Friendship rules | kth,jjk (Rules #1)

Extra 1

Relacionado con el capítulo 38.
Contenido para adulto, extra totalmente omitible.

Las cosas parecen ajenas aún cuando vives la experiencia
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Dulce.

Muy dulce.

La boca de Taehyung sabía tan dulce contra la mía que no podía evitar soltar unos cuantos gemidos y llevar mis manos a su cuello para atraerlo mucho más a mi cuerpo. No podía parar, y para ser sincera no creía poder hacerlo. Porque todo sabía a despedida y a algo que supe reconocer como remordimiento, era como sí, fuera aquella primera vez, en la casa de Hoseok, en la que nos dejamos llevar, influenciados por el alcohol y sustancias consumidas sin nuestro consentimiento, pero aun así, se sentía la desesperación por llevarnos algo de todo aquello, un recuerdo de que todo no fue lo suficientemente malo.

—Joder—el murmuro arrastra con el jadeo ronco, sin querer atrasarlo, tomo su labio entre mis dientes, proporcionándole una suave mordida y después una succión que lo hizo perder el control. Taehyung nunca fue suave, es más del tipo intenso que arrasa con todo en busca de sus propias sensaciones, y esta ocasión no es la excepción. Así que, siguiendo con una locura no contenida, refuerza su agarre contra mi cadera, obligándome a retroceder hasta chocar contra la pared de su habitación, y seguro del equilibrio, desliza una de sus manos hasta mi muslo izquierdo, dejando una suave caricia antes de pasar a la parte trasera de ésta y, prácticamente manejándome, la sube lo suficiente para que las partes correctas se toquen en un desesperado movimiento—, vamos Bae, dime qué quieres.

Tensando mi abdomen, me obligo a no responder aquella demanda severa, no quería demostrarle cuanto me afectaba que me hablara de aquella manera, ni mucho menos cuánto me ponía que su voz se tornara unos cuantos tonos más bajos. Jodidamente no quería ser una primeriza por esa vez, porque por más que tratara de parar las reacciones de mi cuerpo, era más evidente que me encontraba vergonzosamente mojada.

—Vamos cariño—me presiona, y exasperado por mi falta de respuesta, deja que sus labios hagan un recorrido terriblemente lento por mi mandíbula hasta llegar contra mi cuello, su lengua tomando partida en el juego de tentaciones, y tan rápido como la humedad se instala, una sensación lasciva e impaciente se instala en mi abdomen—, ¿quieres que sigamos así?—sisea contra mi sensible piel, y sin poder retener el gemido de mis labios, sus dedos se trasladan en una danza divertida hacia mi parte baja—, podemos hacer esto divertido, ¿quieres que baje?—sollozando por la presión, asiento con ímpetu, y sin esperar, baja sus dedos por completo, acariciándome encima de mi ropa interior, aleja su rostro para poder verme. Satisfecho con lo que observa, me permite bajar la pierna para así, poder bajar mi braga y tirarla en alguna parte de la habitación. Sonriendo con altanería, remoja sus labios antes de acercarlos a mi pecho y besar por encima de la tela de mi vestido todo un recorrido morboso hasta mi abdomen. Temblando, no quito mis ojos de la imagen obscena que me hace presenciar, porque la maldición ante la anticipación sale sin planearlo. Se vuelve demasiado cuando sus besos ahora se encuentran contra la parte interna de mis muslos, y sus manos suben mi vestido, dejándome expuesta y a él de rodillas. El sexo oral era una locura, una cima de subidas y bajadas cuando se trataba de Taehyung, le gustaba jugar, tener el control de tus reacciones, llevándote al cielo y dejándote caer en un abismo de éxtasis usando su lengua y labios.

—¿Dónde me quieres?—susurra malicioso, y ya no queriendo retener mis lágrimas de la desesperación, lo miro con mis mejillas calientes. En el sexo siempre fui una descarada pero Taehyung me llevaba la delantera, le encantaba el juego previo, llevarme a mis límites—, se buena—tomando una de mis manos, la coloca sobre su cabeza—, y guíame.

Sin perder un minutos más, hago la suficiente presión para acercar sus labios en mi parte que ansiaba su contacto. Y sintiendo estos por fin tocar, en un suave contacto, mi parte baja, presiono aún más su cabello cuando su lengua hace aparición en la ecuación, ahogándome en un mar de maldiciones y jadeos, mis piernas tiemblan cuando unas succiones se unen para mi destrucción, ahogándome en un placer asfixiante. Y con mi respiración inestable y acelerada, me obligo a suplicar por más.