❄️🐻DOS🐻❄️

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21 de diciembre

Era oficialmente invierno, las luces navideñas comenzaban a adornar las casas de los aldeanos, el espíritu y la alegría navideña reinaba Karmaland.

Exceptuando una cabaña muy al este, las luces permanecían completamente apagadas, casi parecía que nadie vivía ahí, pero todos sabían del bello híbrido que habitaba en ese bello lugar.

El castaño dormitaba en su cálida habitación, el ambiente en el lugar era casi perfecto para pasar todo el invierno encerrado, pero su estómago exigía comida, así que intentar seguir durmiendo le parecería imposible.

Con un leve estiramiento, soltó un bostezo, mientras soltó un quejido, un dolor en su boca se presentaba.

- ¿Qué cojones? - se levantó completamente descalzo, para caminar hacia el espejo que colgaba de su baño.

Abrió con esfuerzo su boca, dejando ver sus colmillos, que al parecer habían crecido y eso le ocasionaba las molestias. Tendría que ir con Merlon para revisar sus dientes.

Se despojó de sus ropas, el vello de su cuerpo había crecido considerablemente- Al menos me abrigará un poco- susurró mientras entraba a la bañera, necesitaba "despertar", tenía una misión con sus compañeros, se relajó un rato, lo necesitaba, una buena ducha fría para sentirse al 100% de energía.

Estiró su brazo hacia la tapa del WC, donde se encontraba su móvil para revisar la hora.

11:37

- Oh no - se apresuró a secar su nuevo pelaje y vestirse, la misión era a las 10:30 am, estaba llegando 1 hora tarde.

No era raro que el híbrido de oso llegara tarde a todo, pero una hora es mucho para ello.

Mientras tanto, un azabache nervioso caminaba afuera de su casa, llevaba un buen rato llamándole, pero este no respondía.

Se dirigió a la cámara de cristal incompleta que había construido su compañero, colándose entre la falta de cristales que había para dirigirse a la puerta que se abrió al acercarse.

Lo regañaría más tarde, cualquier intruso podría colarse en su hogar y hacerle daño.

- ¿Rubén? - habló suavemente, escuchó el abrir y cerrar de una puerta con rapidez, un leve "oh no no no no no" se escuchaba de la habitación del híbrido.

- ¿Doblas? - volvió a llamar, para mirar donde estaba la habitación, su rostro se tornó rojo, esperaba no encontrarlo ahí o roncando entre su cama.

Lo que no esperaba era encontrar al híbrido en calzoncillos, buscando entre su montón de ropa algo limpio que ponerse.

Dio un paso hacia atrás, intentando irse o esconderse antes de que lo viera, las orejas del híbrido se movieron lentamente, deteniendo lo que hacía para concentrarse en el sonido.

Se giró lentamente para encontrarse con los ojos amatistas de Vegetta, quien aún permanecía rojo se la vergüenza.

Un tono rojizo cubrió sus mejillas al darse cuenta de que solo portaba sus calzoncillos azules de la suerte - ¡VEGETTA SAL DE AQUÍ! - gritó como sino hubiese un mañana, cubriéndose con una sábana.

- ¡LO SIENTO! - corrió rápidamente quitando de su vista la habitación del híbrido, cubriendo su rostro para ocultar la vergüenza de aquella situación.

Rubius se colocó unos pants negros y una camisa del mismo color con corte tipo A, dejando a la vista sus hombros y sus peludos brazos, realmente no sentía mucho frío, gracias a su pelaje, se colocó sus tenis para salir de su habitación.

- Vegetta - habló firme, pero por dentro su cuerpo temblaba de la vergüenza - ¿Qué haces aquí? -.

Aún dándole la espalda contestó nervioso - No aparecías por ningún lado del pu...pueblo, por lo que me pre...preocupe y decidí venir a buscarte - no quería ver a su compañero, sabía que se vendría a su cabeza la imagen de su cuerpo semi desnudo.

- Lo siento, me he quedado dormido, se me fue la noción del tiempo -.

- No te preocupes, me alegra saber que estás bien - "Cálmate, Vegetta, tranquilízate, ya lo has visto así, recuerda la piscina y la playa, vamos hombre, tú puedes."

- ¿Nos vamos? - preguntó el híbrido.

- Claro, hombre, de igual forma, no te salvarás del regaño de Luzu - ambos soltaron una leve risita.

- Lo sé, De Luque, lo tengo bastante claro -.

- Joder, chaval, ¿no sientes frío? Vas muy... descubierto - un leve sonrojo comenzó a cubrir las mejillas de ambos.

- Mi pelaje ayuda bastante - susurró, agrandando el sonrojo.

- Venga, debemos apresurarnos - dijo el azabache, tomando su mano y comenzando a correr.

- Ok boomer - dijo siguiendo su paso.

❝ HIBERNACIÓN ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora