Capitulo 22: Secretos que desaparecen

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Cuando regresamos a la sala de baile todos nos dirigen miradas inquisitivas, las cuales trato de ignorar. Mi hermana a dejado de tocar y se siente cierta tensión en la sala. La Reina se va, se sienta y empieza una conversación con Lord Ethdrion, y con mi padre, lo cual hace que todos regresen a sus conversaciones y apartan sus miradas de mi. Ya fuera del radar, me siento en uno de los sillones más apartados. Una señora, que se presenta como la condesa Daila, empieza a hacerme platica.
-¿Y bien, querida? Hay rumores de que sobreviviste al veneno de un Drow sin la ayuda de los Antiguos. ¿Qué hay de cierto en eso?-Cuando voy a contestar alguien más se junta a la conversación.
-Si. Todos queremos saber que paso. Es una novedad que alguien haya sobrevivido a un ataque de esas...criaturas.
-¡Nunca se ha visto nada igual!-Dice Lady Ethdrion, ignorando a la Reina.
-Si es que es cierto...-Dice su marido, Lord Ethdrion. En menos de un minuto la atención de todos esta de nuevo en mí. En momentos así desearía hacerme invisible, pero no lo he conseguido desde que me desmayé y en el entrenamiento de una forma incontrolada. Escucho personas ahogando un gritito, mientras otras abren su boca de incredulidad. Sus reacciones me sorprenden pues no he dicho ni hecho nada, pero en cuanto veo mi mano, me doy cuenta de que su comportamiento es totalmente adecuado. Estoy parpadeando. Mi cuerpo aparece y desaparece aleatoriamente. Veo a mi hermana que se va acercando. Leo su mente automáticamente. "Tienes que parar eso. Solo provocarás más preguntas. Nadie aquí puede hacer eso. Acuérdate de los entrenamientos." "Lo sé. No conseguimos que nada pasará. Es algo que no puedo controlar." "¿Deseaste algo?" "Parecido-le contesto, ocultando nuestra pequeña léxeon de los demás-Solo quise ser invisible para no estar metida en tal aprieto." "Entonces abandona la idea." Le hago caso y pienso para mi "Creo que será mejor seguir visible" Mis manos vuelven a la normalidad.
-¿Qué ha sido eso...?-Empieza una condesa.
-Un efecto electrónico.-Contesta Larissa sin titubear.-Con la luz que hay aquí, Kiara decidió probar un aparato que ella inventó. De eso estábamos hablando. Y al parecer, querida, funciona de maravilla.-Me dirige una sonrisa radiante, como si estuviera orgullosa de mi, lo cual no hace más que confundirme-Me gustaría que vayas al palacio y sigas perfeccionando tu aparato, que...¿Qué habías dicho que hacia?-Al parecer ahora tengo que salvarme sola.
-Distorsiona la luz que hay en el lugar, provocando una alteración en la visión haciendo creer que algo no esta ahí. Es un truco, uno que todavía no he terminado. Solo quería probarlo. Al parecer funciona bien por sus expresiones.-No sé de dónde surge la respuesta, pero al parecer la Reina y yo hemos armado un teatro demasiado creíble. Tal vez por venir de la Reina es tan convincente. "Gracias" Le digo mentalmente sin que nadie más escuche. Ella alza una ceja, pero se limita a asentir. Nadie hace más preguntas al respecto y siguen preguntando sobre los Drows. Al parecer sus ataques son tan remotos que se han convertido en una especie de entretenimiento llamativo. Intento responder a todas las preguntas, tratando de que nada suene fuera de lo "normal", aunque realmente ya no sé muy bien como puedo aplicar el término normal en esta situación, o increíble. No menciono lo de los Drows tirados en el suelo, solo les digo que algo los distrajo y aprovechamos el momento para escapar, siguiendo el consejo de mi hermana en mi cabeza, que me indica que decir y que no, para evitar más preguntas. También declaró que no hubo veneno de por medio, sino sólo un desmayo. Después de bastantes preguntas, Larissa interviene poniendo fin al interrogatorio.
-Lord y Lady Wifderk, ha sido una cena fenomenal, pero considero apropiado este momento para retirarnos. Gracias por su hospitalidad, los veré a todos en la próxima reunión programada. En cuanto a ustedes-Dice refiriéndose a Anhelisse y a mi.-Son bienvenidas en mi casa cuando deseen. Espero verlas pronto.-Todos hacen una reverencia y ella se marcha. Los demás en pocos minutos la imitan, dando las gracias a mis padres por la fantástica velada. Al final quedamos nosotros cuatro.
-Tu artilugio es increíble, Kiara. Casi pensamos que te desvanecías de verdad.-Dice Lady Wifderk emocionada.
-Gracias, Lady Wifderk-Respondo, ruborizándome un poco por sus elogios, que son inmerecidos.
-Puedes llamarme Pauline, o mamá si deseas.-Su sonrisa esta tensa, casi fingida.
-Gracias., Pauline.
-Sé que es difícil para ti esto. Llamar padres a unos completos desconocidos, pero me gustaría que pudiéramos conocernos más. Y hasta que estés preparada puedas hacerlo. Por lo mientras dime Daniel.-Sigue Lord Wifderk, imitando a su esposa.
-De acuerdo.
-Bueno, tenemos que ir a dormir, mañana será un día pesado, y tenemos que trabajar. Hasta mañana...hijas.-Termina Daniel. Pauline también se despide y nos deja solas a mi hermana y a mi. Permanecemos unos minutos en silencio. En cuanto cree que es seguro hablar, Anhelisse me dice:
-Te has librado por poco, gracias al ingenio de Larissa.
-Si. Ya le he dado las gracias. Aunque me ha dejado a mi terminar la explicación, lo cual me agarro desprevenida.
-Sólo quería probarte. Y al parecer la has impresionado. Se te ocurrió muy rápido como terminar la explicación. Fue increíble.
-Si, aunque creo que dije puras incoherencias.
-Tal vez, pero los has convencido.
-Por los pelos. Y después me hicieron mil preguntas del dilitírio y los Drows. Estoy exhausta.
-Estuvo bien decir que lo del veneno fue solo un rumor. De creer que es cierto empezarían a hacer mil preguntas y eso no traería nada bueno.
-¿Por qué?
-Porque...No hay nadie que se conozca que haya sobrevivido al veneno. Y ser la primera...
-Ya. No seria bueno.-Coincido con ella entendiendo a lo que se refiere. Harían muchas preguntas, e intentaría hacer experimentos conmigo, como lo harían los humanos si supieran de nosotros.
-No me ha gustado que Larissa nos invitara al palacio.-La sonrisa que había en su rostro desaparece.
-¿Por?
-Es...complicado.
-La conoces bien, ¿verdad?
-He hablado un par de veces con ella.
-Te tiene mucha confianza por lo visto.
-¿Por qué lo dices?
-Por nada, es solo que...
-¿Qué?-No me queda otra opción más que terminar.
-Sus conversaciones. Estuve escuchando los pensamientos de todos, lo cual no me gusta, me provocó un gran dolor de cabeza, y no habló con ninguno, salvo contigo.
-¿Qué tanto escuchaste?
-Lo que tu le respondías. Pero no entendí mucho. Salvo que la idea de qué fuera a vivir al palacio por unos días fue tuya.
-Yo...No hay nada importante de esa conversación. Lo que sea que escucharás, ignóralo.
-¿Por qué?
-No es asunto tuyo.-Jamás la había escuchado tan enojada, así que decido dejarlo pasar.
-Como digas.-Inmediatamente me levanto del asiento y me dispongo a salir.
-¡Kiara!-Su voz me detiene antes de que salga de la estancia.-Perdón. No quería decir eso. Es solo que después del aprieto de la invisibilidad...estoy alterada.
-Vale. Que descanses.-Salgo enojada en dirección a mi cuarto. Escucho como me sigue, pero antes que me de alcance me meto en mi cuarto y lo cierro con llave. Empieza a tocar la puerta y por un momento estoy a punto de abrirle, pues me es difícil estar enojada con ella, pero decido ignorar el impulso y me pongo unos auriculares, escuchando a todo volumen Robot de Miley Cyrus, con la incómoda idea, creciendo rápidamente en mi mente, de que hay algo que mi hermana me esta ocultando.

Archai: El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora