013·•Enfrentamiento•·

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La dualidad era algo tan malditamente atractivo en él.
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-¿Qué infierno haces Bae?-pregunta con la irritación pintada en cada una de sus facciones, con una sonrisa desvergonzada abro la puerta de su coche para poder sacar mi chamarra.

-Tengo una cita cariño-canturreo, mirándome desde el asiento del conductor, su ceño se frunce con profundidad. Sus ojos incrédulos de la veracidad de mi anuncio, lo hace soltar una carcajada. Quitándome mi bolso de la mano, lo bota en la parte trasera.

-Dejate de tonterías, tenemos una cena con mis padres-metiendo la llave, prende el motor de su lujoso carro. Furiosa me inclino lo suficiente para tomar mi bolso, a estas alturas su rostro serio ya no me intimidaba. Los músculos de su mandíbula saltaron a la vista al ejercer la suficiente presión en esa zona, incluso antes de poder sacar mi cuerpo del coche, envuelve su larga mano en mi muñeca con brusquedad-, ¿a que mierda juegas?

-¿A qué juego? Por favor Kim, no me hagas perder mi tiempo-jalo de mi brazo hasta liberarlo de su desapacible toque-, no soy tu novia para acompañarte a las aburridas cenas familiares-siseo antes de salir y cerrar la puerta de golpe. Sin esperar algún movimiento de su parte camino a la parte delantera del edificio, rezando que Jungkook ya se encuentre ahí.

Estoy apunto de llegar cuando el ruido del motor hace que mis nervios se aferren a mis huesos del miedo, el chirrido de las llantas al raspar en el suelo me hace soltar un grito involuntario. Mi corazón latiendo desboconado contra mi pecho, sentía mi boca seca y repentinamente sin aire.

Giro aun con el susto en todo mi cuerpo, por un momento pensé que iba a morir, Taehyung baja el vidrio del coche, sonriendome con malicia, pasa su húmeda lengua entre sus labios.

-No lo diré nuevamente, sube al maldito carro.

Abro la boca dispuesta a mandarlo al maldito infierno, era un maldito demente si pensaba que después de esto iba a subirme, afianzando con fuerza a mis pertenencias, lo miro con severidad. El choque de nuestras personalidades era una situación peligrosa y ambos lo sabíamos.
Pero antes de poder decir cuán ingeniosa palabrería que mi mente maquinó en segundos, la voz grave y seria interrumpe el espacio, quebrando el silencio y dejando estragos de lo que sería un enfrentamiento verbal.

-Deja de jugar Nahee y larguemonos-su comentario fuera de lugar pareció enfurecer más al pelinegro, que sin más, bajo del coche cerrando de un portazo. El comportamiento desinteresado y flojo de Jungkook solo ocasiono que una sonrisa divertida surcara mis labios.

Una risa incrédula y burlona brota del pecho de Taehyung, que miraba de Jungkook a mí, aun sin poder creerse lo que estaba viendo.

-¿Es una maldita broma?-pregunta entre risas, mirándolo directamente a los ojos, supe con firmeza que más allá de estar divertido, se encontraba endemoniadamente furioso y que no falta más que unas cuantas palabras para que el verdadero Taehyung que conocía saliera a la luz. Dejando la fachada de superioridad.

-¿Te parece que estamos riéndonos?-le contesta con otra pregunta, su habla dejando rastros de sorna. Maldición, si antes de esto pensaba que Jungkook era malditamente caliente, la dualidad en su comportamiento empezaba hacer cosas locas en mi sistema.

Mirándolo mejor, supe que, por primera vez, había alguien en este mundo que podía humillar a Taehyung. Y no solo referente a lo físico, Jeon Jungkook estaba mostrando la otra cara que tanto oculta y que empezaba a fascinarme. Y que si él se lo proponía, llegaría a ser superior en muchos aspectos. El reto en sus miradas era incluso algo caliente de ver.

-Suerte en tu cena Kim-digo mientras tomo la mano de Jungkook, entrelazando nuestros dedos. Mostrándole una sonrisa llena de altanería, camino en dirección contraria en la que se encuentra, llevándome conmigo a mi bonita cita, que viéndolo de reojo, parecía tremendamente apenado.

Definitivamente voy a disfrutar de la dualidad.

Cuando nos alejamos lo suficiente de la universidad, separa con lentitud nuestras manos, disminuyendo su paso y limitándose a seguirme, tal como si fuera un niño pequeño que fue regañado. Dejo de caminar cuando llegamos a un restaurante que era mi favorito, un poco costoso, pero que vale la pena cada centavo.

Empujando la puerta, me adentro disfrutando del aroma a comida. Un gemido brota de mis labios, sentía mi paladar anticipar con ansias. Esquivando una que otra mesa, nos dirijo a una mesa apartada.

Sonrío cuando Jungkook con las mejillas sonrojadas se sienta enfrente mío. Tomando con vergüenza la cartilla, le da un furtiva mirada-seguramente a los precios-, sus ojos parecían querer salirse de su lugar al ver, lo que cuesta cada cosa.

-Y-yo no tengo dinero suficiente-dice apenado, se levanta de su asiento, mirándome a través de su largo cabello, me da una leve sonrisa-, busquemos otro lugar.

Tomo su muñeca, jalando lo suficiente para que volviera a sentarse.

-¿Quién dijo que ibas a pagar?-rebusco en mi bolso, y con una sonrisilla brillante, le muestra la tarjeta negra, perteneciente a Taehyung por supuesto. Cuando termina de inspeccionar la tarjeta y llega justo donde se encuentra el nombre, también una sonrisa aparece en sus labios rosados.

Cuando llega el mesero no nos contenemos y pedimos todo lo que se nos antoja, incluso en esos instantes los ojos de mi cita parecían brillar de la emoción. Mirando con indecisión cada plato, Jungkook prueba de cada cosa apenas los platos son puestos en nuestra pequeña mesa, saboreando y dejando que pequeños jadeos salgan de su boca ante cada bocado que da. Quiero reír al ver sus mejillas abultadas por la cantidad de comida que metió.

-Podrías ahogarte, para.

Niega sin pensarlo dos veces y vuelve a tomar otra porción de arroz con sus palillos, levantando su cabeza en mi dirección, trata de masticar lo más rápido que puede antes de hablar.

-¿Crees que pueda llevarme lo que sobre?-no mentiré y diré que su pregunta no me saco de balance, comúnmente Taehyung era de dejar las sobras, pero tal pareciera que Jungkook tenía otros planes para la comida-, estoy seguro que mi hermana morirá al probar esto.

Apoyo mi codo en la mesa para poder recarga mi mentón en la palma de mi mano, verlo comer de aquella forma me llenó incluso a mí. Le sonrío en respuesta, a la vez que hago un sonidillo afirmativo.

-Podemos pedir más.

Tal vez esto era un juego, pero he de admitir que empezaba a gustarme Jungkook.

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Ya saben, si hay algún error, comentenlo❤️
Una pregunta, ¿creen que debería inscribir está novela a los Wattys? Sé que perderemos, pero la emoción es lo que cuenta.

Friendship rules | kth,jjk (Rules #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora