Rubén no comprendió porque las puertas de su habitación que daba al balcón se encontraban abiertas hasta que sintió un par de manos rodearle con fuerza. Ni siquiera le dio tiempo de reaccionar hasta que aquella fornida figura saltó del balcón hacia los arboles para comenzar a correr por el bosque.
— ¡Déjame ir ahora mismo! — intentaba zafarse del agarre, pero su fuerza comparada con la de aquel hombre le hacía una mala pasada.
— Guarda silencio, pronto te llevaré donde tu madre y hermana — respondió con su voz rasposa.
— Ellas murieron — decir aquello era difícil — Unos cazadores las atraparon cuando era un cachorro —.
— Eso es en parte una mentira, yo las ayude a escapar — aquello sorprendió a Rubius. Eso no podía ser posible... ¿o si? — Ellas huyeron a mi pueblo para salvar sus vidas—.
Rubius sintió como el hombre bajaba la velocidad para parar. Tenía un olor asqueroso a su parecer, sin embargo le causaba cierta curiosidad. ¿Era normal sentirse tan mareado? Pudo notar con rapidez que aquel hombre era un hibrido de lobo.
Negó con suavidad, aquello no podía ser verdad.
— Merlon nunca te lo dijo — habló el hombre rodeando al castaño, caminando a su alrededor — Para ser sinceros, aquel viejo siempre te ocultó todo, moldeando tu vida a su manera —.
Su cabeza había comenzado a doler.
— Nunca te dijo como mantuvo a tu madre encerrada por 18 años — las manos de Viggo se posicionaron en sus hombros — Nunca te dijo como arregló un matrimonio con el padre de tu novio — se acercó a su oído — Nunca te dijo que era tu abuelo — Rubius se sentía abrumado — Nunca te dijo como utilizar tus habilidades de oso —.
Sentía que se caería.
Sentía que se ahogaba.
¿Qué era aquello?
— ¿Te sientes mal? — preguntó — Deberías tomar asiento, no me gustaría que te cayeras y te lastimases—.
— Tengo que volver...— susurró con pesadez — Déjame regresar —.
— Oh, Rubius — sonrió falsamente — Tú nunca podrás volver —.
El hibrido observó como sacaba una pequeña daga, no podría hacer nada, no podía huir ni defenderse.
Sintió que este sería su final, de no haber sido hasta el momento en que un enorme oso saltó hacia ellos, alejando a Viggo del menor. Su visión era borrosa y se dejó caer al suelo, intentando recuperar un poco el aire.
Un rugido ensordecedor llegó a sus orejas, era un grito de ira pura.
— ¿Papá? — susurró mientras levantaba su vista, la cual comenzaba a regresar a la normalidad, intentando ver con claridad al enorme oso.
Sin embargo, aquel no era un oso polar.
Era un oso pardo.
Un oso pardo anciano.
El único oso pardo anciano que conocía y que daría su toda vida por protegerlo era... — ¡Merlon! —.
No entendían lo que decían ambos híbridos, sin embargo el hombre misterioso seguía en su forma humana.
Intentó levantarse, debía huir para ponerse a salvo antes de que Merlon saliera herido.
Escucho un par de zarpazos, rugidos y gruñidos antes de escuchar el sonido de algo, o alguien, siendo atravesado por una espada.
Levantó la mirada alarmado, observando como el oso retrocedía unos pasos.
— ¡Merlon! — gritó cuando el oso pardo cayó, la risa aterrador de Viggo le causó un escalofrío — ¡No! — gritó cuando la espada volvió a atravesar a Merlon.
La sangre comenzó a manchar el manto blanco de la naturaleza.
Rubius había comenzado a llorar. Él no recordaba cómo era transformarse, así cuando sintió su cuerpo llenarse de un ardor infernal, solo pudo gritar, sus ropas se desgarraron, quedando pedazos de ella en el suelo, podía sentir el cambio y el dolor que este le ocasionaba al ser la primera vez desde hace mucho tiempo que se convertía en su otra mitad.
Para ese momento, Vegetta y Esben había localizado la batalla, observando con sorpresa como un grito de dolor entremezclado con un rugido de ira salía con fuerza desde la garganta de Rubius, quien había dejado de ser un humano para unirse a la naturaleza con su parte animal.
La mirada de Esben recayó hacia el cuerpo en el suelo de Merlon, así como a Viggo, quien había cambiado en un segundo. Su lobo era más grande que Rubius.
— Debo ayudarlo — exclamó completamente alarmado sacándose la capa de los hombros — ¡Llama a tus compañeros ahora! — ordenó mientras comenzaba a correr hacia el oso.
Esben, al ser un híbrido que ha cambiado toda su vida, había adquirido aquella ropa especial que poseía para que se escondiera en su pelaje y no se rompiera, no era nada raro que Merlon siguiera portando la suya cuando poco a poco fue cambiando a humano.
Vegetta mando su ubicación con una alerta de emergencia a sus compañeros, deberían llegar en cuestión de minutos. Observó a Esben convertirse en un majestuoso oso polar, su brillante blanco le hacía camuflarse entre la nieve y la tormenta de ella que comenzaba a formarse.
A diferencia de Rubén, su pelaje no era café o blanco, era dorado, un dorado brillante y suave, una mezcla perfecta entre ambas partes de si mismo.
Corrió rápidamente al ver cómo los osos alejaban con zarpazos al lobo, quien permanecía atento a los movimientos del padre e hijo, debía ser cuidadoso, con delicadeza comenzó a arrastrar el cuerpo herido de Merlon, quien jadeó al sentir el dolor nuevamente, no podía dejarlo ahí era peligroso para él.
Esben fue el primer en atacar lanzándose con fuerza hacia el lobo, quien también saltó con la intención de llegar al cuello, Esben al ser un oso experimentado sabía cómo defenderse. Volvió a lanzarse para intentar lanzar al lobo, quien mordió con fuerza sus orejas para soltar y pasar rápidamente a morder su lomo.
Rubén al percatarse de ello, dio un zarpazo para quitarle de encima aquel lobo a su padre, Viggo mostró sus colmillos, Rubén gruñó en respuesta. Esben le tomó con sorpresa lanzándole a un árbol haciendo que se golpease contra el tronco.
Sus compañeros llegaron a tiempo para ver cómo Rubén se le subió encima y atacó directo al cuello del lobo, Viggo intentó zafarse, aterrado cuando sintió los colmillos encajarse, pero Rubén no iba a parar, de un rápido movimiento apretó con fuerza, destrozando su garganta, haciendo que litros de sangre comenzaran a chorrear.
Esben no creía lo que veía, pero estaba pasando: Rubén había asesinado a Viggo.
Penúltimo capítulo
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❝ HIBERNACIÓN ❞
FanfictionEl invierno ha llegado a Karmaland, todo es nieve y diversión para todos. Excepto para Rubius, que cada día parece más cansado y somnoliento; hasta que en la cena de navidad, cae en un profundo sueño. Sus compañeros deberán ayudarlo. EDITANDO El dib...