Capítulo 13 Todo lo que se siente

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Una alfa de piel trigueña y hermosos ojos verdes claros, caminaba por su mansión, los empleados que se la topaban le hacían una reverencia sin descuidar sus tareas, ella correspondía con un leve asentimiento. Aún era temprano, por lo que incluso permanecía en bata, algo poco común, pero esa mañana se sentía extraña.

Preguntó a la ama de llaves por su esposo y le contesto que ya se había marchado, ella pensó era obvio, él siempre trabajaba tanto; iba a preguntar por su hijo, pero sabiendo que sería la misma respuesta, prefirió ir a su habitación a cambiarse de una vez por todas. Su primer atuendo era un conjunto sport para ir al gym, pidió su licuado de proteína y una vez en su auto el chofer la llevó al club. Se estuvo ahí un rato, entre su rutina de ejercicio y el desayuno, después se arregló para ir de compras y muy probablemente iría a comer con alguna otra esposa de algún socio. Había pasado tiempo desde que no se paseaba por la oficina y sus inversiones se las había delegado a un contador hacía años, así que su vida estaba totalmente en orden en ese momento, sin embargo, una extraña sensación habitaba en su pecho, más como un presentimiento, la verdad había estado algo alterada desde que cierta alfa de melena oscura había empezado una relación con la heredera Gomz.

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Victoria lanzó un suspiro, estaba por oscurecer y ella regresaba a la mansión Rendón. Pidió al chofer si podía tomar algún camino largo, él sin inmutarse obedeció. Por la ventana notó algunas gotitas de lluvia, eso le sacó una sonrisa y empezó un viaje por el pasado. Recordó su casa antes de que su padre se uniera a esos hombres que le ayudaron a hacer su fortuna con petróleo, "oro negro" como le decía su madre, recordó a su hermana que murió en esa guerra de su país natal. Sonrió por su primer recuerdo con Paulus a los 15, después los años que no se vieron aun al saberse comprometidos.

...

–Deberías tomar la siguiente salida –dijo una hermosa joven de cabello castaño y ojos verdes, mirando la señal de desviación.

–Lo siento, es difícil ver con tanta nieve –le respondió un alfa de melena castaña oscura y ojos grises, mientras le regalaba una sonrisa socarrona. Ella le sonrió divertida y se giró un poco para mirar al asiento de atrás, en donde plácidamente dormía un infante de 1 año de vida, en su baby trend*, era la perfecta combinación de ambos, con su cabello castaño claro y ojos grises. *Portabebés, sillita para auto, silla convertible, adaptador de silla de bebé para auto.

–Luka está bien, tranquila.

–Lo siento Dallas, es mi instinto.

–El mío también reacciona, no te preocupes –le dijo asomando los caninos.

El clima, como lo había mencionado él, no era el mejor, pero ambos habían decidido que pararían hasta la siguiente ciudad.

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Abrió los ojos, aún era temprano, por lo que incluso el cielo permanecía oscuro. Se dijo que muy probablemente no habría nadie en la cafetería, incluso no habría algún establecimiento en servicio a esa hora. Sabía que intentar conciliar el sueño no era una opción, así que decidió mejor salir de la cama y buscar que hacer. Prendió la televisión, un noticiero con presentadores betas daba algunas notas con lo de siempre: politica, deportes, la bolsa de valores, la moneda en compra-venta, incluso salió el clima; pero lo que llamó su atención fue la sección de espectáculos donde se hablaba del romance de la heredera Gomz con cierta alfa de melena oscura. Sonrió recordando las últimas palabras de Adaya.

Hay una cafetería con personas muy agradables, creo te haría bien trabajar ahí, pronto tendrán una vacante.

Pensar en la morena le daba picazón en el cuello, más específicamente en una marca que tenía años intentando cicatrizar, aun si su cuerpo podía camuflajerala, en su alma permanecía el recuerdo. Así que tomo su móvil y envió un mensaje.

El deseo de la estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora