Lunes temprano por la mañana, una mujer de castaño cabello ondulado y tez clara caminaba hacía un establecimiento donde claramente se podía ver que servía como una cafetería. Sacó las llaves para abrir y noto la presencia de un hombre algunos años mayor a ella, robusto y fuerte.
–Buenos días Tom –saludo sonriente la joven.
–Buenos días señorita Ceres –contesto el hombre.
–¿Qué tal tu noche? –pregunto mientras metía la llave y hacía girar el mecanismo interno de la cerradura.
–Bastante tranquila realmente –ella levanto una ceja.
–Te escucho y no lo creo Tom, parecieras otro ja, ja, ja –lanzó una sonora risotada.
–¿Qué le puedo decir? –se encogió de hombros –tenía que madurar en algún momento.
–Ajá ¿y está repentina madurez no tiene nada que ver con... –ella no termino la frase, él se encogió de hombros y ambos entraron para comenzar sus labores.
Las cosas en la cafetería del centro habían estado relativamente iguales, tenían a sus clientes de siempre y algunos nuevos, adornaban conforme a los días y cambiaban el menú experimentando con nuevos sabores. Ceres estaba haciendo pedido en cuanto la campanilla sonó.
–Buenos días Cery. –dijo con voz suave y una agradable sonrisa.
–Hola –la dueña le devolvió la sonrisa.
–Huele delicioso el ambiente, supongo Tom ya está en la cocina.
–Así es.
–Me gustaría ayudarle.
–Mejor encárgate de las mesas.
–Sí jefa.
Mientras su nueva empleada tomaba una franela y el limpiador, Ceres sonreía la verla. La verdad era una joven encantadora, y aunque ya habían pasado algunas semanas, le veía como el primer día.
Todos los empleados de la cafetería estaban bailando alegremente, aun cuando habían tenido demasiadas tensiones en los últimos días, pero ese momento simplemente era alegre. Y después sonó la campañilla dando paso a una mujer de cabello café claro y ojos verdes, todos se detuvieron en seco al mirar a tan bella mujer, ella lo noto y se acercó.
–Buenos días, una amiga me manda –había dicho la hermosa joven, para después extenderle una carta a la dueña.
"Estimada Cery:
No tendría mi consciencia tranquila si me voy así, más que nada es para justificar la aparición de quien te ha entregado esta carta. Sé que te será de ayuda, ya sabes por Damy. Ella es Christine, una antigua conocida, créeme que te arrepentirás si no la contratas.
Salúdame a todos.
Atte:
Day (alias alfa tonta).
P.D. No tienes que pagarle."
–Esa idiota –susurro, para después respirar profundo y finalmente, al ver esos ojos verdosos expectantes, se decidió a hablar.
–Sí, la verdad necesitamos ayuda –Damy tomó la palabra –como veras dentro de poco estaré indispuesto –se tocó su pancita, que realmente no estaba tan abultada –y necesitamos ayuda, ¿cuál es tu nombre?
–Christine, pero pueden decirme Chris y muchas felicidades –la joven tenía una encantadora sonrisa, casi angelical.
–Pues la ayuda que requerimos en las mesas –y así empezó la instrucción.
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El deseo de la estrella
Fanfiction"Mi mamá me leyó alguna vez un cuento donde una princesa pide un príncipe todas las noches a las estrella. Un día una estrella fugaz escucha su plegaria y decide bajar para ayudarla a encontrar a su verdadero amor..." Ceres, a pesar de ser omega, s...