Amor de mi corazón

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Dolly

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Dolly

Contemplando el horizonte rememoraba todas las cosas por las que había pasado el último año y mi afán por volver al chico que en verdad me gustaba. Había decido amar a Maximus, por el simple hecho de que aunque nunca se lo dije me sentí completa junto a él, se volvían a unir los pedazos de mi vida rota. Se convirtió en la bandita de mi herida, esa que había dejado la muerte de James. Porque aunque empezamos con mal pie, la verdad era que aquel había sido el inicio de este sentimiento. Maximus se me había metido bajo la piel.

Las olas golpeaban con fuerza mientras el sol despuntaba en lo más alto y me deje llenar con su calor. Cerré los ojos por un momento y una lágrima se deslizo por mi mejilla seguida por otra y luego otra más. Porque me sentía impotente, quería correr hacia él y decirle todo esto que arañaba dentro de mí, pero me frenaba, porque nunca fui intensa o sentimental, aunque Maximus había provocado que todo aquello saliera de mi interior.

— ¿Dolly?—. Escuche decir detrás de mí. Abrí los ojos despacio y me encontré de frente con la mirada de Dylan. Se sacó los auriculares y se colocó a mi lado descansando los brazos sobre los barandales que recorrían en boulevard.

—Dylan—dije algo avergonzada tratando de limpiarme las lágrimas. Las cosas entre él y yo no habían comenzado, pero mucho menos terminado bien. Incluso Sara me había contado que él estuvo involucrado en lo del vídeo la noche del baile.

—Corro por este lado de la ciudad todas las mañanas—se apresuró a decir—Nunca pude disculparme por lo que hice—lleve nuevamente los ojos al mar frente y tome una larga respiración.

—Yo también te debo una disculpa, nunca debí jugar con tus sentimientos. No debí ser una perra contigo—volví a posar la mirada sobre él—Lo siento mucho Dylan—sentí los ojos escocer y le eche la culpa a que estaba en mis días por eso me sentía tan sensible hoy, pero la verdad era que era un remolino por dentro.

—Él te ama—dijo de repente—su corazón es solo tuyo Dolly Faster—no reprimí las lágrimas en aquel momento, porque escucharlo decir aquello provoco que todo dentro de mí se removiera—Aun sigo pensando que eres demasiado buena para él, pero sé que tú también sientes lo mismo por él—la triste sonrisa que adorno su rostro lo decía todo, sin embargo agradecía que hubiese tenido el valor de decirme aquello.

—Gracias Dylan—mi voz se escuchaba ronca. Él extendió su mano y con sus dedos limpio una de mis lágrimas y luego simplemente se colocó nuevamente el auricular y siguió su camino. Y sus palabras me confirmaron que no había sido un error regresar.

***

El lunes por la mañana ya no podía esconderme detrás de las paredes de mi apartamento. Sara preparaba café y me miro en silencio, porque ella me conocía. Dejo la taza humeante delante de mí sobre la encimera. Ella sabía que en el momento que estuviese lista hablaría. Por primera vez en la vida agradecía no estar completamente sola.

— ¿Te sientes mejor?—pregunto—digo, de tus cólicos menstruales—puntualizo—se giró hacia mí, mientras tomaba un sorbo de su café.

—Si—afirme aunque no sé porque tuve la necesidad de contarle como me sentía realmente—me encontré con Dylan el sábado por la mañana y me dijo algunas cosas, sin embargo todavía siento un mar de distancia entre Maximus y yo—Aparte la mirada de la suya y la lleva a la taza en mis manos.

Sara se acomodó en la silla frente a mí, coloco sus manos sobre las mías y a mi cabeza llegaron los recuerdes del funeral de James, como ella había tenido aquel mismo gesto conmigo.

—No entendía la profundidad de lo que sentían el uno por el otro., no hasta el día del baile cuando vi su rostro al entregarle la carta que le dejaste—la mire con tristeza —incluso se estaciono frente a la casa todos los días aquel verano esperando que regresaras, pero yo sabía que tuviste tus razones al marcharte, que necesitabas cerrar el capítulo de James en tu vida. No podía simplemente darle falsas esperanzas.

Asentí en confirmación y sentí que mis manos comenzaban a temblar, porque enterarme de todo aquello me sobrecogía y me hacía poner en el lugar de él.

—Cuando comenzamos la universidad lo vi muchas veces tratar de acercarse a mí y sabía que era para saber sobre ti, aunque al final nunca dijo nada. —lleva la mirada a mis manos y esta apretó las apretó con más fuerza —Si eso no es amor Dolly, no entiendo que lo sea. Así qué Stephanie no puede convertirse en el impedimento para que estén juntos—miro su reloj y se puso rápidamente de pie—ahora debes recomponerte o llegaremos tarde a clases—Y comprendí en aquel momento lo que su mirada me decía. Ya me había tardado demasiado en regresar con el amor de mi corazón. 


El mismo cielo✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora