El deseo de la estrella

Capítulo 12 Aquello que no vemos

Damián abrió los ojos, se encontró con una rubia melena y por un segundo eso le decepcionó. Recordaba haberse quedado dormido en el sillón junto a Tom. Lo más seguro es que el cocinero se retiró en cuanto llegó Arthur, que ahora dormía plácidamente junto a él. Miro el reloj y aún era temprano, cerró nuevamente los ojos y entonces una avalancha de imágenes de la noche anterior lo invadió junto a un sonrojo.

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Después de la cena, él y su amigo habían hablado sobre Adaya, ambos pensaban que la morena era una mujer muy fuerte, pues siempre procuraba mostrar una sonrisa, aun con su pasado, ninguno podía imaginar el dolor de perder a su pareja y a un hijo; fue entonces que con el calor de la conversación se acercaron, pero no en plan romántico, simplemente quería acurrucarse uno con el otro y así permanecieron.

Pronto Damy se empezó a quedar dormido, pero quería seguir hablando con el delta, aun cuando ya no decía cosas coherentes: "¿qué hubieras hecho si el cachorro que espero fuera tuyo? ¿Te habrías quedado a mi lado? ¿Por qué solo sales con mujeres? ¿También sientes celos así como yo contigo? ¿La mujer que te marcó aun es importante para ti? ¿Crees que podríamos ser predestinados?". El castaño miraba el techo con los ojos sumamente abiertos, sabía que esas preguntas se formularon en su mente antes de perderse en el mundo de los sueños, pero no sabía si las dijo en voz alta.

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Sofy apenas se preparaba para ir a clases cuando le llegó un mensaje, era Michael, una sonrisa se instaló en su rostro al igual que un leve sonrojo. Desde que Adaya le había dejado su esencia, el omega pareció reaccionar y procuraba estar más cerca de ella, se llamaban con más frecuencia y ahora, él le acompañaría en el bus todas las mañanas.

Michael Angelo, era el omega que compartía clases con So, desde primer semestre ambos se habían llevado bien, pero con el tiempo, Sofy había desarrollado sentimientos hacía él. Sabía una relación entre un omega hombre y una mujer beta no sería bien vista socialmente, pero aun así quería intentarlo, se moría de ganas de estar con el omega de ojos claros.

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Ceres despertó con un malestar en el pecho. Aun cuando el dolor había pasado, le quedaba una extraña sensación. Ahora que lo pensaba, desde que Adaya entró a su vida, esa extraña sensación se había hecho presente. Sin pensarlo se vio recordando la primera noche que se vieron, el basurero y la situación en la que se pusieron ambas.

–Pareciera a veces me haces ir en contra de mi propia voluntad –susurro pensando en la morena. De inmediato se sonrojo recordando su última fantasía antes de caer dormida. No sabía si se debía a que se acercaba su celo, pero de verdad Adaya rondaba muchísimo su mente, en especial si había tenido algún encuentro con Sanna, pareciera su mente quería protegerse de los encantos de la heredera usando a la morena de escudo, pero solo la hacía confundirse, ya que su omega se había alterado en primera instancia por la alfa de melena oscura.

Sin más, dejo sus pensamientos de lado y mejor se fue a duchar con agua fría, necesitaba despertar, tenía un negocio que atender. Pero una vez desnuda y en la regadera, froto su cuello encontrándose con esa leve cicatriz y del otro lado la tenue marca de Sanna se estaba borrando. Se preguntó que se sentiría ser mordida completamente, también le llegó la duda de que sentiría un alfa al morder, pues no conocía a muchos alfas y la única persona con esa respuesta había perdido a su pareja, así que no pensaba preguntar.

...

Mica (como sus amigos llamaban a Michael) arribo en su bicicleta frente al edificio de So, quien le saludo desde su ventana. Él dejaba su vehículo encadenado a la entrada y ambos emprendían camino rumbo a la parada del bus. Ya se les hacía costumbre el caminar juntos, pero esa mañana él se acercó aún más y tomo la mano de Sofy, quien muy sonrojada, pero también sonriente sujetó la mano de Mica hasta que tuvieron que emprender su viaje.