❝ HIBERNACIÓN ❞

❄️🐻VEINTISEIS🐻❄️

La oscuridad de la noche y el brillo de las estrellas comenzaba a plasmarse en el cielo. Estaba despejado en aquella noche de invierno.

Una pequeña cena organizada por sus amigos se estaba llevando acabo en el patio de la mansión del azabache, celebrando así el "regreso" del héroe y que su hibernación haya terminado.

Todos trataban de divertirse, sin embargo había un pequeño hilo que les conectaba, sintiendo aquella tensión por la decisión del híbrido. Los héroes sabían que padre e hijo habían hablado, sin embargo nada se había comentado sobre eso y no planeaban preguntar.

Rubius se escondió en el pecho de Vegetta cuando ambos híbridos llegaron al pequeño festejo, recuerda haber soñado muchas veces con él mientras dormía. De una u otra forma, el azabache siempre se encontraba a su lado.

El de ojos morados le tomó de la mano para guiarlo hacia la fogata que habían hecho para no pasar tanto frío, dando una cálida imagen de un cálido hogar.

Todos charlaban animados, excepto Merlon, quien observaba todo en silencio. Su cabeza estaba llena de pensamientos y un mal presagio inundaba su pecho.

Rubius aclaró un poco la garganta, llamando la atención de todos los presentes, el momento de la verdad había llegado.

— Bueno — Comenzó a hablar, estaba nervioso — Como sabrán, papá y yo estuvimos hablando sobre lo que voy a hacer — Todos contuvieron la respiración, su mirada cayó en su padre, quien asistió suavemente dándole su aprobación — He decidido que...— hizo una breve pausa y suspiró — Me iré con mi padre a vivir al norte —.

Los héroes, excepto Fargan, se miraron entre ellos, pálidos, preocupados y alarmados.

— Llevo mucho tiempo en Karmaland y creo que llegó el momento de... ¡Que no, que es broma! — gritó rápidamente al ver que Luzu comenzaba a llorar, se lanzó rápidamente hacia el castaño para abrazarlo — No me voy a ir, Mami Luzu, no puedo irme, este es mi hogar y ustedes son mi familia —.

Los chicos se lanzaron a unirse al abrazo, terminado con Fargan cubriéndolos con sus alas, dando una muy tierna imagen de los héroes.

— Yo ya sabía que mentías pero me alegra mucho que te quedes, rata — dijo Fargan, haciendo reír un poco al híbrido.

— Llegamos a un acuerdo — habló Esben, llamando la atención — Yo vengo cada invierno si él va al norte cada verano — Rubius asintió rápidamente.

— Que haya decidió quedarme no significa que no quiera estar con mi papá — explicó, mientras se separaban del abrazo — Estuvimos separados muchos años y debemos recuperar el tiempo perdido — se acercó al hombre, quien lo envolvió en sus brazos.

— Es lo que le gustaría a Eliza y Raven — dijo el hombre dulcemente.

— Así que lo decidimos así— se encogió suavemente de hombros— Por mi madre y mi hermana —.

— Por la madre patria— soltó Auron, haciendo reír a todos los presentes.

Con pasos tranquilos, el castaño se acercó a Merlon, ocasionando que todos guardaran silencio.

— Merlon — susurró, agachándose para estar a su altura y mirarse a los ojos — ¿Qué opina usted, maestro? — preguntó.

— Sabes perfectamente que siempre has tenido mi apoyo en todas tus decisiones, Rubén — el anciano asintió suavemente, ignorando ese dolor en el pecho. El híbrido asintió emocionado — Entonces ya sabes cuál es mi respuesta —.

Ambos se unieron en un tranquilo abrazo, una sensación de bienestar invadió el pecho de casi todos los presentes, las cosas saldrían bien para todos de ahora en adelante sin duda alguna.

Sin embargo, el mal presentimiento de Merlon no hacía nada más que extenderse y eso le preocupaba, no debía bajar la guardia ni un solo momento, por el bien de Rubén.