Capitulo 23: Perdida

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-¿Qué sucede, Calatar?-Una voz conocida resuena en toda la habitación.
-Mi Señor, hemos perdido el rastro. Han engañado a nuestros vrasësit's*. Algunos de los espías indican que sigue con vida.
-¡Eso es imposible! No pudo sobrevivir, ¡esa débil criatura!-El Drow de ojos rojos grita, haciéndome temblar.
-Mi Señor, usted sabe mejor que nadie que ella no es débil.
-Sé muy bien que es una përzierje, y que eso la hace más fuerte que nosotros, no tienes que recordármelo. Ella es el único impedimento para que mi familia, mi madre, tome el control de todo.-Se queda meditando durante un rato.-Envía a los vrasësit's de nuevo. Y esta vez asegúrate de que terminen su tarea satisfactoriamente o me encargaré de que las Priftëresha's los aniquilen.
-Tendremos que esperar hasta que sea de noche, mi señor, además los Spiunë informaron que ya ha entrado en el territorio de las criaturas aladas.
-¡Maldición!-Avienta unos libros al suelo. Su cara esta del mismo color que sus ojos. Calatar lo mira divertido.-No podemos esperar más. Mi madre no permitirá que esta oportunidad se esfume sin aprovecharlo, pero para eso necesitamos deshacernos de ella.
-Como ordene mi Señor. Iré a informar a los vrasësit's que se preparen. Pero, ¿está seguro que deben aniquilarla. No es una amenaza. Además provocaría la guerra.-El tipo de cabello gris le lanza una mirada cargada de furia, lo cual hace que sus ojos rojos recuerden a las llamas en un incendio, pero inmediatamente se relaja y sonríe maliciosamente.
-Eso es justo lo que quiero, Calatar. Ahora márchate y cuando regreses quiero que me traigas buenas noticias.
-Si, mi Señor.

Despierto agitada, con el corazón latiéndome a mil por hora. A pesar de qué no entendí la mayoría de su conversación, estoy segura de qué no estaba planeando ninguna fiesta divertida de cumpleaños. Todos esos términos <<grazëcit's>> <<spööneo>>o como se digan, no sonaban nada amistosos. Y no sé porque, pero tengo una extraña sensación de que se refería a mi: el tipo de mis pesadillas quiere asesinarme para comenzar una guerra. Todas estas ideas hacen que me gire la cabeza y que me sienta más enfadada. Las preguntas no dejan de atacarme, esperando a que les encuentre una respuesta lógica: ¿Para qué matarme?¿Por qué mi muerte provocaría una guerra? ¿Qué tengo yo de especial? Y lo más importante ¿Qué es lo que me oculta mi hermana? ¿Tendrá relación alguna con mi sueño? ¿Y este fue solo un sueño o era real? Hay tantas preguntas que cuando el reloj marca las 10:00 de la mañana estoy exhausta, pero aún así consigo levantarme. Cuando me voy a bañar, mi teléfono empieza a vibrar, es un mensaje de Antony. <<Perdón por irme sin avisar. Tenía asuntos que arreglar. ¿Estas disponible hoy? Te espero en el centro comercial llamado Greeinder a las 11:00. Estaré en el área de comida. Avísame si vas.>> Realmente desconozco si mis padres-importantes-dentro-de-la-sociedad-Arconte tienen algo importante planeado para mi hoy, pero si es así no me importa. Una hora. Tengo una hora para bañarme y arreglarme.
No lo dudo dos veces y me meto a bañar, consiguiendo un tiempo récord en mi lista persona, normalmente me tardo más de 15 minutos en bañarme, pues siempre me perdía en mis pensamientos bajo el agua que cae a presión, pero esta vez hago menos de la mitad de tiempo. Tardo diez minutos en decidir que ponerme, cosa que no es sencilla. Al final me decido por unos pantalones blancos entallados, una camiseta azul claro y una chamarra blanca con peluche. Me pongo unas botas lo más rápido que puedo. Me arreglo mi cabello, que se confundiría con la chamarra de no ser por el peluche café, en una trenza rápida y me dispongo a salir. No se escucha ningún ruido, no sé si alegrarme o preocuparme. Bajo las escaleras con el mayor sigilo posible y cuando voy a abrir la puerta principal, una voz dice.
-¿Va a salir, lady?
-¡Zamara!-Dejo escapar un suspiro de alivio.-Me asustaste.
-Perdone, no era mi intención.
-No importa. Me tengo que ir. No digas que salí.
-¿Entonces qué digo si sus padres o su hermana preguntan por usted?
-Hazme un favor, diles que sigo dormida, que me duele la cabeza y no quiero ver a nadie. Y que no es necesario que se preocupen.
-Como guste, Lady.
-No me has visto salir.¿De acuerdo?
-Bien. Que tenga un buen paseo.-Hace una inclinación de cabeza y se retira.
-Gracias.-Alcanzó a decirle antes de que se retire, mientras me deslizo por la puerta con mucho cuidado y salgo.
Me quedo boquiabierta cuando veo la calle, varias mansiones de tamaño descomunal se encuentran junto a la casa. Doy unos pasos atrás todavía sorprendida y admiro la fachada de la mansión de la que acabo de salir. Es hermosa, sus paredes de un tono rosa pálido hacen contraste con las tejas azules. En los costados dos chimeneas sobresalen del techo. Tiene dos balcones, uno forma parte de mi cuarto, el otro tal vez sea de mis padres. Me recuerdo que tengo algo parecido a una cita y me espabilo.
Sigo caminando por un par de calles más, todas con mansiones, hasta que llego a un tipo de glorieta. El viento sopla agitando mi cabello mientras leo un letrero que indica que el centro comercial Greeinder queda a la izquierda. Continuo caminando y noto un cambio en las casas: ya no son mansiones, pero aún así son bastante grandes. No hay muchos autos en las casas, seguramente los dueños deben de estar trabajando y los niños en la escuela.
Después de varios metros y de perderme un par de veces, al fin encuentro el centro Greeinder. Entro y de inmediato siento el calor provocado por la calefacción y empiezo a buscar el área de comida. Aun faltan cinco minutos, así que estoy en tiempo, pero aún así no me gusta llegar tarde, por lo cual paso por alto un par de tipos rubios bien vestidos con lentes oscuros.
Un minuto para las once y al fin encuentro el área de comida. En una de las mesas esta sentado Antony leyendo un libro, el libro sin nombre dice el titulo. Me siento en su mesa y al fin alza los ojos de su libro.
-¿Esta bueno?-La pregunta lo hace sonreír.
-Si. Digno de mi atención, pero no tanto como tu.-Sus palabras hacen que me ruborice.
-¿Qué tenías que hacer?
-Cosas sin importancia. ¿Cómo te encuentras?-Estira su brazo y con la palma de su mano acaricia mi mejilla.
-Mejor. Ayer fue un día muy pesado.
-Después de estar prácticamente en coma por dos semanas es comprensible.
-¡Hey!-Reclamo-¡Qué no ha sido mi elección!
-Lo sé. Pudiste haber muerto. Debí de protegerte mejor.-Agacha la cabeza, ocultando su vergüenza.
-No te preocupes. No fue tu culpa. Ellos... No sé que me hubieran hecho, pero me salvaste. Gracias.
-Te salvaste tu sola. Yo no hice mucho.
-La Reina y yo creemos que si hiciste mucho.
-Ya. No me des alas.
-Esta bien. ¿Qué te hizo regresar?
-Tu. Quería saber si estabas bien. Además la Reina quería hablar.-Por un momento me pierdo en la conversación y no escucho lo que Antony me dice hasta que me toma de la mano-¿Estás bien?
-Si. ¿Por qué lo dices?
-Te distrajiste por un momento. Apuesto a que ni escuchaste lo que te dije.
-Perdona. Estoy pensativa.-No, no es esa la palabra.-Estoy preocupada.
-¿Qué te preocupa?
-Tuve un sueño, parecía tan real.-Suspiro. No creo poder continuar contándole mi sueño, pero al final lo consigo y le cuento mi visión con pelos y señales, pero aún así no me acuerdo muy bien.
-Ya veo. Tal vez fue solo un simple sueño.
-Antony, lamento interrumpir, pero me llego un mensaje para ti.-Una mujer esta de pie ante nosotros. Tardo un poco en reconocerla, con esos jeans y con el jersey blanco parece una modelo, después me doy cuenta de quien es. Es la Reina Arconte Larissa.-¡Kiara! Me alegro que ya te sepas mover por aquí. ¿Saben tus padres que estas aquí?
-No. No tuve tiempo de avisarles que iba a salir.-Digo alejando mis ojos de su mirada. Aun sin su vestido y sus joyas sigue viéndose autoritaria.
-Bueno, no te preocupes.-Me dirige una sonrisa dulce, llena de cariño.-Antony,¿Me acompañas?
-Si, majestad.-"Sabes que entre los humanos no debes llamarme así" lo regaña mentalmente, aunque de una forma que suena más como un recordatorio amable.-Perdone, Mrs. Leith.
"Mejor. Tenemos que apurarnos. El consejo aguarda."
-Querida, tu hermana debe de estar preocupada. Me llamó preguntando donde estabas. ¿Se pelearon?
-Algo así. No es gran cosa.
-Qué lástima. Se ve que se quieren mucho.
-Así es. Pero esto no tiene que ver con el cariño ni nada.
-Hay otra razón-Deduce.
-Así es. Pero no tiene que molestarse Mrs. Leith. Mi hermana y yo arreglaremos nuestro asunto.
-Eso espero, querida. No me gusta saber que están peleadas.
-Gracias. Que, hummm, les vaya bien.
-Nos veremos en mi casa. Cuídate.-La Reina toma a Antony por el brazo y se van camino a las escaleras. Él se voltea y con sus labios forma una frase en silencio. <<Lo siento. Te...>> Ya no alcanzo a ver lo que me dice pies desaparecen tras las escaleras. Me tomo un tiempo para pensar que voy a hacer. Tengo varias opciones: 1. Regresar a la mansión y aburrirme ahí mientras mi hermana intenta hablarme. 2. Quedarme en el centro comercial. 3. Ir a investigar la ciudad. Cuando voy a elegir esta última opción aparece la persona más inesperada y tira abajo mis planes: Aarón(mi amigo Erundür) y trae compañía. Junto a él viene un chico alto de ojos azules, y una chica un poco más baja que yo, ha de medir 1.65 metros, con los ojos color miel, ambos rubios, por lo que deduzco que son Arcontes.
Aarón me sonríe y se sienta en la mesa, los otros dos lo imitan. Se me quedan viendo, analizándome, como si yo fuera un experimento de laboratorio y tuviera que hacer una reacción maravillosa parecida a un milagro. Lo único que hago es devolverles la mirada, con tal intensidad que ellos apartan la vista casi de inmediato, se miran mutuamente para después dirigir sus miradas a otros lugares menos a mi. Se retuercen incómodos como quien no quiere la cosa. De vez en cuando le lanzan miradas a Aarón como pidiéndole permiso para alejarse de aquí. El solo me sonríe.
-Me alegra que estés bien. Escuche lo que te paso y quería...-Al fin se anima a decir, pero lo corto en el camino, adivinando lo que va a decir. Es algo que he escuchado estos días.
-¿Comprobar si estaba bien y eso?
-Exacto. Me preocupé por ti.
-Gracias.-Digo irritada sin saber porqué.
-¿Qué hice mal? No me gusta que estés enojada conmigo. ¿Dije algo que te molestó?
-No, no eres tu. Disculpa. Ayer fue...muy difícil.
-Me entere de que tuvieron un...-Hace una pausa, como recordando que no puede decir nada frente a los humanos.-Un evento. Quise asistir para apoyarte y eso, pero mi padre me encargo un asunto y no se me hizo posible asistir.
-Gracias. Si. Fue algo desastroso. La...-Hago una pausa un segundo antes de decir Reina.-Mrs. Leith me ayudo con un problema que se presentó mientras me interrogaban.
-¿Que sucedió?-Pregunta intrigado. Yo no quiero revelarle nada frente a sus amigos, pues no sé como vayan a actuar o si podrán empezar a hacer correr rumores sobre nuestra conversación. "¿Te acuerdas de cuando me desmaye? Me estaba sucediendo lo mismo."
-Oh, ya veo. ¿Cómo te las arreglaste?-Sus amigos se miran y fruncen el ceño preguntándose seguramente qué sucede y ¿cómo supo lo que paso si no le dijo nada? Así que no tengo más remedio de revelar un poco. Se supone que quiero evitar rumores, pero hablarle en secreto causara más.
-Por poco me desmayo, como la otra vez. Afortunadamente Mrs. Leith me dio algo dulce y...no paso nada grave.-"No digas nada ante tus amigo. Ellos no me escuchan. Disimula." Afortunadamente entiende el mensaje e improvisa de maravilla.
-Me imagine. Pusiste la misma cara cuando te explicamos que te desmayaste, era fácil suponer lo que había sucedido. No tenias que explicarlo. Sé lo mal que te hace sentir.
-Gracias. Y si. Odio desmayarme.-"Qué tía más rara" le dice mentalmente la chica a su amigo "Ya se. Ni siquiera se parece a nosotros." " Es una embustera. Te lo apuesto." "Acepto la apuesta" Se miran y sueltan unas risitas. Hago una mueca. Como siempre, personas que se burlan de mi. En eso alguien que va pasando, con unas sodas, se tropieza y vierte el liquido sobre los amigos de Aarón. Ellos se miran sorprendidos "¡Fue ella! Ella nos empapó" Dice furioso el chico.
-Calma. No paso nada.-Interviene Aarón.
-Tienes razón.-Dice la chica entre dientes, lanzándole una mirada cómplice a su amigo.-Fue solo un accidente. Y los accidentes le suceden a cualquiera.-Me mira y me sonríe, pero no hay nada amistoso en su sonrisa.
-Así es.-Prosigue Aarón.-¡Hay! ¡Que despistado soy! No los he presentado. Kiara, ellos son mis amigos: Mariam, y Charlie. Charlie, Mariam, ella es Kiara, mi amiga de la infancia.
-Mucho gusto.-Les digo.
-Igualmente.-Responden al mismo tiempo. Ninguno de los dos suena amistoso.
-Bueno, chicos, tenemos que irnos. Solo quería saludar. No te entretengo más.-Se levanta y yo también, no pienso quedarme ahí más tiempo del necesario. Entonces me toma una mano y me besa en la mejilla, a un centímetro de donde se encuentran mis labios, lo cual me desconcierta un poco. Él y sus amigos se alejan. Yo hago lo mismo. Salgo del centro comercial y me pongo a explorar la ciudad. Después de unas horas decido regresar a casa, pero no puedo. Estoy perdida.

*Vrasësit's: Asesinos
*përzierje: Mezcla.
*Priftëresha's: Sacerdotizas.
*Spiunë: Espías.

Archai: El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora