Maximus
Tener aquellos labios rojos tan cerca era una maldita tentación, pero le tenía miedo al rechazo. No sabía si sería capaz de soportar que Dolly me rechazara, ya habíamos pasado demasiado tiempo separados y sabía que la paciencia sería algo fundamental entre nosotros, sin embargo no podía mentirme la había deseado desde la primera vez que bese sus labios. Había soñado con tenerla entre mis brazos tantas noches que ahora no quería dejarla ir.
— ¡Quita tus sucias manos de mi hombre, maldita zorra!—. Dolly se separó de mí y no me contuve a tomarla nuevamente por el brazo, pero esta se soltó de manera brusca y comenzó alejarse. Pude ver la decepción en su mirada y aquello fue un golpe bajo— ¿Qué demonios crees que haces?—prosiguió Stephanie con aquella voz chillona, pero tan cerca era mucho más insoportable.
—Tenemos que hablar—dije un tanto irritado. Debía poner fin aquella relación sin sentido, aunque era muy probable que la chica histérica frente a mí me diera la batalla.
—Oh, claro que tenemos que hablar ¿que hacías abrazando a esa perra Maximus Blake?— no tenía por qué darle explicaciones, pero sabía que debía hacerle entender que esto tenía que llegar a su fin—Estoy esperando...—cruzo los brazos sobre su pecho y observe como algunos curiosos se asomaban.
—Aquí no podemos hablar—dije entre dientes, pero al parecer ella no estaba dispuesta a moverse.
—Quiero que me expliques aquí y hora—miré más allá de ella y tome una larga respiración no era nada bonito lo que tenía que decirle, tampoco sería una disculpa. Pero si eso era lo que quería la complacería.
—Estoy enamorado de esa chica—su rostro se transformó en una mueca de disgusto—Desde hace mucho tiempo y la perdí una vez. No pretendo hacerlo de nuevo—Sara caminaba hacia nosotros y fue imposible no mirar su reacción, aunque esta no se detuvo y se apresuró para poder alcanzar a su prima.
Stephanie estaba como petrificada, quise acercarme, sin embargo ella dio un paso lejos de mí. Nunca quise lastimarla, nunca fue mi intención hacerlo. Pero siempre trate de ser claro con lo que había entre nosotros, aunque con el tiempo ella se había hecho a la idea de que nuestra relación era seria. Mi error fue darle rienda suelta a su imaginación.
—Estás loco si crees que dejare que esa recién llegada me quite lo que es mio, me costó demasiado tenerte conmigo—su mirada había cambiado. Quién me miraba ahora mismo parecía una lunática.
—No hagas esto más difícil, tú no eres así Steph—trate de acercarme nuevamente a ella, pero me dio la espalda y camino de nuevo al interior de la casa. Y en ese momento comprendí que Stephanie me complicaría las cosas.
***
Antes de que el sol saliera aquel sábado me subí a la camioneta y me puse en camino a Palm Beach. No le había prestado la atención necesaria aquella carta, por miedo a lo que Dolly pudiese haber escrito en ella, pero ahora comprendía que quizás no debí ser tan cobarde. Aunque nadie puede juzgarme, estaba dolido porque ella me había abandonado. Por primera vez me había sentido como un verdadero perdedor, dejar ir a Dolly había implicado demasiadas cosas. Estaba perdiendo a la persona que le había devuelto el sentido a mi vida.
—Maximus—dijo mi madre sorprendida en cuanto me vio bajar de la camioneta deje un beso sobre su mejilla y lleve mis pasos hacia mi habitación—Cariño ¿pasa algo?—pregunto con evidente preocupación—Nunca vienes a casa sin avisar—me detuve a mitad de las escaleras y me gire con cuidado hacia ella.
—No pasa nada mamá, solo tengo que buscar algo que deje en mi cuarto—me miro con sospecha, pero sabía que no seguiría cuestionando así que seguí mi camino apresurado para encontrar aquella carta.
Abrí la puerta de mi habitación y en lo primero que me fije fue en la pila de libros que se encontraba sobre mi viejo escritorio. No sé porque, pero algo me llevo directamente en esa dirección. Y en medio de estos se encontraba aquel sobre empolvado, algo estaba jugando a mi favor o quizás no. Me senté sobre la cama y limpie el exceso de sudor que tenía en las manos. Me encontraba nervioso y ansioso mientras el corazón me latía a mil por horas, pero rasgue aquel sobre y saque el pequeño papel doblado perfectamente en cuatro partes. Cerré los ojos antes de abrirle y despacio comencé a desdoblar el papel, sintiendo cada vez más fuertes mis latidos.
El mensaje era corto y preciso y sentí como me sobrecogía con aquellas palabras.
"Solo debes esperarme Maximus Blake y regresare a ti. Te prometo que siempre veremos juntos el mismo cielo"
Me lleve la mano al pecho y sentí mis ojos escocer, porque ella había regresado para cumplir su promesa. Y yo había sido un idiota por no esperarla. Aunque haría todo para volver a enamorarla.
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El mismo cielo✅
Teen FictionCuando Dolly Faster pierde a su novio y mejor amigo James Richie en un accidente automovilístico en el cual ella también estuvo involucrada, queda totalmente destrozada y su vida da un giro inesperado. Se cierra ante todo lo que conoce, la chica her...