-¿Me permite esta pieza?-Aarón me saca de mis pensamientos.
-Hmmm, claro, si no temes que te pise.
-Si bailas perfecto.-No sé si está usando el sarcasmo, o si realmente me esta diciendo la verdad.
-No mientas.-Contesto con una mueca divertida, lo cual hace que suelte una risita. Me lleva a la pista de baile. Pone una mano en mi cintura y sujeta con la otra mi mano, la que no está apoyada en su hombro. Empezamos a movernos al ritmo de la música, lenta y suavemente. Aarón intenta hacerme conversación, pero estoy muy concentrada en intentar no pisarle, así que no escucho ni un cuarto de las cosas que me dice.
-Luces hermosa.
-¿Disculpa?-Por un momento pierdo la noción de mis movimientos y me encuentro mirando sus ojos azules, que brillan con la iluminación del salón.
-Perdona, no quiero incomodarte.
-No, no es eso. Es solo que...no pude escuchar lo que decías.
-Oh. Dije "Luces hermosa"-Sus palabras me hacen sonrojar un poco, así que volteo a otra parte, deseando que no se diera cuenta.
-Gracias, tu...tu también te ves bien.
Cuando termina la pieza, tengo que reprimir un suspiro de alivio. No es que no me guste estar con Aarón, pero sinceramente bailar no es lo mío, y es algo que realmente procuro evitar, por lo que Inmediatamente me aparto de la pista de baile, antes de que a alguien se le ocurra pedirme bailar. En mi huida, choco con alguien, y por poco nos caemos. Cuando veo de quien se trata, se me para el corazón. Antony esta de pie frente a mi, tan elegante con su traje y un chaleco gris oscuro, que me quedo paralizada, y no soy la única, él también se queda un rato sin hacer nada, hasta que aparece su sonrisa brillante.
-Hola, mi Lady, es un placer verla de nuevo. Me pregunto si quisiera acompañarme al jardín a tomar un poco de aire. Aunque me debes un baile.
-Sería un placer, acompañarlo. ¿Pero porqué le debo un baile?-Digo saliendo al fin de la impresión.
-No pudimos asistir al baile de bienvenida, Kiara. Y tu ibas a ser mi pareja.
-Todavía puedo ser su pareja. Pero tendrá que ser en otro baile.
-Por supuesto que si, mi Lady.-Me toma de la mano y me guía entre los invitados hasta unas puertas que dan hacia el jardín. Me toma de la mano y me lleva hasta el pie de un gran árbol, donde me toma por la cintura y empezamos a bailar lentamente, tan cerca que puedo escuchar los latidos de su corazón.
-Hace mucho que no te veo.-Le digo melancólica, provocando que Antony suspire fuertemente. Lo miro a los ojos, mientras intento detener las lagrimas que amenazan con salir.
-Lo sé. He estado ocupado.
-¿Haciendo qué?-Digo tratando a que suene casual, sin que se perciba mi curiosidad.
-Cosas de trabajo, es...política sobre todo. Algo complicado. He querido venir a verte, pero no he tenido tiempo. Te extrañé.
-Yo también te extrañe.-Él se inclina lentamente hacia mi, y yo contengo la respiración. Sus labios presionados contra los míos. Casi al instante paso mis brazos sobre su cuello y nos hundimos en un abrazo. Un ruido nos saca de nuestro mundo y nos regresa a la realidad. Alcanzamos a escuchar unas voces y pasos que se acercan pesadamente.
-...Pero mamá, sabes que no es posible, aún no. Hay que esperar. Si se entera de quien es en realidad...solo la pondríamos en más peligro.-La voz se escucha lejos, pero es legible. Antony y yo nos lanzamos miradas inquisitivas.
-Lo sé hija, pero no puedo esperar. Ya lo he hecho durante quince años. Y aun así, si supiera o no, eso no significaría un peligro real.
-Bien entonces dile toda la verdad. Dile porque puede hacer lo que hace. Dile que es tu hija. No importa. Su seguridad no importa.-Grita una de las mujeres.
-Claro que me importa. Siempre me ha importado, por eso creo que estará más segura aquí. Para ellos sería obvio que ella esté aquí, así que la buscarían en otro lugar. Por eso está más segura aquí.
-¿Y porqué piensas que ellos saben quién es? ¿Y si sólo la atacaron para...?
-Su visión.-La interrumpe la segunda mujer.-Él lo sabe. Con eso basta. Y él no se va a detener hasta cumplir su objetivo, según me contó.
-¿Te platicó sobre su última visión?
-Si, lo hizo. Creo que empieza a confiar en mi.
-Si es así, tienes que esperar. No puedes arriesgar todo.
-Si estuvieras en mi lugar...-Empieza a intentar excusarse la mujer que suena más grande.
-Esperaría un poco más de tiempo.
-No. No lo harías. No conseguiste esperar.
-Yo...Tienes razón.Lo siento, madre.
-No importa, cariño. Si tan sólo pudiera abrazarla.-La segunda mujer suspira. Sus voces se acercan peligrosamente, sonándome cada vez más conocidas.
-¿Y por qué no...?
-No. Kiara sospecharía algo y...-Cuando pronuncia mi nombre me quedo petrificada. Ahora sé porque las voces me suenan tan familiares. Pertenecen a Larissa y a Anhelisse. Todo mi mundo empieza a dar vueltas tratando de entender lo que acabo de escuchar, pero no tiene ningún sentido. Los pasos resuenan cada vez más cerca, pero no puedo reaccionar. Al contrario de mí, Antony se pone alerta, me toma de la mano, levantándome, y me arrastra lejos de ahí, llevándome por el camino por el qué conduce al salón de baile. Casi a la mitad del camino, da media vuelta, y empieza a recorrer el sendero que conduce al árbol donde nos encontrábamos y empieza a hablar conmigo de cosas casuales, riéndose de vez en cuando. Después de unos segundos de confusión, entiendo lo que quiere hacer, así que le sigo la corriente, pero mi risa es más forzada que la de él. Anhelisse y Larissa han parado de conversar por el ruido que hacemos, y cuando nos encontramos, Antony y yo actuamos tan relajadamente que no sospechan nada. Aún así, se quedan unos segundos en estado de shock.
-¿Qué tal el baile?-Lanza Larissa con una sonrisa, tratando de recomponerse.
-Fantástico. La música es bellísima.-Responde Antony sin dudar.
-Si, es preciosa.-Siento como mi corazón empieza a latir frenéticamente, intentando escapar de mi pecho. Antony me aprieta la mano, ayudándome a sentir mejor.
-Sólo queríamos salir a tomar algo de aire. Estábamos abrumados por tantas personas.
-Muy bien. ¿Llevan mucho tiempo afuera?-Pregunta casualmente mi hermana.
-No. Si. Estábamos cerca del salón, para escuchar la música, y bailar alejados de tantas personas, pero...-Contesta Antony.
-Necesitaba un descanso y estábamos buscando dónde sentarnos a charlar un rato.-Acudí en rescate a Antony, que de pronto se había quedado callado.
-Si. Nosotras también queríamos conversar un rato, pero es abrumador hacerlo con tantas personas.-"¿Crees que hayan alcanzado a escuchar algo?" Le dice la reina mentalmente a mi hermana, por lo qué me esfuerzo en hacer una sonrisa que parezca natural. "No lo creo. Los hubiéramos escuchado." "Cierto. Y en todo caso, ella se vería confundida." " Exacto. Pero se ve feliz. Aún así, no me gusta mucho que este con él." "¿Prefieres a Erundür?" "No." Esa fue toda su conversación.-¿Antony? ¿Podría hablar a solas con Kiara?- "¿Qué haces?" La voz de Anhelisse resuena furiosa en mi cabeza, aunque se qué no me lo dice a mi, eso solo es para Larissa, pero aún así logro percibirlo. "Le voy a contar todo"
-Claro, su majestad. -Hace una pequeña inclinación de cabeza y le extiende la mano a Anhelisse.-¿Me acompañaría en un baile?-
-Si.-Dice secamente mi hermana, lanzándole una mirada de suplica a Larissa. Toma la mano de Amtony y ambos se alejan caminando hacia la casa.
-¿De qué desea hablar conmigo?-Digo poniéndole fin al silencio que se había extendido después de que Antony y Anhelisse se alejaran.
-Quería hablarte de tu madre.- Cuando pronuncia la última palabra, tengo que hacer un esfuerzo para no mostrar algun indicio de que escuchamos su conversación. Al fin las piezas habían empezado a encajar en mi cabeza, pero no esperaba que alguien le diera voz a mis pensamientos . Larissa era mi madre. Mi hermana y la reina me habían ocultado la verdad, supuestamente para protegerme. ¿Pero de qué? ¿Soy una princesa? Miles de preguntas me hacen girar la cabeza.
-¿Qué sucede con mi madre?
-Nada, es sólo que...
-¿Por qué quiere hablarme de Lady Wifderk?
-Hable con ella durante la cena.-Hace una pausa que me parece que dura siglos.-Me pidió...-Se pasa la lengua por sus labios, como calculando sus siguientes palabras.-Me pidió que te quedarás más tiempo en mi casa, junto con tu hermana, para qué aprendas más sobre nuestra sociedad, nuestra historia:Los Archai.
-¿Los Archai?
-Es una forma de decir a los Arcontes. La traducción es origen, principio. Nosotros somos literalmente el origen de la justicia en la Tierra. Un ser superior, Dios, nos creo y nos envió aquí para imponer su justicia.
-Ya veo. Entonces me quedaré aquí más tiempo.
-Si, querida.-No sé como reaccionar ante esto. Esperaba que me dijera la verdad, pero al no hacerlo, también había sentido un pequeño alivio. Debo confesar que tengo algo de miedo.
-De acuerdo. Gracias.-No sé porque, pero me entran unas ganas enormes de confrontarla y pregúntale porque no me dice la verdad. Odio que las personas me oculten las cosas. Esa sensación de sentir que todos saben algo que tu ignoras me causa siempre malestar. Aún así me contengo , le doy una pequeña sonrisa y me levanto. Detrás de mi se acerca lentamente mi hermana.
-¿Ya sabe?-Hace la pregunta en voz alta, lo cual me sorprende un poco.
-Si. Ya le dije que se quedarían más tiempo en mi casa.
-Ah. Muy bien.-Suena algo decepcionada.-El duque la busca, majestad.
-Voy enseguida. ¿Nos acompañas, Kiara?
-En un momento. Quisiera caminar un rato antes de regresar.
-Bien.-Anhelisse y Larissa regresan a la casa. Mientras las veo alejarse, le doy vueltas a un sólo pensamiento.Corre.
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Archai: El Origen
RandomKiara es una chica diferente a las demás. No sólo por su cabello, que es blanco-a pesar de que apenas va a cumplir 16 años,-sino también por sus habilidades... Su vida era relativamente normal, hasta que todo comenzó. Ahora tiene que lidiar con el h...