Cuando llego a la casa no hay nadie. Subo las escaleras y en la puerta de mi cuarto encuentro una nota que dice: <<Kiara, nos fuimos a comer con uno de los compañeros de tu tío. Llegamos como a las 7:00. Lo siento, ya no podíamos esperar. Si no has comido, te dejé algo preparado en la cocina. Te quiere, tu tía Ally.>> Tomo la nota y entro a mi cuarto, dejando mi mochila a un lado del escritorio. Saco los libros y me siento, dispuesta a terminar el ensayo de Cívica.
Una vez terminado el ensayo no tengo más tarea que hacer, así que bajo al estudio para ver una película. Cuando estoy poniendo la película en el Blue-Ray unos golpes en la ventana me toman desprevenida haciendo que tire el disco al suelo. En vez de levantarlo, me acerco a ver de quien se trata. Retiro la cortina y me encuentro con la cara de Emily pegada al vidrio. Abro la ventana y le indicó que vaya a la puerta principal. Cuando abro, veo a mi amiga vestida con una chaqueta roja, y sus lentes para leer, que raramente usa.
-Hey, ¿qué sucede? ¿Quieres pasar?
-Si, gracias. ¿Estas haciendo palomitas?
-Si, iba a ver una película.
-No te entretengo. Solo vengo a decirte lo que investigue del tal Ethan. No lleva mucho tiempo en la escuela, entro hace dos años, igual que tu. Es jugador de americano, aunque inteligente. En su tiempo libre ayuda a los necesitados...
-Me estas describiendo al chico perfecto.-Suelto un suspiro. No puede ser cierto. Algún defecto debe de tener. Además no puedo sacarme de la cabeza el beso de Antony, el contacto de la suave piel de su mano, acariciando mi cabello, su sonrisa y sus ojos llenos de algo que no había visto antes. En mi cabeza no hay lugar en este momento para pensar en Ethan.
-Ojalá. Pero no lo es. Cuando me metí más a fondo, descubrí cosas...es mejor que no sepas...
-¿De qué estás hablando?
-Solo te diré algo. No es...seguro que estés cerca de él.
-Gracias... Por cierto, ¿Qué sabes de alguien llamado Antony?
-¿Antony? ¿Hay alguien en la escuela llamado Antony?
-Si. Es un buen amigo...
-Te gusta, ¿no es así?-Sus ojos brillan llenos de intriga.
-Mucho. Hoy...
-Se besaron.-Adivina al ver mi cara toda roja.-¿Y qué tal? ¿Cómo estuvo ese beso?
-Fue...increíble. Es tan tierno.
-Bien. Espero que sea un chico bueno. De hecho, creo que me pondré en plan Sherlock Holmes.
Me hace reír.-Gracias. ¿Por qué no te quedas a ver la película?
-No quiero molestar...
-No hay nadie más en casa. Van a llegar como a las 7:00 p.m. Y voy a hacer palomitas...
-Me convenciste. ¿Qué vamos a ver?
-Sorpresa, sorpresa.
-Para ya y dime.
-Tu ganas. Vamos a ver Inception.
-No la he visto. ¿De qué trata?
-Te va a gustar. Créeme. Es extraña, pero increíble.
Voy por las palomitas y cuando regreso, Emily pone la película y nos sentamos en el sillón frente a la televisión. La trama avanza, poniéndose cada vez mas interesante, poniéndonos a Emily y a mi al borde del asiento. Cuando termina Emily esta fascinada con la película. Empezamos a compartir lo que pensamos de la actuación.
-Es simplemente increíble. No tenía idea. Jamás me imaginé que terminaría así.
-Sabía que te gustaría. Es de mis películas favoritas.
-Y ahora es la mía. Cambiando de tema ¿Ya tienes con quien ir al baile de Bienvenida?
-No exactamente. Antony me pidió que lo acompañara, pero fue cuando todavía no lo conocía.
-Ah, si, Antony, se me había olvidado.
-¿Crees que me vuelva a pedir ir al baile?-Empiezo a juguetear con mi cabello.
-Si le gustas, sí.
-¿Y tu?-Digo un poco distraída, mientras me imagino bailando con Antony.
-¿Yo qué?-Una de sus cejas se alzan.
-¿Con quién vas a ir al baile?
-Probablemente vaya con Will.
-¿Probablemente? ¿Por?
-Si, tal vez pueda ir con él. solo si puedo librarme de un compromiso familiar. Aunque es muy seguro que lo logre. ¿Ya tienes vestido?
-No, aún no. Creía que no iba a ir, así que no he visto vestidos.
-¿Y tu prima? ¿Con quién irá?
-No lo sé. No hemos hablado de eso. De hecho solo hablamos de lo que me pasa, de mis pensamientos. De si estoy bien y eso. Me gustaría poder hablar de otras cosas con ella.
-Lo siento.-Su mano encuentra la mía, reconfortándome.-¿Por qué no se lo dices?
-Si. Tal vez se lo comenté. No lo sé.
-No pierdes nada por tratar. Puedes hacerlo.
-Tienes razón. Por cierto ¿Cómo estás por lo que sucedió en clase...? ¿Qué pasó con el Principal respecto a... las luces?-Tan solo con recordar el incidente de las luces me siento mal.
-Estoy bien. Sólo me alcanzaron unas cuantas chispas. Me fue mejor que a todos los demás, obviamente sin contarte a ti. Y con el Principal...-Hace una pausa que me parece eterna. Se acomoda el cabello y piensa por un rato lo que va a decir.-Cuando llego al salón se quedo helado. Después de recuperarse de la conmoción, realizo dos llamadas por teléfono, una al conserje y otra con una mujer, al menos eso creo; en la última llamada sonaba muy alterado. Me pareció escuchar que mencionaba tu nombre. Luego colgó y espero a que llegara el conserje. Una vez controlada la situación salió a toda prisa y desapareció.-Para el discurso, esperando a que le conteste. Entonces ve el reloj y se pone nerviosa. -Me tengo que ir. Ya es muy tarde y tengo que volver a casa a tiempo para cenar con mis abuelos. Me encanto la película. Gracias. Hablamos después, ¿vale?-Se levanta del sofá dirigiéndose a la salida. Voy detrás de ella.
-Que bueno. Cuídate. Si, no te preocupes. Nos vemos mañana.
La acompaño hasta la puerta la casa. Una vez fuera empieza a correr hasta que solo es un punto en la distancia.
Regreso al estudio y empiezo a limpiar las palomitas que se nos cayeron y regreso a mi cuarto. Son las 7:30 y mis tíos aún no regresan. No sé qué hacer así que me pongo a ver las notificaciones de Facebook , pero empiezo a quedarme dormida.-¡Mamá! Voy a salir.-Los gritos de Paige me sacan de mi adormecimiento. La escucho bajar las escaleras.
-Pero es muy tarde.-Replica la tía Ally.
-Tengo algo importante que hacer. Es rápido. No tardo.
-Esta bien. Abrígate que hace mucho frío.
La puerta de la casa se cierra. Me asomo por la ventana y veo a mi prima mirar nerviosa entre las casas. Su comportamiento me intriga. ¿A quién irá a ver? No importa, tengo algo que hacer. Veo la hora en mi teléfono, ya es un poco tarde así que tengo que irme.
Empiezo a hacer el mismo truco que ayer, pero me detengo cuando voy a poner las almohadas. Una idea me llega a la mente. Bajo las escaleras con todo y mochila. Cuando llego a la cocina saludo a mi tía. Empiezo a sacar algunos libros en la mesa y pongo en marcha el plan, cruzando los dedos para que funcione.
-¡Maldición!-Digo, lo mas frustrada que puedo.
-¿Qué sucede?-Mi tía me voltea a ver sorprendida. Nunca uso ese tipo de exclamaciones, pues mi madre insistía en que no era correcto.
-Emily se debió confundir. Se llevó un libro mío que necesito para terminar una tarea, dejándome en cambio uno de poesía.
-No hay problema cariño, mañana puedes dárselo.
-Eso es imposible. Esa tarea es para mañana. Y es muy, muy importante.-Suspira, pero no dice nada durante unos segundos.
-Ve a su casa y pídele tu libro. No tardes.
-Gracias. No tardaré mucho. -Le doy un abrazo, feliz de que el plan haya funcionado.
Tomo la mochila y salgo de la casa. Agarro la calle hacia la casa de Emily, pues veo a mi tía viendo por la ventana, pero una vez fuera de su vista, tomo otra calle en dirección al cine. Cuando llego no veo a nadie. Voy a dar media vuelta cuando me acuerdo del callejón. Al acercarme más, escucho unas voces.
-...¿Cómo pudiste? Aún no era tiempo.-Dice una voz de mujer, extremadamente familiar.
-¿Tu como sabes eso?
-Estoy más cerca de ella.-Replica la mujer. Suena molesta.
-Eso me indica que tengo la razón.
-¿De qué estás hablando? ¿Por qué tendrías tu la razón y no yo?
-Estas cegada. Tienes miedo de que tome otra decisión. Tienes miedo a perderla.
-Yo no tengo miedo...Solo quiero que este bien. Sólo quiero lo que sea mejor para ella. Quiero...
-Quieres protegerla. Lo sé. Pero eso no quita el hecho de que temes que cuando sepa la verdad...
-No lo digas. No te atrevas a decirlo. Mi madre se enterará.
-Hay que ver la realidad. No sólo vivir en un cuento de hadas. Sabes lo que puede pasar, pero no quieres ver.
-Yo veo la realidad, Erundür. La veo perfectamente
-No es cierto. Si lo hicieras, entenderías que era necesario hablar con ella.
-Aún no. Además soy yo la que debe decirle. Si el consejo se entera...Me siguió hasta allá y todo fue tu culpa. Por poco habla con ella. Tenías que decirle...-La mujer baja la voz y no alcanzo a escuchar lo que dice. Me debato entre acercarme más o no. La curiosidad vuelve a ganar. Salgo de mi escondrijo y me acerco. Una vez cerca veo la cara de la otra persona. Erundür esta hablando con Paige.-Solo la pones en peligro. Debes cuidarla, igual que yo.
-No puedes decir eso, no haces un buen trabajo protegiéndola.
-Sabes que hay límites que no puedo cruzar sin que sea sospechoso. No puedo estar detrás de ella todo el tiempo.
-Lo entiendo, pero al menos debiste alejarla de ese tipo.
-No ha vuelto con él. Me he asegurado de ello.
-¿Cómo lo sabes?-Me acerco unos pasos más, hasta quedar a unos metros de ellos, lo que me sorprende, pues a pesar de mi proximidad no me notan.-¿Cómo sabes que no ha estado con él?
-Lo he vigilado. No se le a acercado.
-¿Entonces a dónde se va después de clase?¿Con quién se va?-La cabeza empieza a martillarme, pero trato de ignorarlo, al igual que los puntitos negros que empiezan a aparecer en mi vista.- No importa. Lo relevante es que necesita saber porqué puede hacer lo que hace. No podemos esperar más...
-Si podemos y debemos.-Paige lo interrumpe. Su paciencia llegando a sus límites.-Solo unos días más. Solo a que tenga la visión.
-¿Y si no la tiene? ¿Y si no la tiene que harás?
-Si no tiene la visión en cinco días le diré la verdad.
-¿Por que tú y no yo?
-Porque mi madre me lo encargo.-El dolor en la cabeza se ha hecho insoportable y no puedo comprender mucho de lo que han dicho. El mareo va creciendo en intensidad. Doy un tras pie. Veo, entre puntos negros, que Erundür y Paige se me quedan viendo con cara de sorpresa, reparado en mi presencia.
-¿Qué estás haciendo aquí?-Empieza a decir mi prima. Tiene los ojos como platos.-¿Qué tanto...?-No alcanzo a terminar de escuchar lo que dice, pues me desmayo.
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Archai: El Origen
RandomKiara es una chica diferente a las demás. No sólo por su cabello, que es blanco-a pesar de que apenas va a cumplir 16 años,-sino también por sus habilidades... Su vida era relativamente normal, hasta que todo comenzó. Ahora tiene que lidiar con el h...