Dirty Laundry [Drarry]

5. Yule Ball

La tan aclamada noche del baile llegó al fin. Todos parecían demasiado entusiasmados con el tema, pero Harry no tenía demasiadas ganas, ni siquiera le agradaba tanto su cita.

Salió del baño y vio a Ron alegando frente al espejo, con cara de espanto y dolor. No podía creer lo que estaba viendo, realmente parecía una zanahoria gigante de carnaval.

—¿Qué demonios es eso? —dijo el pelirrojo volteándose.

—Mi ropa de gala... —contestó Harry.

—¡Pero la tuya se ve bien! Sin encaje o un cuello raro...

—¿...gracias? Bueno, la tuya se ve más tradicional. —se acercó un paso.

—¿Tradicional? ¡Es vieja! ¡Me veo como mi tía abuela Tessie! —olió el traje—. Y huelo como mi tía abuela Tessie... —volvió a verse al espejo—. Mátame, Harry.

—Mátame tú primero.

Ambos bajaron, por el momento Harry no veía a Draco y no estaba seguro de querer que lo viera con eso puesto, aunque no fuera nada comparado a lo que estaba usando Ron. Aun así, sentía que le quedaba grande, y por más que haya intentado, no pudo hacer nada con su cabello. Sabía que diría algo al respecto y ya estaba preparando una respuesta en su cabeza.

—Pobre chica. Debe estar en su cuarto hecha un mar de lágrimas. —dijo Ron.

—¿Quién?

—Hermione, por supuesto. Por favor, Harry. ¿Por qué crees que no nos dijo con quien venía?

—Porque nos- porque TE ibas a burlar de ella. Bueno, la vi con Krum en la biblioteca esta semana.

Ron soltó una carcajada.

—¡Ay, por favor! No seas ridículo, Harry. Nadie la invitó. Yo la hubiera traído si no fuera tan orgullosa.

Se encontraron con sus citas abajo. No fue algo muy cómodo de ver, sobre todo por Ron.

—Ahí está, Potter —McGonagall se acercó a ellos—. ¿Están listos usted y la señorita Patil?

—¿Listos, profesora?

—Para bailar, por supuesto. Es tradicional que los tres campeones, en este caso cuatro, abran el baile de navidad. Seguramente se lo dije.

—Am.... no. —dijo con un claro pánico en los ojos.

—Bueno, ahora lo sabe. Y usted, sr. Weasley, pase al gran comedor con la señorita Patil.

—Vamos, entonces. —suspiró Ron sin ganas, para luego irse con ella y McGonagall.

Harry miró a un lado y vio a Cho junto a Cedric saludando a Fleur y su respectiva cita. Ella se veía increíble, se notaba que se había esforzado y se veía radiante, hizo que Harry se arrepintiera de haber dudado tanto y tardar en invitarla, y Cedric... él no le había echado muchas ganas, era él, un poco, muy poco más peinado y un traje blanco y negro y ya. Pero bueno, después de todo, Cedric podría usar un saco de papas y se vería Gucci.

Cho se percató de Harry y le sonrió, no pasó desapercibido el hecho de que estaba mirando como baboso a Cedric, debido a que se movieron sus ojos para ver a Cho y sonreírle. Se tuvo que ir rápido, eso le dio esperanza a Harry de que no se haya notado que no era a ella a quien veía.