XXII

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- ¿_____? Dime ya qué diablos está sucediendo -farfulló Wolverine entre dientes.

Sus ojos permanecían fijos en los de la chica, que ahora apuntaban hacia el suelo, escapando de su penetrante mirada. La respiración de ella se encontraba agitada, inhalando y exhalando arrítmicamente por su nariz a la vez que más y más lágrimas recorrían sus mejillas.

- Logan, yo... -comenzó a explicarse; pero se detuvo, rompiendo en llanto. Por un breve momento, él recordó la noche en que dio con ella a orillas del lago, su angustia...
- ¡¿Que tú qué, maldita sea?! -exclamó el entonces, acercándose al grueso vidrio que los separaba, propinándole un violento golpe a puño cerrado. En cierto modo, no podía evitar sentirse traicionado. La castaña se cubrió el rostro con las manos en respuesta. -Sabía que no podía fiarme de ti, ¡lo sabía!

Su volumen de voz ahora era demasiado alto. Logan le dio la espalda, pasándose las manos por el cabello con frustración.
-¡Aaagh! -gritó él entonces, intentando liberar la rabia que lo embargaba. Propinó otro golpe, esta vez a la pared. Luego volteó a verla.- No puedo creer que todo el mundo me insistía para que confiara en ti. No puedo creer que comenzaba a creer tu estúpido papel de mosquita muerta. ¡No puedo creer que...!
- ¡BASTA! -explotó ella. Se llevó la mano al pecho y la apretó en un puño, como si no pudiera respirar. Largos arañones rojos se extendieron sobre su piel a raíz de dicho gesto, pero no le importaba.- ¡Tú no sabes lo que sucedió esa noche! ¡Y no sabes la suerte que tienes de no recordarlo! ¡Fuiste tú quien se interpuso en la trayectoria de la maldita bala! ¡TÚ!

Logan rió cínicamente, lo que heló la sangre de _____. Estaba segura de que el jamás le creería.
A estas alturas, ambos se hallaban gritando desaforadamente el uno al otro.

- ¿Ah, sí? ¿De verdad esperas que me trague ese cuento de mierda? -negó con incredulidad. Le hervía la sangre el pensar que _____ intentara tomarlo por idiota de aquel modo. Y eso sí que no pensaba permitírselo. -¡¿Por qué mierda habría de meterme frente a tu jodida bala, _____?! ¿POR QUÉ...?
Ella lo interrumpió. Sus primeras palabras, fueron pronunciadas en simultáneo a las últimas de él.
- ¡PORQUE PENSASTE QUE ELLA ERA YO!

Su voz cargaba dolor; como si aún doliera el que él la hubiese confundido; o no haber podido ser capaz de reconocerla.
Tras terminar de hablar, su respiración era también agitada. Ella le dio la espalda. Sólo así Logan pudo ver las tres gruesas cicatrices de aproximadamente un centímetro de ancho comenzando en su espalda alta, ubicadas entre los tirantes de su camiseta, extendiéndose hacia abajo.
Sólo había una cosa que podía causar tales heridas...

Se miró los nudillos, tragando saliva.

¿Cuánto más sobre aquella fatídica noche aún le faltaba por conocer?

The HandlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora