Capitulo 6:Una lieu y un nuevo amigo

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Bajo de mala gana las escaleras. Hoy es uno de esos días en los que desearía no salir de tu cama y dormir todo el día. A pesar de que después del baño había dormido bien, me siento exhausta. Cuando llego a la cocina veo el reloj. Faltan quince minutos para que empiecen las clases. No hay nadie en casa. Mis tíos se fueron al trabajo y Paige ha de estar en la escuela. Busco alguna nota en donde alguien me explique algo, pero no hay nada. Elijo una manzana del frutero y salgo para la escuela lo más rápido que puedo. En el camino se me cruza Antony.
-¿Por qué tan tarde?
-No es tan tarde.
-Si que lo es.
-Me quede dormida.
-¿Un mal sueño?-Camina más rápido que yo, por el hecho de ser más alto, por lo que tengo que trotar.A penas mido un metro con sesenta y siete centímetros.
-No, ¿por qué lo dices?
-Te ves cansada, además de las ojerosas que traes.
-Gracias por hacerme sentir mejor.
-No hay de que. Es mi trabajo hacerlo.
-¿Te han dicho que eres insoportable?
-Pero aún así te gusto.
-¿Quién dijo que me gustas?
-Nadie. Pero es obvio.
-No hay nada obvio, porque no me gustas.
-¿No me digas que ese tipo, Ethan, te gusta?
-Si así fuera no importaría, pues no es asunto tuyo.
-¿Por qué tan molesta?
-Voy a llegar tarde...y tu también.
-Ese no es problema.
-Para mí si.
-¿Iras al baile de Bienvenida?
-No.
-Esta bien. ¿A qué hora te recojo?
-Si no voy al baile, menos voy a otro lado contigo.
-Estamos yendo a la escuela. Juntos. Así que no veo problema de ir juntos a otro lado.

A unos metros se encuentra la escuela. ¡Gracias! No aguanto ni un segundo mas de seguir escuchando sus tonterías. Antony se queda mirando a los grupitos que están formados fuera de la escuela y deja de caminar.
-¿Qué sucede?-Le pregunto.
-Nada. Se me olvido algo. Nos vemos después.-Da la media vuelta y sale corriendo por donde veníamos. Yo sigo en dirección a la escuela, aminorando un poco el paso, pues estoy justo a tiempo. Cuando llego al patio Emily se me une.
-Paige preguntó por ti.
-¿Paige?
-Si, pensó que te habías venido temprano a la escuela.
-Acabo de llegar.
-Eso no dijo ella.
-Eso lo explica.
-¿El qué?
-Olvídalo.
-De acuerdo.
Suena el timbre y nos metemos a la escuela. Cada quien se va a su clase. En clases no hago nada mas que luchar contra el cansancio y el agotamiento, y fingir estar poniendo atención. Cuando un maestro me pregunta algo, contesto lo único que escuche de su explicación. Todos se ríen y el dice.
-No, Clayton. Creo que no entendió-Y vuelve a explicar con otras palabras lo mismo. Estoy a punto de morir cuando veo mi siguiente clase: Artes. Me emociono un poco, pues siempre me han gustado las artes, esperando a que sea algo mas manual que teoría. No me equivoco. Cuando entra la maestra al salón, se presenta y nos dice que vamos a hacer. Algo manual.

Empieza a hablarnos de una masa para trabajar y cuando termina nos indica el proceso de elaboración. Una vez que todos preparamos nuestra masa nos enseña rápidamente a usarla. Después nos da la libertad de trabajar cualquier objeto que queramos según nuestra creatividad. Decido hacer un colgante para collar. Empiezo a trabajar con la masa y llega un momento que me pierdo. Mis manos trabajando de forma automática sin la necesidad de recibir orden de mi mente. Cuando siento a alguien junto a mi regreso a la realidad. La maestra esta pasando de lugar en lugar para ver el trabajo de cada uno. Es mi turno.
-¡Qué diseño más interesante!-Dirijo la vista hacia la mesa en donde esta mi trabajo y veo a lo que se refiere. Al principio no le encuentro la forma, pero cuando la vuelvo a analizar veo un diseño complicado que se parece una A entrelazada en color plateado.-Esres muy talentosa.¿Cómo se te ocurrió? No había visto algo igual.-Tenía razón. Yo tampoco. Veo los trabajos de mis compañeros y observo que algunos han hecho corazones u estrellas, mientras otros hicieron comida o vasijas.-Muy bien. Sigue así. ¿Ya lo terminaste?
-Si.
-Bien, puedes dejarlo secar. Tienes los pocos minutos que quedan para hacer lo que quieras.-Dice satisfecha con mi trabajo.
-Voy al baño.
-Claro.
Cuando regreso al salón tocan el timbre del almuerzo.
-Bien chicos, nos vemos en la tarde para que recojan sus trabajos. Estoy orgullosa de todos. Han trabajado muy bien. Sigan así y provecho.
-Gracias-Dicen unos, mientras recogen sus cosas.
En el almuerzo me encuentro con Ethan.
-Hola, ¿Como estas?
-Bien ¿y tu?-Le digo con una sonrisa.
-Estupendamente. Así que...-Nos quedamos en silencio unos minutos- ¿Cuando volvemos a salir?
-No lo sé. Hoy me toca mitología y tengo que llegar a casa.
-¿Qué tal el sábado?
-Es perfecto.
-Bien, es otra cita.
-Si.
-¿En dónde nos sentamos?
-No puedo. Me quedaría contigo a comer pero tengo cosas que hacer.
-Bueno, entonces nos vemos después.
-Si, adiós.
De camino con la psicóloga Antony aparece. Su chaqueta negra luce algo arrugada, pero aún así se le ve muy bien. Lleva a juego unos pantalones negros con una playera blanca ajustada.
-Perdón por lo de la mañana. Actúe como un tonto y...
-No te preocupes.
-Te deje sola.-Continua ignorando mi comentario.-Eso no fue caballeroso de mi parte. ¿A dónde te diriges?
-Con la psicóloga.
-¡Ah,ya veo!. ¿Te obligaron a ir por mal comportamiento?
-No.
-¿Entonces?
-Mis padres se divorciaron y...-Hace dos años, cuando mis padres decidieron separarse y me fui a vivir con mis tíos les recomendaron que sería positivo para mi ir con una psicóloga para lograr superar todos los sentimientos y efectos colaterales que provoca el divorcio de los padres. Yo me negué a ir. Pensaba que era raro ir a contarle tus emociones y pensamientos a alguien totalmente extraño. Cuando el Principal se enteró, habló con la Psicóloga de la escuela para ver si podía ayudarme, ella aceptó y no me quedo otra opción más qué visitarla dos días a la semana. Es algo raro. Prácticamente lo que hacia era preguntarme cosas, cómo me sentía y su porqué, y el porqué del porqué. Cuando le hacia preguntas me respondía con otra generalmente preguntándome que era lo que yo pensaba. Al principio me exasperaba, después aprendí a hacerlo por mi misma y cuando no estaba el terapia y sentía algo me preguntaba porqué hasta que encontraba la respuesta.
-Lo siento, no quería...-Su voz me saca de mis pensamientos.
-No importa. Ya lo superé, solo que tengo que seguir visitándola cada mes.
-¿Y tienes que ir ahorita?
-Puedo ir cuando quiera.
-Entonces ve mañana. Hay algo que quiero mostrarte.
-¿Qué?
-Sorpresa. ¿Aceptas?
-Acepto con la condición de que no me vendes los ojos.
-No pensaba hacerlo. Sígueme.-Dice. Me toma de la mano. Su agarre es fuerte pero suave. Siento un cosquilleo seguido de una sensación de paz. Camino a su lado atravesando pasillos. Llegamos a una pared donde no hay nada.
-¿Qué hacemos aquí?
-Espera.-Me suelta la mano y saca una llave que abre una puerta que no estaba ahí antes. Inmediatamente se pone detrás de mi y con sus manos me cierra los ojos. Me anima a dar unos pasos y entramos al cuarto. Cuando libera mis ojos me quedo boquiabierta.-¿Te gusta?
-Me encanta.-Vuelvo a pasar la vista por el cuarto absorbiendo cada detalle. Es un cuarto bien iluminado con luz artificial que no lastima la vista. Hay un escritorio con sus sillas. Una computadora esta sobre el escritorio. En una de las paredes hay una televisión sobre un mueble lleno de películas. En frente se encuentra un sofá de un material parecido a la gamuza de color café claro. En las otras partes hay estantes llenos de libros clásicos y modernos, leo los títulos, justo mis favoritos. El suelo hecho de alfombra del mismo color que el sofá.-¿De dónde salió todo esto?
-Yo lo decoré. Es mi pequeño escondite, aquí me vengo cuando quiero estar solo, alejado de esos tontos, pero si lo quieres te lo puedo compartir. Agregué los libros para ti.
-No puedo aceptar. Es tu lugar.
-Es muy solitario. Necesita a alguien más... ¿Qué dices?
-Yo... No sé qué decir.
-Di que sí. -Por alguna razón acepto. El lugar me parece reconfortante y cómodo.
-Si.
-Perfecto.-Se dirige a un escritorio, toma algo y me lo da.-Aquí están tus llaves.
-¿Cómo sabías que aceptaría?
-No lo sabía, pero sospechaba que no podrías negarte.
-Gracias. ¿Vienes aquí todos los recreos?
-Generalmente. A veces vengo cuando no quiero tomar cierta clase o después de clase me escapo aquí.
-¿Cómo le haces para que no te atrapen?
-Soy muy sigiloso. Además cuando veo que me están buscando salgo y me voy al baño o al patio. No se les ha ocurrido buscarme por aquí. Esta área de la escuela es muy poco recorrida, pues ya es algo vieja, muchos rumoran que hay fantasmas, pero es mentira.
-Pero hay personas que aseguran que...
-Yo esparcí esas historias. Cuando encontré este cuarto no quería que nadie me molestara, así que decidí alejar a los curiosos.
-¿Pero eso no provoca que muchos sientan morbosidad de ver a un ser sobrenatural y quieran venir a ver?
-Puede ser. Pero creo que están muy ocupados con sus vidas para ver cosas que no existen.
-Tenemos que volver.
-No han pasado ni cinco minutos.
-Pero...-Veo mi reloj. Tiene razón.
-Cuando estas alejado del mundo el tiempo te dura más. ¿Quieres sentarte?-Dice dirigiéndose al sofá. Me siento y siento por primera vez su proximidad. Respiro y me llega su olor. Un olor reconfortante y varonil. Huele a jabón y a cuero, y a algo más que no conozco a la primera, tal vez es algún tipo de especie.
-Tienes razón. Aquí esta muy tranquilo. Me hundo en el sofá y me quedo dormida lo que me parece una eternidad. Antony me despierta. Estoy acurrucada en sus brazos, y se siente bien. Cuando salgo de mi letargo pongo la mayor distancia sintiéndome algo incómoda.-¿Cuanto tiempo a pasado?
-No mucho. Te estaba contando de cuanto tiempo me tarde en arreglar este lugar y cuando volteo a verte estas dormida, así que te dejé un rato, pero creo que ya era tiempo que despertaras.
-¿Ya acabaron las clases?
-No. Te dormiste como unos 15 minutos. Faltan aproximadamente tres minutos antes de regresar al salón. Por eso te desperté. Es momento de regresar.
-Gracias.-Me levanto y lo sigo a la puerta.
-¿Cómo te sientes?
-De maravilla. Ya no estoy cansada.
Salimos y cierra la puerta. En unos segundos me enseña a encontrar la cerradura para cuando venga sin él. Al terminar me toma de la mano y me guía de nuevo a la zona de las aulas. Se despide y me dice que espera verme en la tarde. Las clases pasan volando y termina el día más rápido de lo que pensé. Cuando llego al salón donde dan Mitología, hay otras personas esperando, entre ellas Antony. Cuando me ve, me sonríe. Me siento a su lado y empezamos a hablar sobre que mitología le gusta más. Ambos coincidimos en la griega y egipcia. Después de unos minutos llega Mrs. Bennet a decirnos que el profesor no va a poder darnos clases hoy. Todos en el salón suspiran. De la nada se me ocurre una idea que comparto con Tony. Él acepta. Antes de que los alumnos salgan del salón ambos nos paramos y llamamos su atención.
-Si va a haber clase.
-Pero no hay profesor.-Dice una chica. Tony y yo nos vemos.
-Nosotros les vamos a dar clase-Decimos al mismo tiempo. Todos vuelven a sentarse emocionados. Solo hay dos caras frustradas. Al parecer los obligaron a tomar este taller. Tony y yo les empezamos a contar sobre lo que sabemos. En ocasiones uno termina la frase del otro. Todos están prestando atención, hasta los que, supongo, fueron obligados. Cuando marca la hora de terminar escuchamos muchos reclamos. Nos enfocamos a guardar las cosas. Todos empiezan a salir y cuando pasan junto a nosotros nos felicitan o nos dan las gracias por la clase. Esperamos a que todos salgan del salón y nos quedamos solos.
-Tuviste una gran idea, aunque me hubiera gustado más pasar el tiempo discutiendo contigo de mitología...pero me divertí.
-Gracias por apoyarme.
-Hey, no iba a dejar que te llevaras la diversión tu sola. Me preguntaba si...
-¿Si?
-¿Tienes tiempo?
-Creo que sí.
-¿Quieres ir a...? No sé, creo que tenemos que ponerle un nombre a nuestro escondite.
-Si, pero no puedo tardar mucho o se preocuparan.
-No te preocupes. Solo serán unos treinta minutos incluyendo el regreso a casa. ¿Te gusta la pizza?
-Mucho ¿y a ti?
-También.
-Pero sin carne.-Decimos a la vez.
-Bien, entonces voy a ordenar una pizza.
-Eso sería maravilloso. Me muero de hambre.-Saca su teléfono y llama a la pizzería. Después de esperar un rato, nuestra pizza llega.
Nos dirigimos a nuestro lugar, y me pide que yo abra. Me tardo un poco en distinguir en que parte esta la cerradura pero al final lo consigo. Cuando nos sentamos en el sofá tomo un momento para pensar. Hace un momento dije nuestro lugar. Qué rápido mi mente se acostumbro a la idea. ¿Estamos como amigos?¿O me estoy empezando a enamorar de él? No.Definitivamente no. Somos solo amigos.
-¿Te gustan los libros que escogí?-Dice poniéndole fin al silencio.
-Son mis favoritos, y también están muchos que siempre quise leer.
-Me alegra no haberme equivocado.
-¿Cómo los elegiste?
-Sólo me imagine que seria lo que leerías, y estoy orgulloso de mi.
-Eso es bueno.
-Pero estoy más orgulloso de ti.
-¿Por qué?
-Por tener tan buenos gustos en cuanto a lectura se refiere.
-¿Solo a libros?
-No creo que tus gustos respecto a chicos sea muy bueno.
-¿Qué te hace pensar eso?
-Bueno, no creo que Ethan sea bueno para ti.
-Es el único chico que me ha invitado a salir, a menos que se cuente que te pidan salir a una cita mientras estas en otra cita.
-Puedo solucionar eso.
-¿Cómo?-Deja de comer su pizza y me mira fijamente.
-Sencillo. Aunque aún no creo que sea tiempo.
-¿Tiempo para qué?
-Paciencia. Ten paciencia y verás.
-¿Cuanto tengo que esperar?
-Un par de días, tal vez. Todo depende.
-¿De qué?
-¿Sabes? Eres muy curiosa. Eso es bueno. Aunque a veces exasperante.
-Lo siento.
-No. No tienes nada que sentir. Eso te hace especial. Eso te hace maravillosa. No lo cambies. No pierdas esa parte de ti, pues perderás la emoción, el misterio de la vida.
-Nadie me había dicho algo así. Todos piensan que soy rara y...
-Pues son unos idiotas. Ellos no saben, ellos no piensan. No tienen cerebro ni ojos para ver las cosas. Ellos no ven lo que yo veo.
-¿Y qué ves?- <<¿Ve lo que no ves? Lo que nadie más ve>> Recuerdo la letra de la canción.
-Fortaleza. Gentileza. Amabilidad. Bondad. Coraje. Valentía. A una persona maravillosa que no ve que lo es.-Me ruborizo con lo último. Voltea a ver el reloj en la pared.-Desafortunadamente se nos acabó el tiempo. Es hora de llevarte a casa.
-No tienes que molestarte.
-Tienes razón. No tengo que molestarme, porque no es una molestia, es un placer.-Me extiende su mano.-Dame tu mochila. Te la llevo.
-Yo puedo llevar mi mochila.
-Lo sé.
-Entonces ¿por qué no me dejas llevarla?
-Kiara Clayton: Por una vez que alguien te lleve tu mochila a tu casa no se va a acabar el mundo.
-Gracias.
Salimos de... ¡Espera! Tenemos que ponerle un nombre a nuestro refugio.
-¿Por cierto como le vamos a poner a nuestro lugar?
-Mmmm...¿Como que te gusta?
-No lo sé.
-¿Qué te parece lieu o grotte?
-¿Que significan?
-Es francés. Lugar y cueva respectivamente.
-Me gusta lieu.
-A mi también.
Ya fuera de la escuela caminamos hacia mi casa. Guardamos silencio por un rato. No se me ocurre nada que decir. Quiero hacer un chiste o decirle algo pero no me salen las palabras y al parecer a él tampoco. Estar con él me pone nerviosa en un buen sentido. Es extraño como hace unos días me sentía mal a su lado. En una esquina voy a dar vuelta a la derecha, en eso me paró y corrijo mi error y doy vuelta a la izquierda. Estoy en la luna.
A unas cuantas cuadras de llegar a casa, se rompe el silencio.
-Gracias por compartir tu lieu conmigo. Lo aprecio mucho. No cualquiera comparte un lugar tan especial con alguien a quien a penas conoces.
-No hay de qué. Pero me gustaría llegar a conocerte mejor.
-A mi también.
-¿Mañana puedo llevarte a la escuela?
-No. Pero puedes acompañarme.
-Muy graciosa.-Dice divertido.-Hasta mañana entonces. Descansa. Qué duermas bien.
-Igualmente.
-Cuídate.-Dice. Espera a que abra la puerta y entre a casa antes de alejarse. Una vez dentro mi tía Ally pregunta:
-¿Quién era ese chico tan guapo?
-Un amigo de la escuela.
-¿Con el que saliste la otra noche?
-No.
-¿Vas a comer?
-Ya comí en la escuela.
-¿Cuando?
-Con los chicos del taller.-Una verdad a medias.-Voy a hacer tarea.
-Si. Que te sea rápido.
-Gracias y...provecho.
Subo las escaleras y llego a mi cuarto a empezar la tarea. Cuando abro la laptop para empezar con unas investigaciones encuentro una nota. No tiene nombre. ¿De quién será?

Decido abrirla.

Archai: El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora