El mismo cielo✅

Por primera vez

Dolly

El corazón comenzó a latir rápidamente cuando los dedos de Maximus tocaron la piel de mi brazo y odiaba aquella maldita sensación, la que delataba mi sentir por él, la que me gritaba que aunque intentara negarlo él me gustaba demasiado. No pude mirarlo a los ojos, solo clavé la mirada en su mano y éste la apartó rápidamente, pero la sensación de libertad duró muy poco, porque su siguiente movimiento me cortó la respiración.

Me tomo de la mano y me llevo muy cerca de él, el pasillo estaba desolado, pero sabía que no tardarían en asomar la cabeza y al parecer Maximus me había leído el pensamiento, porque me arrastro hacia uno de los salones que se encontraban desocupados. Sabía que no era la mejor de las ideas, pero aún así agradecí estar en la privacidad de aquel espacio.

—Dolly—pero levante la mano para que no hablara.

—Si lo que va a salir de tu boca provocara que me enoje, mejor no lo digas —cruce los brazos sobre el pecho, mientras Maximus pasaba la mano por su cabello en señal de frustración y sabía que no venía al caso, pero verlo hacer aquello fue malditamente sexy.

—Me gustas de verdad Dolly Faster—Ni siquiera me miró cuando dijo aquello y lo tomé como una maldita broma, le di la espalda e intente salir de aquel salón, pero llego a mi lado en fracciones de segundo, algo que me recordó la escena de un libro que leí, pero claro que el chico a mi lado no era ningún ser extraordinario.

—No voy a soportar tus estupideces—dije con molestia y Maximus me obligó mirarle a los ojos.

Y nos quedamos así por un largo momento, mirándonos el uno al otro y la atmósfera cambió radicalmente a nuestro alrededor. Maximus terminó con la distancia que nos separaba y apartó un mechón de cabello que caía sobre mi frente, desde aquí su rostro se veía realmente hermoso y la perfecta simetría de sus labios me cautivo, ya los había besado, pero nunca me había detenido a contemplarlos estaba muy ocupada negando que el chico frente a mí me gustaba, me gustaba tanto que sentía que el corazón se me saldría del pecho.

—¿Seguiremos negándolo?—pregunto y yo sabía de qué hablaba, pero no iba admitirlo.

—¿Qué?—dije con tono brusco y él me tomó con más firmeza por la cintura.

—Me estoy volviendo loco Dolly Faster, cada día te me clavas más aquí— señalo con su dedo índice mi corazón, toco mi pecho haciéndome sentir que en cualquier momento podría salir corriendo de allí.

—Eres malo para mí Maximus Blake— dije sintiendo un gran nudo en la garganta—Y yo no soy buena para ti— Aquel juego de palabras sabía lo había perturbado, pude notarlo por la mueca que hizo con su rostro.

—Entonces seamos malos el uno para el otro, pero juntos Dolly, así como estamos ahora—su propuesta era demasiado tentadora y cuando inclino el rostro para besarme, no lo impedi.

Los labios de Maximus eran realmente una tentación difícil de rechazar y ya mi cuerpo le gritaba que lo quería y deseaba, él lo sabía, negarlo solo sería por puro instinto, porque a pesar de estar distanciados siempre lo observaba. Era una maldita manía, desde aquel beso en la playa no podía sacarlo de mi cabeza, por más que me obligaba a no sentir nada por él, me obligaba a pensar en James, pero al parecer lo que había sentido por aquel chico comenzaba a tener un reemplazo. El beso termino y no pude abrir los ojos, me sentía avergonzada, pero no era siquiera por el hecho en sí, demasiadas cosas daban vueltas en mi cabeza.

—Vamos juntos al baile —dije acariciando mi rostro con sus manos, abrí los ojos despacio y me perdí en los suyos.

—¿Y Lisa perra Martínez?—pregunté y sabía que el tono de mi voz había cambiado, pero un ruido en la puerta me hizo poner distancia de él y cambiar radicalmente mi actitud.

—¿Qué hacen ustedes dos aquí?—La profesora West nos miró de manera sospechosa y Maximus la miró con fastidio.

—No te importa perra—Maximus me tomó del brazo y me sacó de aquel salón sin soltarme y por primera vez no quería que lo hiciera.