Dirty Laundry [Drarry]

9. Secrets Out

—¿Como no va a haber nada al respecto? Es insólito.

—Bueno, no creo que nos enseñen a cambiar de cuerpo en libros de la escuela... esto debe ser tan ilegal... Tenemos que arreglar esto antes de que nos descubran y nos maten, o peor, que nos expulsen.

—Creo que te afectó de más. —Draco lo miró haciendo una leve mueca.

—Me doy cuenta de que es una cosa tuya esto de tener cara de estar oliendo mierda todo el tiempo. ¿Puedes relajar mi cara? Gracias.

—Ah, ¿le tienes miedo a las arrugas, Potter?

—Aja, no me vayas a arrugar. —le contestó sarcástico.

—Mh. Aah, la puta madre. Es que si seguimos así no solo te voy a arrugar, sino que te voy a sacar canas.

Harry soltó un suspiro y siguió leyendo.

—Oh, Hannah... tell me something nice —comenzó a canturrear en voz baja—. Like flowers and blue skies...

—Quién es Hannah. —le dijo Draco sin levantar la vista del libro.

—Es una canción. No conozco ninguna Hannah.

—¿Qué canción?

Harry carraspeó y se pasó las manos por la cara.

—Agh, es muy raro no tener que usar lentes. Oye, esto es inútil. Tenemos que conseguir ayuda. —le dijo evitando la pregunta.

—¿Sabes donde puede estar la respuesta a esto? En la sección prohibida. Debemos ver cómo podemos llegar hasta ahí sin que nos vean.

Harry se lo quedó viendo mientras tenía todos esos flashbacks de guerra.

—Ni idea como podemos hacer eso. —le dijo negando con la cabeza.

—Ojalá tuviéramos una capa invisible... —suspiró Draco.

—Aja, ¿y donde piensas conseguir una? —dijo Harry apretando los dientes y forzando una sonrisa—. Insisto, fue un accidente, deberíamos conseguir ayuda.

—No necesitamos ayuda, Potter.

—Literalmente necesitamos ayuda. ¿Ves? No puedes resistirte a recibir ayuda con todo. —Harry cerró el libro y no pudo mirarlo mucho, porque realmente se le hacía extraño mirarse a sí mismo.

—Deja eso. Mejor averigüemos cómo podemos ir hasta allá. Quizás en la noche, y si nos descubren decir que somos sonámbulos... —sugirió Draco—. Agh, si tuviéramos algo que nos dijera donde están las demás personas para así saber cuándo escondernos...

Harry lo miró unos momentos.

—¿Soy un chiste para ti?

—O sea, sí, ¿pero a qué viene eso? Concéntrate, Potter. Como solucionamos esto... —Draco le chasqueó los dedos.

—Es hora de ir a cenar... —Harry se levantó y comenzó a cerrar todos los libros.

—¿Y qué se supone que vamos a hacer? —Draco también se levantó.

—Trata de actuar como yo, no sé. No hay mucha diferencia, solo sé más amable.

—Uy, perdón, se me olvida que san Potter es el ser más amable de este planeta.

—Deja de llamarme así. —dijo él mientras salían de la biblioteca.

—¿Y como te digo? ¿Bebé? —se burló el otro.

—Bueno, prácticamente estamos dentro del otro, ya hay confianza. —le contestó Harry en el mismo tono.

—Eso sonó horrible.