❄️🐻DIECIOCHO🐻❄️

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— Merlon — Los héroes estaban sorprendidos por la confesión de aquel hombre, unas orejas blancas de oso sobresalieron de su cabeza cuando quitó su capucha de esta — Él es...—

— Eso parece, yo también estoy sorprendido — respondió el anciano — Nunca lo había conocido —.

— ¡Esben! — gritó Vegetta, llamando la atención del intímidamente hombre, inclusive para él — ¡Estamos en el mismo equipo por ahora! — el castaño soltó un gruñido — Quiero proteger a Rubén—.

— ¿Por qué habría de creerte? — respondió con otro gruñido, dirigiendo su mirada a Viggo, cuidando cada uno de sus movimientos.

— ¡Porque él y su hijo son novios, señor! — gritó Auron, recibiendo un pequeño golpe de cabeza parte de Luzu.

— Cuando esto acabe — su espada apuntó hacia Viggo, antes de girarla hacia los héroes— Ustedes me deberán muchas explicaciones, hijo de los De Luque — el azabache se sorprendió un poco, ¿Cómo sabía su apellido?.

Sin previo aviso, Esben saltó hacia los híbridos que estaban dispuestos a atacar, comenzando así la pelea, gruñidos, rugidos y el sonido de las mordidas mortales eran el único cántico que él bosque escuchaba.

Todos siguieron a Esben, luchando con sus espadas, mientras Luzu y Auron subían hacia el tejado, para utilizar sus arcos y derribar a los enemigos desde arriba, así evitar que se acercasen a su hogar.

Alex y Fargan se sentían sumamente nerviosos, pues sabían que si los híbridos de lobo lograsen entrar a la casa, significaba que sus amigos habrían caído y era responsabilidad de ellos evitar a toda costa que entrasen al sótano.

Mangel soltó un grito de dolor cuando una fuerte mordida atrapó su brazo, llamando la atención de cierto pelirrojo.

— ¡Tú! — gritó — ¡Lobo hijo de puta! — el híbrido que aún no soltaba el brazo del pelinegro, giró su rostro hacia donde le llamaban, recibiendo un certero hachazo en la frente, muriendo al instante.

La blanca nieve era manchada, se teñía de un brillante tono carmesí.

Lolito se acercó a grandes zancadas donde Mangel, ayudándole a levantarse — ¿Estás bien, mi niña? —

— Me duele un poco el brazo — dijo con una mueca — Pero gracias, mi niña —.

— Tengo una granada en el bolsillo, ¿quieres hacer lo de las películas? — preguntó mientras mostraba aquel peligroso artefacto.

— Vamoooh— exclamó el de lentes.

Una sonrisa aterradora cubrió el rostro de Lolito, mientras con su boca quitaba el seguro de la granada, sin dejar de mirar a Mangel, la lanzó hacia un grupo de híbridos, asegurándose de que sus compañeros no estuvieran cerca.

Al momento de la explosión, y que la brillante luz de ella resplandecía con fuerza, Lolito se acercó para depositar un suave y necesitado beso en los labios de su amado Mangel, el cual respondió alegremente.

— Eso no se vale — exclamó al separarse — Debiste haberme inclinado así todo romántico como habíamos visto—.

— ¡Busquemos otra granada y hagámoslo otra vez! —.

Viggo comenzaba a desesperarse, su manada estaba cayendo con rapidez, ¿donde había quedado el arduo entrenamiento?

Localizó al azabache luchando ágilmente contra uno de los híbridos, si el líder de los héroes de Karmaland caía, su equipo estaría perdido y serían derrotados con facilidad, apoderándose no solo de la piel del híbrido, sino también de toda la ciudadela.

Sin dudarlo se lanzó hacia el distraído chico, quien solo pudo soltar un quejido de dolor al caer y sentirse atrapado por el gigantesco hombre.

— Se supone que eres el líder, se supone que eres el más fuerte, se supone que tú protegerás Karmaland — dijo burlesco — Eres muy débil para ser un líder verdadero, es por eso que no podrás proteger al chico oso que está dentro de aquella casa—.

— No te dejaré que le pongas una mano encima — Vegetta intentaba luchar, para lanzar a aquel hombre y defenderse, sin embargo el peso y la fuerza que tenía era demasiada a diferencia de la suya, lo atribuyó a que es un híbrido de lobo.

— Todos siempre con la misma respuesta de siempre, que aburridos — dijo con una sonrisa burlona — ¿Quieres que le diga un mensaje de tu parte? Con gusto yo...— de repente su voz de cortó, sus ojos se abrieron, se levantó con cuidado del azabache, mientras observaba su barriga. Un espada atravesada.

Vegetta se levantó rápidamente mientras tomaba su espada y observaba al encargado de aquel acto, la espada de netherite fue retirada del hombre antes de volver a atravesarlo pero en su pecho.

El hombre cayó de rodillas al piso, mientras salía sangre de su boca, Esben miraba como Viggo había caído. La victoria era suya.

Los híbridos de lobo observaron a su líder caer, eso no era bueno, así que decidieron refugiarse y huir hacia el bosque. Sin el líder de la manada, estaban perdidos.

— Esben — el hombre le miró antes de sacar la espada, con un rápido movimiento la clavó en la nieve.

Con lentitud y elegancia se arrodilló delante de ella, mientras colocaba sus manos en el mango de su arma.

Susurró algunas palabras apenas audibles, sin embargo Vegetta pudo percibir su última frase.

—... Eliza, Raven, ya pueden descansar — Vegetta pudo sentir su tristeza y lo entendió todo, aquel hombre estaba sufriendo, había perdido a su esposa e hija, no estaba dispuesto a llevar otra pérdida más.

❝ HIBERNACIÓN ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora