Cap 5 parte 3/3

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Tom sujeto la mano de Sofy, quien salía de la bodega bastante pensativa.

–Supongo que ya lo notaste –la universitaria asintió –debes prometerme que no dirás nada, ni a Ceres ni a Damián.

–¿Cómo puedes pedirme eso? –decía sorprendida –tú más que nadie debería entender el peligro que corre Ceres –él la miro serio –además, creo hay algo aún más que esconde y Damián también tiene derecho a saber –sacó de su delantal un panfleto, Tom miro sorprendido a la persona que aparecía.

–No importa –sacudió su cabeza –eso es asunto de ella –jalo a la cocina a Sofy, ya que la dueña y compañía pasaron cerca –todos tenemos una historia del antes y después, ella ya lo dirá en su momento.

–Me sorprende que seas tú el que la defienda, pensé no te agradaba.

–Digamos que es una cuestión de castas, de igual forma yo no fui quien le coqueteo y ahora quiere indagar en su vida –la joven se sonrojo.

–Bien, lo dejaré por la paz, pero si pasa algo será tu culpa.

–Y asumiré mi responsabilidad antes de romperle la cara –le sonrió travieso y ella solo rodo los ojos y se retiró a sus labores, pero aun con muchas cosas en mente.

...

–Ceres –Sofy llamo a la dueña en un momento que estaba tranquila la cafetería.

–¿Qué pasa?

–¿De dónde salió Adaya?

–Pues de la basura –dijo divertida, pero al notar la seriedad de la joven continuo –o ¿a qué te refieres?

–¿No sabes algo más de ella? Cómo... si tenía ¿un trabajo? ¿pareja? ¿su apellido? –la castaña cayó en cuenta con las palabras de su compañera y miro hacía las mesas donde la morena sonreía a un par de clientes.

–No, no tengo ni idea –la universitaria observo a la omega que no apartaba la vista de su nueva empleada –debería hablar de esas cosas con ella –Sofy asintió.

Tom le lanzó una mirada asesina desde la cocina, la beta solo le sonrió y se encogió de hombros. Sí bien no le había dicho algunas verdades de Adaya, ya le había sembrado la duda.

La morena se acercaba a la barra por su pedido y jugaba un poco con el ojiverde que parecía muy contento en presencia de la joven. Damián se preguntaba que tenía esa mujer que lo hacía reaccionar así, si bien era cierto que él ya tenía pareja, su instinto inconscientemente reaccionaba a la presencia de Adaya.

Ceres por su parte tenía un debate interno, conocía a Damián, pero su instinto se alteraba a cada vez que le sonreía o veía de esa manera a la morena, quien no ponía objeción, lo cual la irritaba. Intento respirar para controlar su aura, pero a su mente le asalto el recuerdo de los últimos días donde la joven traía otras esencias, perfume e incluso labial, eso más las palabras de Sofy haciéndole eco, definitivamente estaba molesta. De un momento a otro jalo a Adaya lejos de todos.

–¿Cuál es tu nombre completo? –la nueva empleada no se esperaba eso.

–Adaya Luna Besteiro –respondió directa y tranquila.

–¿A qué te dedicabas antes de encontrarnos?

–Soy escritora independiente –eso no la sorprendió, por el perfil de la morena, era algo de esperarse.

–¿Qué hay en tu maletín?

–Mi herramienta de trabajo –la castaña entrecerró los ojos –una computadora portátil y algunos papeles.

El deseo de la estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora