Capítulo 32

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Me encerraron en una habitación parecida a donde me hicieron el exámen, me dijeron que no intentara escapar pues ésta se hizo hace poco en base a experiencias y es a prueba de fuego, no ganaría nada tratando de escapar con mis llamas, así que tengo que pensar en otra forma.

- Es imposible - digo al señor que se quedó conmigo en la habitación - no es algo que pueda pasar.

- ¿Por qué sería imposible? - se sienta cruzándose de piernas - cuando una hembra y un macho se aparean tienen crías, no es díficil de entender.

- Tú eres el que no entiende - replico - es imposible porque él no puede tener hijos, es un vampiro.

- Bien... - entrelaza sus dedos - piensa... ¿Recuerdas por qué dejaste de ser una criatura nocturna en primer lugar?

- Mi calor quemó el veneno de vampiro - contesto recordando aquella vez.

- Entonces ahora que decidiste coger con esa cosa ¿Sentiste calor? - pregunta asqueado.

Fue entonces que entendí, si es posible, quemé todo lo impuro de él que entró en mí dejando lo que si tenía vida... Igual que conmigo, una vez que recibí mi poder, quemé todo lo que no pertenecía dejando lo que yo tenía de vida.

- Descuida niña - me saca de mis pensamientos - te cuidaremos bien por nueve meses, luego nos darás al bebé y veremos qué haremos contigo.

Sin decir nada más se levanta de su asiento y desaparece tras la puerta pintada de blanco.

No puedo tener este bebé.

No puedo estar embarazada.

No puedo tenerlo.

¿Y si... Y si yo lo... Y si lo abortara?

No puedo hacer eso, es una vida que no tiene culpa de nada... Pero si lo dejo vivir será solo para experimento de esos lunáticos y que esté bajo su control, no podría dejar que viviera así. Tengo que salir de aquí ahora.

[...]

Hace dos semanas que me tienen aquí y hoy me han empezado a tratar distinto, algo están tramando, no he sabido nada de mamá o de papá o de Zac ni de Tyler, siento estarle fallando, tengo que salir de aquí.

Me dirijo a la puerta decidida a salir, intentaré lo que sea pero debo salir, antes de siquiera tocar la puerta está se abre como si supieran lo que haría.

- Buen día Skaylar - entra uno de los señores con otros dos elfos vestidos de batas blancas con equipo médico - hoy inicia tu tratamiento.

- ¿De qué demonios estás hablando ahora? - su misticismo me comienza a hartar.

No responde a mi pregunta y rápidamente uno de los vestidos de bata me clava una jeringa en la parte baja de mi espalda haciéndome sobresaltar por el piquete.
No alcanzo a reaccionar cuando siento como mi cuerpo se adormece y no hace caso a mis órdenes. La puerta sigue abierta tengo que salir, caigo al suelo per aún así trato de arrastrarme, no logro avanzar ni medio metro cuando me toman de los brazos y me atan a una silla, ni siquiera puedo pronunciar una palabra cuando intento hacerlo un hormigueo domina mi lengua y no puedo moverla, qué rayos me pusieron, esto no es anestesia normal.

- Hagan lo posible sin lastimar al feto - dice el señor para luego irse.

Tras cerrar la puerta, los dos que se quedaron conmigo no pierden tiempo y encienden el aparato que trajeron, conectaron unos medallones a mis sienes y varias partes de mi cuerpo, luego colocan una toalla mojada en mi boca a modo de mordaza, el agua que escurre se mezcla con el hormigueo de mi lengua y se siente extraño.

Me miran ambos a los ojos una última vez antes de encender la máquina que me han conectado y de inmediato siento un dolor horrible que salta de uno a diez en mi escala de dolor, a partir del primer segundo siento que podría morir, me olvido del hormigueo y trato de gritar pero la mordaza me acalla, después de unos largos segundo comienzo a escuchar voces en mi cabeza y ver visiones como imágenes rápidas y fugaces, pero el dolor no me deja distinguir nada...

El bien de tu pueblo corre peligro... Esto es lo correcto... Serás premiada si nos ofrendas tu hija... Todo esto es por amor...

Frases como esas no dejaban de sonar en mi cabeza era desesperante... Y el dolor agonizante que siento no ayuda, siento como la anestesia se va pasando y escupo la toalla.

- ¡¡BASTAA!! - grito tan fuerte como puedo - ¡¡POR FAVOOOOR!!

Ellos sonríen como si fuera una niña pidiendo dulces y acarician mi cabeza.

- Tranquila esto no lastima al bebé - dice apretando mi nariz como a una niña - todo está en tu cabeza, este dolor no es real.

Pasó una hora, estuve una hora siemtindo que moría. Todo mi cuerpo tiembla sin contenerse, estoy sudando al punto de que estrujan mis ropas después de quitarmelas, mis oídos sangran al igual que mi nariz, tengo los círculos marcados en donde me conectaron, están de color morado oscuro como si me hubieran golpeado.

- hi-hijos de p-puta - digo a penas - c-creen que p-pueden hacer hacerme c-caer en sus a-asquerosos juegos...

- no seas bobita - acarician mi cabello - nunca hemos fallado, no te creas tan especial, no eres la única con dones...

- ¿Q-que?...

[...]

Escucho como se acercan a mi cuarto y entran los mismo dos elfos de siempre junto con uno de los señores.

- Mi señor - habla uno - después de unas largas siete semanas nos enorgullece presentarle a su nueva reina, la señorita Skaylar.

- Hola Skay - hace una pequeña reverencia ante mí - ¿Serías nuestra reina de ahora en adelante?

- Sería un gran honor gran señor - digo honrada inclinándome ante él.

- ¿Que me dice de su bebé? - pregunta curioso.

- Al igual que yo estará a su servicio - digo aún inclinada.

- Perfecto...

Errores PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora