Maximus
Escuche el rugido del público y me sentí un poco nervioso. Aunque solo de imaginar ver su rostro entre todas aquellas personas me regalaba la serenidad que tanto necesitaba. Trate de concentrarme y nos llamaron para que ocupáramos nuestras posiciones. Mire a las gradas sin poder evitarlo y una enorme sonrisa adorno mi rostro cuando la vi allí entre el gentío. Levanto los pulgares y luego formo un corazón con sus manos. Hoy ganaría esa medalla para ella. Para la mujer que se había hecho dueña de todo mí ser.
Me coloque en mi posición y me baje las lentillas para esperar el silbato. El corazón me latía a mil por horas, sabía que se debía a la adrenalina del momento, sin embargo tenía mi objetivo claro. Había dejado la piel en el agua para estar aquí hoy, incluso desafié a mis superiores para poder tener las cosas que más quería en la vida, entonces tenía que demostrar de que estaba hecho.
Me incline en mi lugar y espere pacientemente aquel sonido y cuando llego no tarde en lanzarme a la piscina. Los gritos eufóricos estallaron aunque a decir verdad los escuchaba como un murmullo lejano. Estaba concentrado en nadar y cuando llegue a la pared y volví para atrás pude escuchar vagamente que gritaban mi nombre. Podía ver que me acercaba a la meta y acelere más el movimiento de mis brazos. Respire aliviado cuando puse la mano y emergí de la piscina, solo para darme cuenta que solo yo había llegado.
—Ganaste Blake—dijo el nadador junto a mí, pero debía ver el resultado en aquella pantalla, tenía que tener la certeza de que aquello era verdad y levante el brazo cuando mi nombre salió en primer lugar.
Lleve la mirada donde se encontraba Dolly y la observe apartar una lagrima de su mejilla, pero nunca se perdió aquella sonrisa en sus labios. Y era que no podía pedirle más a la vida, había cambiado el rumbo de la misma y la recompensa estaba siendo maravillosa. Esperaba con ansias llegar a casa para reclamar mi verdadero premio.
***
Observaba con atención como Dolly caminaba de un lado a otra en la cocina. Sara se había mudado con su novio hacia solo un par de días y mi chica insistió para que dejara la residencia y viniera a vivir con ella ¿cómo podía negarme? Era imposible que le dijera que no y más de la forma tan ardiente en la que había pedido que lo hiciera.
—Aquí está su lasaña señor Blake—la tome por la cintura y la acomode sobre mis piernas. Aquella camisa que llevaba puesta dejaba mucho a la imaginación y es que era lo único que vestía. Deslice las manos por sus piernas y las detuve en su trasero. Dolly Faster no tenía que envidiar nada a nadie. Era simplemente perfecta.
Se colocó a horcajadas y llevo sus labios a mi cuello. Cerré los ojos ante aquella tan excitante sensación y no pude evitar rozar mi erección sobre su sexo. Tendríamos que calentar la lasaña más tarde, porque a decir verdad quería sentir a Dolly nuevo y era que no terminaba de tener todo de ella. No saciaba mis ganas de poseerla.
La levante por el trasero y nos encamine hacia la habitación. No deje de besarla y era que me encantaba el dulce sabor de sus labios y lo suave y delicados que eran. Desde la primera vez que los bese, supe que me volverían loco. La deposite despacio sobre la cama, mientras me deshacía de aquella camisa que vestía. Paso con delicadeza su pie sobre mi erección haciéndome una clara invitación que no podía, ni quería rechazar amaba cada cosa de la mujer que tenía en mis brazos. Desde la mujer en que arqueaba su cuerpo cuando mis manos la tocaban, hasta la forma en que su ceño se fruncía cuando se enojaba.
—Estoy camino al cielo Dolly Faster—susurre sobre sus labios mientras me hacía camino dentro de ella.
—Yo ya estoy en el—afirmo y nos volvimos uno solo sobre aquellas sabanas.
Final
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El mismo cielo✅
Teen FictionCuando Dolly Faster pierde a su novio y mejor amigo James Richie en un accidente automovilístico en el cual ella también estuvo involucrada, queda totalmente destrozada y su vida da un giro inesperado. Se cierra ante todo lo que conoce, la chica her...