Cuando Dolly Faster pierde a su novio y mejor amigo James Richie en un accidente automovilístico en el cual ella también estuvo involucrada, queda totalmente destrozada y su vida da un giro inesperado. Se cierra ante todo lo que conoce, la chica her...
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Maximus
Me quede mirándola fijamente, pero en ningún momento volteo a ver en mi dirección. Su mirada estaba fija en el pedazo de papel que sostenía en la mano y deseaba poder mirar su rostro, ver cual había sido su reacción, pero eso no paso, entonces Dylan entro al salón llamando su atención. Camino hacia ella y la hizo ponerse de pie y cuando acuno su rostro con sus manos sabía lo que pasaría a continuación y paso, mientras yo partía en dos el lápiz que tenía en la mano.
La observe cerrar los ojos y tuve que apartar la mirada para poner a raya mi maldito deseo de partirle la cara a Dylan Sprouse, pero algo debía admitir había hecho bien su jugada y al parecer Dolly no le era para nada indiferente, aunque al final vencía el más fuerte.
— ¡Al fin!—escuche decir a Sara con entusiasmo camino hacia ellos y pude fijarme en que Dolly parecía algo perturbada. Sara les abrazo y parecía que no aguantaba la felicidad, maldita idiota.
—Parece que al fin tenemos nueva parejita—mire a Slider con disgusto por aquel estúpido comentario y no lo soporte. Salí del salón bajo la atenta mirada de todos, necesitaba respirar, necesitaba poner distancia de todos.
***
Siempre que necesitaba pensar me dirigía a una de las playas menos concurridas en Palm Beach, podía sentarme en el boulevard por horas sin siquiera prestar atención a lo que pasaba a mi alrededor y al caer la tarde luego de abandonar la escuela en la mañana e ir a mi casa, necesitaba poner en orden las cosas, la mierda con Dolly me estaba desequilibrando.
Estacione la moto y me senté en aquel banquillo, me lleve un cigarrillo a los labios y deje que la cálida brisa de aquella tarde acariciara mi rostro, entonces cerré los ojos y la imagen de su rostro dio vueltas en mi cabeza, era la primera vez que sentía latir mi corazón por otra persona y me obligaba a negarlo, porque no quería salir lastimado. Abrí los ojos y saque el móvil del bolsillo, no era un tipo de publicar mi mierda en las redes, pero como todo chico de mi edad me gustaba cotillear sobre la vida ajena, entonces vi una publicación de alguien a la que había agregado recientemente.
"Quizás ahora, estemos mirando el mismo cielo"
Mire detrás de mí y era el mismo atardecer que presentaba aquella publicación, busque a mi alrededor como un lunático y en la lejanía mire una cabellera rubia desaliñada ondearse al compás de la brisa, no podía siquiera creer que encontraría tan belleza en una sola imagen. Dolly miraba la puesta de sol recargada de la baranda de seguridad, parecía perdida y triste, no entendí en aquel momento porque podía leer su expresión.
— ¿Coincidencia? —dije cuestionante, Dolly se puso recta y se giró despacio hacia mí.
—Maximus—dijo con aquella voz melodiosa que me empezaba a gustarme, entonces no lo pensé, la tome por la cintura y la lleve muy cerca de mí.
Acune su rostro con la mano que tenía libre y ella seguía mirándome sorprendida, intento apartarse, pero no lo permití, ya estaba allí, me encontraba perdido en aquellos ojos, tendría que hacer más que removerse para apartarme de ella.
—Yo, Dylan—dijo titubeante y contraje el rostro al escuchar el nombre del chico.
—No me digas que no sientes nada—dije acercando mi rostro al de ella de manera tentadora—No me digas que no sientes que el corazón se te va a salir del pecho—y termine con aquella tortura, con aquel pequeño espacio que separaba su boca de la mía y la bese, olvidando por completo que Dylan también la había besado, simplemente me adueñe de sus labios.
