XV. Mañana peculiar

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Ya era entrada la mañana cuando la alarma sonó y él soltó un gruñido, molesto. Era la primera vez que había podido dormir varias horas de corrido, y la verdad era que quería quedarse así por un largo rato. Detuvo el latoso pitido presionando un botón con pereza, sintiéndose completamente descansado. Las imágenes de la noche anterior acapararon su mente, haciéndole preguntar acerca de si algo de aquello sucedido entonces, tendría relación con su idílica noche.

Bajó a la cafetería. Pensaba buscar a _____ después de comer algo, para conversar sobre aquella madrugada, pero le llamó la atención no encontrarla allí. «Quizá estaba durmiendo».

Fue cuando abandonaba el comedor rumbo a las habitaciones, que se chocó con Tormenta. Ella lo observó un momento en silencio.

—¿Cómo estás? —Dijo al cabo de unos segundos.
—No me quejo —respondió Logan encogiéndose de hombros. Aquellas horas de sueño habían reparado su genio notablemente—. ¿Has visto a _____?
Ororo frunció el ceño a la vez que sonreía, inclinando la cabeza para observarlo de manera insinuante.
—No —soltó ella esbozando una leve sonrisa de lado—, ¿de qué me perdí?
Él soltó un gruñido y esa fue toda su respuesta. Estaba  a punto de marcharse cuando la voz de Tormenta lo detuvo.
—Creo —comenzó ella suavemente—, que se ha marchado. Algo así, por unos días según tengo entendido.
Logan volteó a verla dedicándole una mirada cargada de intriga. Ella continuó explicándose.
—Alguien me ha dicho que estaba teniendo problemas con su espalda y que el profesor le aconsejó hacerse tratar en un centro médico con atención más avanzada de la que nosotros podemos otorgarle aquí. Pero a decir verdad, no sé por cuánto tiempo sería.
Él permaneció pensativo.
—¿Qué es lo que tiene? —Interrogó finalmente.
Tormenta apretó un poco los labios mientras que meneaba levemente la cabeza de derecha a izquierda, dando entender así que no estaba segura.
—Al parecer algunas heridas un tanto profundas. Scott ha intentado suturarlas un par de veces pero sus puntos vuelven a abrirse. Son cortes un poco grandes.
Wolverine asintió algo absorto, repasando mentalmente las ocasiones en que la hubo estrellado contra el suelo o la pared. Liberó un bufido.
—Apuesto a que ha de ser mi culpa —musitó casi sin mover los labios. Pretendió entonces ignorar la mirada de preocupación de Tormenta, poniendo los ojos en blanco.
—Nuestros primeros encuentros no han sido muy... amistosos.—Se justificó arqueando una ceja ante el rostro expectante de la mujer en frente suyo, quien, silenciosamente, parecía estar exigiendo una explicación.— Tranquila. No ha sido nada grave, señora. Se lo aseguro.

Ororo resopló ante la nota de sorna que la voz de Logan ocultaba. Negó con la cabeza a la vez que miraba al techo y se dispuso a partir. También Wolverine así lo hizo.


***


Chicas! Estoy de vuelta. Al fin tengo computadora! Por lo tanto, espero poder ser capaz de subir regularmente. Lamento nuevamente mi desaparición, subir desde el teléfono me estaba volviendo loca y publicar desde computadoras ajenas no es algo que realmente me plazca. Les mando un besote!

Enjoy!

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