El deseo de la estrella

Cap 9 parte 3

Todos los empleados de la cafetería del centro soltaron un suspiro al terminar el turno. Se retiraba el último cliente y cada uno se dejó caer en una silla antes de empezar a limpiar.

–Vaya tardecita –se quejó Tom –no me lo tomes a mal Day, pero desde que llegaste no ha habido días tranquilos.

–Ja, ja, ja –soltó una risa Damy –ya sé, por un momento pensé la mitad de nuestra clientela entraría en celo en cuanto pusiste un pie dentro ¿quién diría que tus hormonas atraerían aún más personas?

–Lo lamento –se rascaba nerviosa la nuca mientras hacía ligeras reverencias disculpándose.

–La verdad fue divertido, vean la cantidad de propinas –Sofy señalaba el bote lleno de dinero. Ceres salió de la cocina con un six pack de cervezas, todos miraron sorprendidos y felices.

–Se lo ganaron, les comparto de mi reserva personal –decía mientras les pasaba una lata a cada uno. Al momento de entregarle la suya a Adaya, la castaña le regalo una ligera sonrisa y la morena asintió algo sonrojada. Damy se percató de ello y Ceres lo pasó de largo.

–Tú no, debes cuidarte –le dijo la dueña.

–Aaaah –se quejó –una no me hará daño –intentaba arrebatarle una cerveza a su amiga, hasta que se rindió. Tom le entregó una soda.

–Para que bebas también de una lata mínimo.

–Me vengaré Cery –miró a la dueña desafiante –propongo un brindis –se levantó tan energético como siempre.

–¿Y por qué o quién brindaremos? –Sofy abría su bebida.

–Por la novia de Day por supuesto –todos los presentes se quedaron callados y Adaya sintió la sangre en sus mejillas –si no fuera por ella nuestra alfa no hubiera despertado y atraído tantas personas –alzó su soda hacía la morena –y porque hace feliz a nuestra nueva empleada... ¡POR SANNA!–los demás alzaron levemente sus latas y bebieron.

–Gracias Damy, le contaré en la próxima cita... yo brindaré por tu bebé, porque nazca sano y fuerte –los demás le siguieron.

–Yo por la jefa por darnos con que brindar –cada uno empezó a brindar por lo primero que se les venía a la mente y se fue vaciando el alcohol, pero el ambiente se amenizó.

Cuando terminaron, cada uno se puso en un área y comenzaron a limpiar, aun cuando Ceres les dijo que podían hacerlo mañana, todos se negaron, ya estaban ahí, qué más daba un rato más. En un momento la música se escuchaba por la cafetería como si estuviera abierta, bailaban y cantaban mientras pasaban trapos, escobas y trapeadores por todos lados.

–Ja ja ja ja –Sofy se reía fuerte y armoniosamente –¿Day qué es eso? ¿No te enseñaron tus papás a bailar? –la morena negó.

–Este tipo de baile no, soy más de bailes clásicos o de salón–le dijo con una sonrisa despreocupada. Poco a poco todos empezaban a acostumbrarse a ese gesto encantador.

–No, no –meneaba la cabeza –muy mal, en la vida hay que saber bailar de todo, mira, este bailes es sensual, tienes que moverte sintiendo la música –Sofy se movía rítmicamente meneando sus caderas en un hipnótica danza –ven –la universitaria se posó junto a su compañera y le marcaba el ritmo –así, eso, uno dos, uno dos, espera... ¿Cery me ayudas? –la dueña miro sus empleadas.

–No So, yo no...

–Vamos mujer, tú fuiste la que me enseño este mismo baile, ven –Ceres no supo porque, pero obedeció y en un momento ya estaba en los brazos de la alfa, sus auras instintivamente se mezclaban en busca de darse confort y calidez. Hasta entonces ambas fueron conscientes de que hacía buen tiempo no estaban tan cerca. Sus ojos se cruzaron y Ceres empezó a moverse lenta, Adaya la siguió, Sofy decía algo, pero ninguna realmente ponía atención, las manos de la morena se posicionaron en la cintura de la castaña y sus cuerpos se fueron sincronizando.