028·•Verosimil•·

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Tienes el poder de halagarme y hacerme sentir insuficiente

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Podía asegurar que el temblor en mis extremidades se debía a algo más allá que el miedo, era como si de pronto fuera expuesta a una clase de juego en el que el principal objetivo era destruirme. La sequedad en mi boca solo me dejó un indicio más de lo horrorizada que me encontraba con la situación. La rigidez en el cuerpo de Jungkook destellaba incomodidad y vergüenza en la misma pureza que encuentras oro.

El enojo burbujeando apenas si mis ojos chocan con los burlescos de mi amigo. La sonrisa de Taehyung solo me confirmo lo estúpida que fui, dejándome en claro, que el sabía cosas de Jungkook que yo desconocía. Tener conocimiento de lo bajo que ha caído deja un malestar repulsivo en mi paladar.

La vergüenza parecía encender las mejillas del castaño, quien no pudo evitar echar un vistazo a la costosa vestimenta en la que me encontraba, las joyas siendo motivo de la incomodidad y nunca había sentido la terrible necesidad de arrancarme aquellos adornos superficiales.

—Bae, cariño, ¿lo conoces?—la pregunta suave con rastros de curiosidad sale de la boca de la señora Kim; pude notar la tensión en Jungkook y una sonrisa llena de diversión por parte de Taehyung.

Todo se estaba tornando a una respuesta que ni yo misma sabía que tenia derecho de pronunciar, que era una ignorante ante la propiedad que resbalaba y se impregnaba en cada letra. Me sentí sofocada y acorralada, era como sí, Kim Taehyung estuviera a la espera a que negara aquello, a darle el mejor espectáculo de la mímesis.

Entendí la razón de que insistiera tanto en venir, en obligarme a vestirme de esta forma que dejaba en evidencia lo diferentes que éramos de Jungkook. La humillación siendo el centro de todo y una relación fallida siendo el resultado deseado con tanto egoísmo.

Dejando que una sonrisa me invada y dándole un último vistazo a la persona que ahora sería nuestro mesero, me levanto. Con mi corazón palpitando con brusquedad y mis nervios explotando con bombas de burbujas, dejo que el vómito verbal invada mis vocales incluso antes de pensar en las consecuencias de una idea errónea.

—¿Como no voy a conocerlo?—suelto una risilla, alargo mi mano para poder tomar una de Jungkook y jalarlo un poco hacia mí—, señores Kim, les presento a mi novio.

El jadeo sorprendido del pelinegro a mi lado me deja más que satisfecha, la emoción parecía alumbrar los oscuros ojos de Jungkook, quien tan pronto revelé la información que ninguno confirmo, apretó mi mano con suavidad. Dejando que la duda de mis palabras se esfumaran, hace un reverencia ante los padres de Taehyung, quien justo en esos instantes, la diversión ya no brillaba en sus orbes.

—Nosotros pensamos que...—la oración queda incompleta, disminuyendo la voz como si lo que estuvo apunto de revelar entre vacilaciones fuera ahora información sacada de contexto. Pero incluso en esos instantes, no hacia falta que la terminará, pues sus suaves ojos se deslizaron de su hijo hacia mí.

Dejando que una sonrisa me invada, pienso mi siguiente movimiento; podía acabar lo suficientemente mal para terminar la única relación que me quedaba con el moreno.

—¿Taehyung no les ha dicho?—la sorpresa fingida sale con rastros de indignación actuados. Aún sin dirigirle alguna mirada, podía imaginarme el enojo que empezaba a irradiar por cada poro. Siseando una maldición, el estruendo que hace la mesa al ser golpeada con sus puños deja en estupefactos a sus padres.

—Cierra la maldita boca, Bae—escupe con rabia.

—¿Por qué debería hacerlo?—pregunto con burles pero mi voz dejando en evidencia la crueldad en mis acciones. No quería admitirlo, pero la situación dejo un sentimiento amargo por todo mi cuerpo, la traición revelada como juego de un niño de cinco años.

Friendship rules | kth,jjk (Rules #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora