Un par de días pasaron con tranquilidad en la bella Karmaland.
Dias de tranquilidad y miedo.
A pesar de sus múltiples intentos de encontrar el cuerpo de Viggo, Esben no encontró rastro algo, llevándolo a su mayor preocupación: el híbrido seguía con vida por algún lado.
La parte buena es que Rubén despertaría pronto, eso lo salvaría de ser vulnerable a un ataque, pues podría defender él mismo.
El híbrido de oso polar le explicó a Vegetta cómo funcionaba la hibernación en Rubius, pues al ser un híbrido de dos tipos de osos, no pasaba las mismas cosas que de una sola especie, dejando unas palabras que entristeció el corazón del azabache.
— Recuerdo cuando le explique cómo funcionaba esto de hibernar a Eliza — sonrió melancólico — Ella nunca había hibernado en su vida y nunca lo hizo de hecho, le prometí que cuando cumpliera 25 y comenzará a hibernar yo estaría ahí para cuidarla de los depredadores — observó las escaleras— Me alegra que Rubén te tenga —.
El híbrido lo había pasado en la cueva en la que solía vivir con la madre de Rubius, ese sería el primer lugar al que lo llevaría para charlar.
Vegetta observaba desde la puerta de la habitación al castaño, su rostro demostraba tranquilidad y le gustaba la calidez que ahora inundaba todo el lugar. Dio unos pasos nerviosos y silenciosos, como si estuviera tomando una siesta y aquello lo fuese a despertar.
Se sentó cuidadosamente a su lado, sonriendo al ver sus suaves facciones, la belleza que portaba el chico era extraordinario para él. Su mano se dirigió a su mejilla, para acariciarla, sintiendo el calor que emanaba el híbrido.
Levemente se inclinó para acercarse a su rostro y depositar un tímido beso en sus labios, suspiró mientras recostaba su cabeza en su pecho, escuchando los leves latidos de su corazón, cerró sus ojos dispuesto a descansar de esa forma pero...
Un sonido llamó su atención.
— No sabía que ahora soy el bello durmiente para que me despertara con un beso — el azabache se levantó de golpe.
Rubius sonreía mientras tallaba sus ojos para pasar a estirar sus brazos y soltar un suspiro.
— ¡Despertaste! — Vegetta exclamó emocionado, ayudando al híbrido a sentarse en la cama.
— Fue una buena siesta — susurró, siendo recibido por los brazos de Vegetta — ¿Cuánto tiempo dormí? —
— Rubén, dormiste 3 años — el híbrido se separó exaltado.
— ¡¿Qué dices?! —
— Estoy bromeando— soltó una leve carcajada antes de besar su mejilla — me alegra tenerte de vuelta, chiqui —.
— Samuel — el azabache se quedó en silencio, pues era rara la ocasión en la que el híbrido le llamaba por su nombre real — ¿Mi papá está aquí verdad? — el héroe contuvo la respiración — ¿Aquí en Karmaland? —.
— ¿Cómo lo sabes? — preguntó, al observar cómo intentaba levantarse, le sujeto para evitar que cayera cuando tembló levemente.
— En algún momento de mis sueños, sentí su olor — respondió, se sentía débil, con pasos lentos comenzó a caminar hacia la puerta, tomando la mano de Vegetta — Quizá no lo recuerde, pero nunca olvidé su aroma —.
— ¿Quieres que lo llame mientras tomas una ducha? — preguntó suavemente para guiarlo hacia el baño, le daba ternura ver sus torpes pasos y cómo se aferraba a él.
— Quisiera hablar con él, con los chicos y con Merlon — Vegetta se tensó un poco, recordando que el híbrido no conocía que aquel hombre era su abuelo.
— De acuerdo, Chiqui — le ayudó a sentarse sobre el baño, mientras soltaba un bostezo — ¿Vas a necesitar ayuda? —
El híbrido se sonrojó levemente — No puedo negar que me des una mano, Triple Duque —.
[C E N SU R A D O]
Una hora después
Esben estaba nervioso, Auron corría detrás del híbrido, pues el se había encargado de buscarlo y avisarle que su hijo había despertado.
Buscarlo fue difícil para el chico, al igual que seguirle el paso.
Pudo sentir el olor de todos los héroes, de Merlon y de Rubén proviniendo de la casa, estaba sumamente nervioso.
Empujó la puerta con suavidad, escuchando un par de risas desde la sala de la mansión.
Contuvo la respiración al entrar a la habitación, la cual se quedó en silencio con su presencia.
Merlon le miraba con recelo, los chicos permanecían curiosos y expectantes, Luzu parecía emocionado.
Justo delante suya, Rubius le miraba sorprendido, Vegetta le dio unas leves palmadas en la espalda, haciendo que se levantara para caminar hacia donde el híbrido.
Las orejas de Esben aparecieron al tenerlo tan cerca — Rubén — susurró y en un rápido movimiento lo atrapó en sus brazos, apretando levemente.
El castaño se tensó un poco por aquel brusco, inhaló un poco, dejando que sus fosas nasales se llenaran de su olor, sin duda era él.
Lentamente respondió el abrazo, sus orejas al igual que su cola, la cual se empezó a mover con rapidez.
— Si eres tú...— susurró en su pecho, sintiendo unas lágrimas rebeldes escapar de sus ojos, las sintió cayendo por sus mejillas soltaba un sollozo — Papá —.
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❝ HIBERNACIÓN ❞
FanfictionEl invierno ha llegado a Karmaland, todo es nieve y diversión para todos. Excepto para Rubius, que cada día parece más cansado y somnoliento; hasta que en la cena de navidad, cae en un profundo sueño. Sus compañeros deberán ayudarlo. EDITANDO El dib...