Dirty Laundry [Drarry]

4. Biblioteca

—No veo que se esté dando cuenta.

Habían varias mesas en la sala. Ron, Hermione y Neville estaban en una, los dos primeros miran de frente a otra más allá donde estaban Draco y Harry sentados solos, riéndose y sin parar de hablar.

—Hermione, pareces loca. —le dijo Ron.

—¡Es que ya a penas nos habla! Si se consiguiera novia, definitivamente sería de los que se olvida de sus amigos.

—Y que lo digas, hasta parece que son novios estos dos. Qué asco... ay no, me lo imaginé, ¡qué asco, saca esa imagen de mi cabeza! —lloriqueó Ron, a lo que Hermione le dio con un libro.

—Idiota, ¿por qué tenías que plantearme ese pensamiento? Ahora quiero morir.

Mientras tanto, en la mesa de adelante...

—Ya me aburrí de esta clase. ¿Por qué no vamos al patio y jugamos Pokeking Go? —dijo Draco.

—No podemos salir de la clase y ya. Me sé un juego muy estúpido, yo también me aburrí.

—¿Cuál?

—Bueno, a ver —Harry sacó un cuaderno y lo puso en la última hoja—. Pon tu mano ahí.

—¿Por qué usas cuadernos? —Draco le hizo caso.

—Se me hace más cómodo y practico que un pergamino —le dijo dibujando el contorno de su mano más grande de lo que era—. Ya está. Ahora, dime tres nombres.

—¿Cuáles?

—No sé, de gente que conozcas o lo que sea. Mh... alguien que aprecies, tu crush, una amistad, lo que sea...

—Am... Pansy, Snape y tú.

Harry soltó una risa.

—¿Seguro?

—Ajá, ajá.

Harry anotó.

—Ahora dime tres materiales. Tipo, no sé, oro, Plata... whatever.

—Oro, Plata y... diamante.

—Perfecto... —anotó—. Tres colores.

—Verde, blanco y negro.

—Muy tú —anotó eso también—. Tres lugares. Así como países, o para tomar vacaciones, no sé.

—Mh... Londres... París y... Roma.

—Tres autos o transportes.

—¿Qué es este juego?

—Solo contesta, no te voy a hacer spoiler.

—No sé de autos.

—Bien, carroza, bus y un Ferrari. Ahora tres números. Es lo último.

—Cero, dos y... nueve.

—Uy, bien.  Listo. —anotó lo último.

—¿Y ahora?

—Tu edad.

—¿No que listo?

—Es lo último. —se rio Harry.

—Catorce.

El otro se puso a contar y soltó una carcajada.

—¿Día de cumpleaños?

—Cinco de junio.

—Cinco... del seis... —hizo lo mismo—. Ah, eres Géminis. Qué raro.

—¿Por qué?

—Pensé que eras escorpio. ¿Número favorito? —siguió Harry.