06·•Cambios y peligro•·

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Me encantaba mentir cuando dolía
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Apenas cierro la puerta el olor a pollo y el sonido estridente de la tele con el canal de un partido de fútbol me invade por completo todos los sentidos, y esto sólo significaba una cosa: mi padre se encontraba sólo porque sin duda mi madre lo estaría obligando haber un canal sobre política mientras comen algo saludable. Deslizó una sonrisa divertida mientras dejo caer mi bolso cerca del sillón.

—Usted se encontrara en graves problemas si su esposa llega—informo seria, no puedo evitar reír al ver a mi padre brincar del susto volteando con rapidez a mi dirección, una mano es colocada sobre su pecho de manera dramática.

—Nahee, por un demonio—exclama azarado, deja la lata de cerveza sobre la pequeña mesa de madera para poder levantarse y cruzar ambos brazos sobre su pecho, acción meramente intimidante y dura, muy bien sé porque está enojado y en mi defensa nunca vi la hora—, se suponía que llegarías temprano.

Me acerco lo suficiente a su cuerpo para inclinarme hacia él y dejar un suave beso sobre su mejilla, acto que suaviza sus facciones.

—No vi la hora, lo siento—murmuro sentándome a un lado de donde él se encontraba hace unos segundos, estiro mi mano al bote que contiene unas cuantas piezas de pollo para tomar una y acercarla a mi boca, desde hace semanas que no como algo grasiento, todo gracias a mi querida madre cuenta calorías—, digamos que mi reloj humano está distraído con su nueva novia.

Relaja su cuerpo entero antes de copiar mis acciones, soltando un quejido y culpando a la edad se acomoda en el sillón. Pasa una de sus brazos por mis hombros acercándome a él, acaricia mi cabello con las puntas de sus dedos.

—Suenas molesta.

—¿Uh? Puf, lo estaría si no estuviera acostumbrada y ese es el problema.

—A veces no decidimos quien nos gusta cariño, y solemos buscar lo peor.

—Sabias palabras, ¿acaso sigues viendo aquel canal de rupturas?

—Atrapado—dice entre risas, besa mi sien antes de parase nuevamente y mirarme malicioso—, y no es lo único bueno que vi, resulta que puedes encontrar variedad de canales y entre ellos, estaba sobre los cambios, ¿que te parece si hago algo por tu aspecto de pateo culos?

Muerdo mi labio mirándolo dudosa, mi padre tendía hacer un desastre cuando se lo proponía pero era el desastre que mi mamá ama.

Cuando mi padre mencionó sobre un cambio no pensé que fuera uno tan drástico.

—Mamá te matará—confirme viéndome nuevamente al espejo, incluso pasando mis dedos entre la hebras de mi cabello no puedo aceptar el echo de que ahora esté sobre mis hombros, muerdo mi labio inferior antes de atreverme a mirarlo—, pensé que sólo cortarías las puntas—apunto, por unos segundos quiero llorar y maldecir por haberle hecho caso a mi atolondrado padre pero por otra parte algo agradable se instala en mi estómago, como un suave cosquilleo lleno de aceptación.

Lo miro encogerse de hombros, en una acción despreocupada, sonriendome perezoso y divertido suelta una risilla.

—Nunca mencioné ser bueno, tu fuiste mi tonta hija que aceptó cortarse el pelo—recoge las tijeras, el suelo del baño tenía los mechones de mi cabello esparcido como virutas, eran tan finos que parecían hilos y algunos tan cortos que se metía entre las líneas del azulejo blanco. Abro la boca para repelar pero la vibración en alguno de mis bolsillos traseros de mi jean hace que me concentre en el aparato.

Suelto una risilla antes de aceptar la llamada entrante.

—Pero si es Jimin el gigoló—anuncio entusiasmada ganandome un gruñido fastidiado por mi castaño amigo, miro a mi padre arquear ambas cejas algo confundido en mi dirección, le doy una sonrisa mientras niego.

—Joder, eres una bocazas—brama, puedo imaginármelo pasar una de sus manos sobre las hebras de su cabello en un acto meramente ansioso y distractivo—, ¿estás sola?

—Uh, sí—murmuro distraída, mi papá me da una última mirada antes de señalar el piso y salir del baño, genial tengo que limpiar y yo no provoque el desastre, bajo la tapadera del retrete sentándome para por fin ser capaz de concentrarme en la voz dulce de Jimin y el ruido al otro lado de la línea—, ¿ahora que sucedió?

—Mas bien que no sucedió, estuve apunto de ser descubierto, sabía que era mala idea...

—¿Por la policía?

—Mierda no, por un maldito esposo—suspiro aliviada, subo ambas piernas cruzándolas acomodandome lo mejor que puedo en el pequeño espacio, esto tomaría algo de tiempo.

Recuerdo perfectamente la primera vez que Jimin me habló de su trabajo para nada moral pero que sin duda le dejaba grandes cantidades de dinero para pagar la matrícula de la universidad y tener un departamento lujoso, fue hace dos años desde que empezó a tener sexo por dinero con mujeres mayores que él y en todo este tiempo, los únicos que sabemos de esto somos Taehyung y yo.

—Pensé que sólo trabajas en las noches nene.

—Con una mierda que lo hago, pero ofreció el doble. Sabes que el departamento no es precisamente barato.

—Exactamente eso es lo que provoca los rumores, Jimin todos saben que tu madre no es rica y que tu trabajo en el café no te permite tal cosa—un pequeño berrinche resonó por el auricular.

—Taehyung me dijo lo mismo, por lo que sugirió que buscará una compañera.

Suelto una carcajada ganandome un sin fin de interrogatorias.

—¿Sabes lo difícil que será? Joder nene pensé que eras listo, nadie querrá pagar tal cantidad de dinero.

—Taehyung lo haría—bufo incrédula, obviamente que él se lo podía permitir.

—Su padre es rico Jimin—digo obvia, percibo el rechinido de la cama al igual que sonido sordo de sus cobijas al ser arrebatadas para después uno mucho más fuerte al que seguramente fue ocasionado al ser esta vez Jimin quien se dejó caer sobre su cama, me levanto de mi asiento improvisado para estirar mi entumecido cuerpo.

—¿Tienes una mejor idea?

—Ninguno inteligente para ti.

—No ayudas—rezonga y es aquí cuando no puedo evitar decirle que soy muy mala para dar consejos.

—Si me das un regalo puedo pensar...

—Olvidalo—me corta amargo.

—Bromeaba tonto, de todas forma me tengo que ir, después podemos seguir hablando sobre las viejas arrugadas de Busan—una carcajada invade ambas líneas, y entre risas y bromas se despide.

Dejo mi celular sobre el lavabo, suspiro con pesadez antes de que nuevamente me obligue a levantar la mirada y verme frente al espejo, era tan estúpido como un simple corte de cabello podía hacerte sentir extraña, al igual que el maquillaje te hacía sentir un poco más segura. Sabía perfectamente que era sentirse insegura, pensar que todo el mundo te ve y se burla a tus espaldas, que un comentario tonto te haga sentir al borde de las lágrimas. Lo sabía porque me encontraba en esa zona hasta que Taehyung me saco de esa mierda deprimente. Le debía tantas cosas.

Pasó mi mano sobre mi cabello, moviéndolo de un lado a otro, en un intento de tomar un ángulo que me agrade lo suficiente para no gritarle a mi padre.

Tal vez esto no sea tan malo.

Friendship rules | kth,jjk (Rules #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora