X. El aventón

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Lo siguió, y él pareció no notarlo. Se subió al carro que pendía de su camioneta, y se acostó allí cubriéndose con algunas lonas para que él no pudiera verla. Se estaba congelando, pero no importaba. Tenía que marcharse, y no tenía dónde ir. Cualquier sitio parecía mejor que aquel pueblo de mala muerte en el que hubo estado recientemente.

Pronto sintió como si el automóvil hubiera detenido la marcha. Se preguntó si habrían llegado a alguna parte; sin embargo, se quedó inmóvil al oír la puerta del coche abrirse y pasos aproximarse al sitio donde ella estaba. Sintió como si la picaran con algo; pocos segundo después, él ya la había descubierto.

—¿Qué demonios estás haciendo?

Su voz era grave, seca. Lo vio sacarse el grueso cigarro de la boca, para luego agachar la cabeza avergonzada.

—Lo siento. Necesitaba un aventón, pensé que tal vez podías ayudarme.

—Lárgate —le respondió él con expresión adusta. Tomó el bolso con las pertenencias de Rogue, y lo aventó al suelo.

—¿A dónde se supone que vaya? —interrogó ella, sin saber qué hacer. Él era su última salida.

—No lo sé.

—¿No lo sabes, o no te importa? —quiso saber, a la vez que se bajaba del carro.

—Escoge una.

Ella tomó sus cosas del suelo sin apartar la mirada de aquel sujeto.

—Salvé tu vida —soltó ella desesperada a la vez que lo observaba subirse nuevamente a la camioneta.

—No, no lo hiciste— respondió "Wolverine", justo antes de cerrar la puerta y comenzar a andar.

Unos pocos metros después, se detuvo. Rogue corrió hasta la camioneta y se montó en ella también.

—No tendrás nada para comer, ¿verdad?

Preguntó ella luego unos instantes andando. Estaba famélica. Notó cómo el hombre se colocaba el cigarro en la boca para abrir la guantera del auto y extraer algo de su interior, algo que dejó sobre sus piernas. No se detuvo a ver qué era. Lo abrió, y se lo metió en la boca con desesperación. Él la observaba. Unos segundos después, decidió quitarse la capucha del abrigo.

—Soy Rogue—, se presentó volteando a observarlo. Él le dio una calada a su cigarro. Reparó en una pequeña placa que pendía sobre su torso— ¿estabas en el ejército? Eso... ¿no es del ejército?

Él miró hacia abajo y procedió a esconder aquel colgante. Ella lo observó un instante y procedió a examinar todo a su alrededor. La parte de atrás de la camioneta lucía como una pequeña habitación con algunos cacharros.

—Wow.

—¿Qué?

—Mi vida no está tan mal después de todo —dijo ella, y él pareció enfadarse

—Oye, si prefieres la calle...

—No, no —lo interrumpió—. Se ve muy bien.

Wolverine la observó.

—Luce acogedor —finalizó Rogue antes de desviar la mirada.

Se frotó las manos. Estaba congelándose; y él pareció haberlo notado, porque procedió a encender la calefacción.

—Pon tus manos en la calefacción —le dijo, mientras le pareció que él intentaba tomar sus manos. Ella se apartó bruscamente.

—No voy a lastimarte, niña —replicó él al notarlo.

—No es nada personal —comenzó a explicar ella— es que, cuando la gente toca mi piel, algo pasa.

—¿Qué?

—No lo sé. Se lastiman.

El hombre la observó unos instantes.

—Está bien.

Rogue dirigió su mirada hacia sus manos, posadas en el volante del automóvil.

—Cuando salen, ¿te duele?

—Siempre.

Se hizo un breve silencio entre ambos.

—¿Qué clase de nombre es Rogue? —soltó él.

—No lo sé, ¿qué clase de nombre es "Wolverine"?

Éste la miró un instante.

—Mi nombre es Logan —se presentó.

—Marie —respondió ella.

Por un momento creyó ver un esboce de sonrisa en el rostro de Logan.

—Deberías ponerte el cinturón —aconsejó.

—Mira, niña. No necesito de tus consejos...

Entonces justo algo sucedió. De la nada, un árbol cayó sobre la parte delantera del automóvil, y debido a la inercia, Logan salió disparado a través del cristal delantero del mismo.

Rogue levanto la cabeza y vio con horror el cuerpo de Logan tirado en la nieve. Pero también, cómo se levantaba un poco adolorido. Un dolor punzante atrapó su atención, su pierna había quedado atascada debido al impacto

Miró a Wolverine con expresión de horror.

—¿Estás bien? — preguntó él, mas ella no contestó— niña, ¿estás bien?

—¡Estoy atascada!

Logan se limpió la cara mientras se acercaba al coche para ayudarla; entonces notó que algo no andaba bien. El árbol que había caído sobre ellos parecía que había sido derribado intencionalmente. Comenzó a rastrear la zona empleando el oído y el olfato, y levantó la guardia sacando sus garras. De pronto, un ser se abalanzó sobre el, y lo empujó contra lo alto de un árbol. Se levanto con dificultad, pero fue atacado nuevamente; esta vez, con la gruesa rama de un árbol, que lo estampó contra la camioneta estrepitosamente.

Rogue observó espantada la escena. A todo aquello, se sumaba un incendió que se estaba propagando a través del sector trasero; y ella aún continuaba atrapada. Comenzó a sollozar a causa de la desesperación. El sujeto que había atacado a Wolverine, estaba ahora frente a ellos. Tenía dos colmillos enormes, que sobresalían de su boca; y cabello claro, muy largo y enmarañado. Parecía una bestia, más que un hombre.

Un fuerte viento comenzó a azotar, y la nieve comenzó a ágilmente; era como si una tormenta se estuviese avecinando. Rogue no sabía lo que estaba sucediendo, pero el sujeto-bestia saltó y desapareció de allí. Ella aún continuaba sin poder salir, y el incendio era cada vez más grande. De la nada, dos sujetos aparecieron junto a ella: una mujer y un hombre. La mujer tenía cabello blanco, y el hombre unos lentes bastante particulares. Ambos iban vestidos de negro. El chico de lentes abrió la puerta del automóvil y apretando un botón en el lateral de sus lentes, se deshizo de la traba que le impedía a Rogué salir, como si se tratase de una especie de rayo. La mujer le tendió la mano, y ella la tomó para largarse del vehículo que estaba al borde de la explosión. El tipo de lentes tomó a Logan y lo apartó rápidamente.

Pocos segundos después, todo había estallado en llamas. 

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