los pantalones y la camisa justo a tiempo antes de Taehyung diga algo, pasándolas por los lugares correctos.

—No la necesito, sólo estaba advirtiéndote Bae—ahora soy yo quien ríe con fuerza, ¿esto a qué mierda viene?—, no te atrevas arruinar esto—la seriedad en su voz me hace entender que va en serio, arqueo ambas cejas cuando giro a verlo.

—Nunca lo hago Kim—me encojo de hombros, era la verdad, él era quien me buscaba aún teniendo una relación—, no soy quien siempre llama, cariño.

Esto último pareció enfurecerlo de sobre manera que no dudo un segundo en ponerse de pie y dar grandes zancadas. Levanto la cabeza para poder mirarle cuando está enfrente mío, le sonrío con maldad. Toma con fuerza de mi barbilla con sus dedos, obligándome a verlo directamente a los ojos. Frunzo el ceño, apretando la mandíbula, dejando aun lado mi confianza cuando sus orbes oscuros me miran con intensidad, era un maldito, al parecer no era del todo inmune a lo que él se refería y odiaba que lo supiera. Con una sonrisa pintada en su rostro, me mira por unos segundos antes de borrarla.

—Escúchame bien, Bae—murmura, el tono severo y demandante crea pequeños temblores por todo mi cuerpo, su torso desnudo choca contra el mío, acercando nuestros rostros y permitiendo que nuestras narices se rocen en un irónico mimo—, no sé a qué mierda juegas últimamente, pero hablo en serio.