Dirty Laundry [Drarry]

33. Disaster

—¿En qué piensas?

Harry negó con la cabeza.

—Tonterías.

—¿Tonterías? —le dijo Draco pasando suavemente la yema de sus dedos por el hueso de la cadera del otro.

—Sí... es que. Bueno. Esa vez en el departamento de misterios... Sirius casi muere. Casi, casi... te juro que por un momento pensé- bueno. Solo me acordé de eso. De lo frágil de la existencia.

—¿Qué te fumaste?

—Todavía nada. Pero ya. No sé qué hacer para dejar de pensar.

—Pues...podríamos ir de nuevo. O si quieres hablar de eso te escucho. —le dijo Draco subiendo su mano por el torso de Harry, el cual se rió suave y se acomodó para ponerle las manos en las mejillas, un poco sobre él.

—La verdad no sé... cuál de las dos. Creo que esto está bien. —Harry se quedó apoyado en el pecho de Draco y cerró los ojos mientras éste le acariciaba el cabello.

—Bueno...

—O pues ya- —dijo Harry, entonces se abrió la puerta del dormitorio.

—Ah, creo que están ocupados. —dijo Dean al ver las cortinillas de la cama de Harry cerradas.

—¡Muy ocupados, fuera! —dijo Draco.

—Ugh... lo que faltaba. —se quejó Ron.

—Lo mismo digo. —soltó Harry acomodándose para buscar su ropa.

—¡Ay, vamos! —alegó Dean al ver moverse la cama.

—¡Me estoy vistiendo, enfermito!

Draco comenzó a mover la cama y a aplaudir.

—¡Ya basta! —dijo Ron.

—Ya, ridículo —se rió Harry—. Vístete.

—Pff... —Draco agarró sus cosas y se empezó a vestir con pesadez—. Agh, no tengo ganas. —lo jaló de vuelta y lo abrazó acomodándose.

—Bueno...

—Abrázame... —alegó Draco en un susurro.

—Ven.

Harry de acomodó e invirtieron papeles, Draco apoyándose en su pecho, poniéndose sobre él mientras Harry acariciaba su cabello.

—¿Van a ir a cenar? —preguntó Dean.

—Yo creo que sí. —le contestó Harry.

Draco subió la cabeza para darle un beso en la mandíbula.

—Bueno, nos vemos... —dijo Dean antes de salir.

—Bye...

Al escuchar la puerta, Harry le devolvió el beso.

—Quítate eso. —le dijo Draco jalando de su camisa y acomodándose mejor.

—¡Sigo aquí! —lloriqueó Ron.

—Disfruta el show entonces. —le contestó Draco.

—Deja que se una. —lo molestó Harry.

—Ya quisiera él.

—¿Sí vamos a ir a cenar? Es que tengo hambre pero me siguen temblando las piernas...

—¡SIGO-AQUÍ! —repitió Ron.

—Ay, ya supéralo —Harry abrió un poco la cortina para sentarse en la cama con cuidado, nada más en calzones—. Hasta que te toque, ¿eh? —fue lento hasta el baño y Ron notó todas las marcas que tenía, desde huellas hasta mordiscos y rasguños.