Capitulo 21Conversación Privada Con La Reina

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Cuando al fin consigo reaccionar hago una reverencia igual a la que hizo mi hermana. Y le digo: "¿Es ella? ¿Por qué he soñado con ella?" "Si, ella es la Reina Larissa Leith. ¿Has soñado con ella?" "Si. Un par de veces. No me imagine que...¡Dios!" "Tranquila. Solo actúa normal. Nos está observando" en vez de tranquilizarme sus palabras me ponen más nerviosa. No dejo de mirar a sus ojos de un azul turquesa, como los míos. Esta sonriendo. Deja de mirarme por un segundo y pone su atención en mi hermana, siento un piquete en el cerebelo e instintivamente me llevo una mano a la cabeza. "Lo sé. Lo entiendo. A mi me pasó igual. Pero tenemos que esperar.-Mi hermana hace una pausa-Si. Ella también puede." "¿Crees qué...?" Escucho la voz de la Reina en mi cabeza, lo cual significa que ha bajado las defensas. "Solo hay un modo de averiguarlo." En el momento en el que mi hermana pronuncia estas palabras entiendo perfectamente a lo que se refiere. Quiere entrar en mi mente, así que elijo el primer pensamiento que se me viene y le doy vueltas, tratando de no pensar en otra cosa. "¿Por qué sobreviví al veneno drow? ¿Donde esta Antony? ¿El tipo de ojos rojos me decía la verdad? ¿La Coca-Cola de cereza también funcionará contra el dilitírio?" Al parecer esto convence a la Reina, pues al instante le dice a mi hermana: "Esta ocupada con sus pensamientos" "¿Estas segura?" La forma en la que le habla de tú me sorprende, pues todos los demás le hablan de usted; al parecer se tienen demasiada confianza. "Si, le da mil vueltas a lo de los Drows. ¿De casualidad sabes a que se refiere con <<¿El tipo de ojos rojos me decía la verdad?>>?" "No. No me ha comentado nada. No hemos tenido mucho tiempo para pensar en otras cosas" "Me preocupa." "A mi también" "Por poco muere. No creí que ellos serían capaces de envenenarla. Pensé que..."
-Su majestad, es un placer disfrutar de su presencia en esta cena.-Habla mi padre.
-Gracias, Lord Wifderk. Ya veo que sus dos hijas están de nuevo con ustedes.
-Así es.
-Me alegra. Después de la cena me gustaría conversar con su hija, Kiara, en privado.
-Por supuesto, su majestad.
-La cena esta lista.-Interviene un hombre con aspecto de mayordomo.
Pasamos al salón donde se encuentra el comedor. La reina se sienta a la cabecera y mi hermana y yo a cada lado el ella, nuestros padres toman asiento a nuestro lado: Lord Wifderk junto a mi hermana y Lady Wifderk junto a mi. Sus otros acompañantes se sientan a la mesa y veo que otros dos se quedan de pie, en actitud protectora. Uno de ellos me vigila a mi. Los ayudantes sirven los platos y todos empiezan a comer.La Reina empieza a hablar con mis padres y mi hermana, intentando incluirme en la conversación, sin obtener mucho éxito. "¿Por qué hiciste eso? ¿Para qué quieres hablar con ella?" La platica secreta entre mi hermana y la Reina prosigue, sin que nadie más se entere. "Sólo quiero conocerla, es todo." Solo puedo escuchar lo que dice la Reina, por los pensamientos de mi hermana. "Pero..." "Lo sé, cariño, pero quiero hablar con ella" "¡Tengo una idea! ¿Por qué no nos invitas al castillo?"Le contesta mi hermana con un tono de sarcasmo. "Sería una buena idea. No lo había pensado" Decido intervenir antes de que se les vuelva a ocurrir que estoy escuchando su conversación privada. "Hermana, ¿por qué ese tipo de allá me vigila?" Tanto la Reina, como mi hermana, ponen los ojos como platos, algo estupefactas. "Creo que es...porque no se fía de ti." "Oh, bueno, eso tiene sentido ¿Dónde está Antony? ¿Qué ha pasado con él?" Esta vez no es mi hermana la que me responde. "Tuvo que irse unos días a su...pueblo para informar a su Rey el ataque Drow, pero regresará en unos días. No te preocupes. Él esta bien." "Oh...gracias, su majestad." La cena sigue como si nada, al parecer ninguno de los presentes se entera de la conversación que mantuvimos mi hermana y yo con la Reina. Los platos vienen y van: Cordero bañado en salsa de tamarindo, crema de verduras, lomo, pato a la naranja, y de postre tarta de frutas; de bebida sirven vino y agua. Cuando termina la cena, los invitados se dirigen a la sala de baile, donde mi hermana empieza a tocar el piano, todos hablan, se ríen y comentan cosas sobre política. Empiezo a aburrirme hasta la muerte, y el dolor de cabeza que tengo no hace las cosas más sencillas. Estoy sentada en una silla cubierta de terciopelo rojo, la sala esta pintada con tonos blancos y dorados, hay candelabros en las paredes, pero en vez de velas tienen focos disimulados que hacen que la estancia este bien iluminada. Empiezo a darle vueltas a mi anillo y cambiarlo de dedo cuando una mano se posa en mi brazo. "¿Te estas divirtiendo, querida?" Es la Reina. La ultima vez que me había fijado en ella estaba conversando con un señor, el cual me presentaron como su consejero principal. "Es...es una elegante reunión" "Si, lo es. Ven, sígueme, quiero hablar contigo." Me levanto de la silla y salimos del salón rumbo a la biblioteca.
-Bien, querida, ¿Cómo estás? Me enteré que los Drows atacaron y que te envenenaron, y que sobreviviste sin la ayuda de los Antiguos.
-Si, nos atacaron, pero no se preocupe, tuve suerte, estoy bien.
-Me alegra que estés bien. Fue impresionante tu recuperación. En todos mis años nunca he conocido a alguien que sobreviva al dilitírio.
-Gracias. Creo que la Coca-Cola me ayudó a sobrevivir.
-¿Cómo lograsteis escapar? Ese chico Antony me contó un poco pero fue muy vago su relato.
-Estábamos en el parque, y escuchamos pasos, él me tomo de la mano y me sacó del parque, unas personas de negro nos siguieron, así que empezamos a correr. En un momento, Antony se detuvo para retrasarlos y comenzó a luchar contra uno de ellos, eran cinco, así que decidí ayudarlo, uno de ellos traía como una aguja, no sé exactamente qué era, y me lo clavó en la pelea, después estaba tan enojada porque parecía que no les afectaban nuestros golpes, y en eso... No sé qué pasó, los cinco estaban tirados en el suelo, cubriéndose los oídos. Así que aprovechamos la oportunidad y salimos corriendo hasta el auto de Antony. Después mi hermana nos encontró en la carretera, y entre ambos condujeron hasta aquí.
-Fue...muy valiente lo que hiciste.
-No fue nada. Sólo no podía dejarlo solo.
-Antony y tu, ¿Son...?
-Buenos amigos.-Me ruborizo cuando lo digo, y me acuerdo de todos los besos que nos dimos, y de la declaración que me hizo a la cual no respondí, pues sonó el timbre en la escuela. Prácticamente se puede decir que somos novios, aunque es incómodo admitirlo ante alguien que apenas conoces.
-Me preguntaba si...¿Quiseras conocer el "palacio"?
-Sería un gran honor., majestad.
-Prácticamente solo es una casa, un poco más grande que las demás, para que los humanos no sospechen nada. Pero los Arcontes suelen referirse a él como "Palacio".
-¿Viven entre humanos? Pensé que era una comunidad exclusiva de Arcontes.
-Si. De hecho pensamos en vivir sin humanos, pero eso podría convertirnos en un blanco fácil. Hay una tregua para no atacar enfrente de humanos. Tal vez tenemos que cubrir más las apariencias, pero ellos cubren el rastro a los atacantes del lrden (orden) y lo justo.
-¿Esta es la única sociedad que...?
-¿Existe? No. Esta es la más grande, donde viven los líderes Arcontes, y otros cuantos más poderosos, pero hay miles de Arcontes mezclados entre la sociedad. La mayoría tienen las mismas características que nosotros, aunque hay otros con el cabello castaño o negro, y ojos que van desde el gris, verde, café miel, ámbar y, hasta negros.
-¿Por que yo tengo el cabello blanco? Mis padres no tienen el cabello así, ni el color de sus ojos. No me parezco a mis padres.
-No lo sé querida, no sé porque tienes el cabello así.-Hay tristeza en su voz.
-¿Cómo puede ocultar a los otros Arcontes su léxeon?-El léxeon es una forma que tienen los Arcontes para comunicarse en silencio en la mente de los otros Arcontes. Para ellos es como hablar en voz alta como lo hacen los humanos y todos los Arcontes pueden escucharlo, solo los mortales no nos pueden oír. En el momento en el que hago la pregunta me arrepiento. Es como pegarte un letrero grandote que dice <<Escuche su conversación secreta. Estaba espiando>> La sonrisa de Larissa se deforma en algo parecido a una mueca, pero al instante vuelve su sonrisa.
-Puedes hablarme de tú, querida.
-Gracias, majestad-Digo conservando lo que entiendo de etiqueta y modales.
-Y puedes llamarme...Larissa, si quieres. En cuanto a la respuesta a esa pregunta...es solo un mito que se puede hacer eso. Al menos no ha existido nadie que pueda hacerlo, aunque seria maravilloso. ¿Por qué preguntas, querida?
-Solo curiosidad. Sabia que era un mito, pero me pareció...en la cena me pareció que usted lo hizo con mi hermana. Nadie más se entero de que estaban hablando entre ustedes.
-No, nadie más nos escuchó, solo tú.
-No lo sé. No entendía que pasaba, sólo capté ciertas palabras. No era mi intención escuchar, solo, solo...
-Lo hiciste. Ya veo, cariño. No te preocupes. Ahora cambiemos de tema. ¿Te estabas divirtiendo en la fiesta?
-La verdad no. Todos hablando de política, mi hermana tocando música clásica...
-¿No te gusta la clásica?
-No. Bueno si. Escucho algunas piezas, pero no es mi genero favorito. Si por mi fuera, escucharía algo más, algo diferente.
-Es una lástima. La música clásica no tiene el aprecio que se merece.
-Lo siento.
-No lo sientas, cariño. No es tu culpa.
-¿No sé preguntarán dónde está usted?
-No. Los Lords, el duque, la condesa y mi consejero no les importa mucho.
-Me refiero a sus guardaespaldas. Seguramente la están buscando.
-No. Ellos saben que estoy aquí.
-¿Y eso no les presenta un peligro? ¿Qué este usted...qué estés sola?
-No. Tú eres alguien de confianza. No se preocupan por eso.
-Uno de ellos no me considera confiable.-Mascullo, recordando como me miraba uno de ellos. Como si estuviera apuntando un misil o una bomba nuclear a Larissa.
-No es cierto, cariño. Por supuesto que eres confiable.
-¿Entonces porqué me miraban como una amenaza?
-Solo te examinaba. Eso es todo.
-¿Cómo sabe que soy de confianza, si apenas me conoce?
-Estoy apostando. Además, se ve en tu mirada. Eres buena y bondadosa.
-Puede seguir apostando. Jamás te haría daño.
-Lo sé. Lo sé, cariño. ¿Te apetece regresar a la reunión?
-No mucho, pero creo que tenemos que regresar.
-Yo tampoco quiero regresar. Por mi me quedaré contigo platicando, pero eso no es posible. Andando. Tal vez puedas cantarnos algo.

Archai: El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora