Capítulo 26

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Sé que Zac me lo está pidiendo de una forma muy sincera, pero no estoy segura de que sea lo correcto, quizás podría quedarme un par de días más y los aprovecharía para buscar otro lugar, pero tampoco quiero dejarlo solo en esta casa, le tengo mucho cariño cómo para hecerle eso, aún así sigo pensando que no es la mejor idea quedarme, eso significaría que pasaríamos más tiempo juntos y no quiero enredar las cosas... O quizás él ya no piensa así de mi pero estoy segura que por mi parte podría pasar algo, aún no puedo ni afirmar ni negar sentimientos por Zac.

- No sé si sea lo mejor quedarme - digo suave - esta no es mi casa no quiero invadir tu espacio.

- No digas tonterías hay como ocho habitaciones aquí - trata de convencerme - ¿Qué espacio me quitarías? Skay, no tengo a nadie más, quédate conmigo.

Eso último lo dijo frío como si en realidad no le importara, pero las palabras que usó fueron totalmente lo contrario, eso me conmovió mucho y le asentí. Tomé mi bolso y lo abrí para dejar mi ropa y mis cosas de nuevo en su lugar.

- Gracias por dejar que me quede - le sonrío.

No me dice nada, solo me da una pequeña sonrisa de satisfacción y se va de mi cuarto.

[...]

Ya es bien noche y ya terminé de dejar mis cosas, Zac me ofreció un café por la tarde y hablamos un rato de cómo nos sentíamos al respecto de todo lo que estaba pasando, es muy cómodo hablar con él cuando no tiene sus aires de superioridad o sus sarcasmos.
Me siento al lado de la ventana a mirar al jardín. Tocan mi puerta y me levanto a abrir, es Zac con unos soldados de mamá, rayos olvidé por completo que debía volver en dos semanas, ya pasó ese plazo.

- Señorita Skaylar venga con nosotros por favor - hacen una leve reverencia - la esperan en el reino.

- Pensaba ir mañana - me excuso - es un poco tarde.

- Me temo que no se podrá - se me acercan y poco a poco me sacan de la habitación para ir con ellos - en el reino la esperan.

Zac me mira algo preocupado, recién pudo convencerme de que me quedara y ya me estoy llendo otra vez.

- ¿Quieres acompañarme? - pregunto saliendo.

El asiente y me sigue a unos pasos detrás de los guardias.
En la entrada veo que tienen unos caballos amarrados al barandal, ellos se toman lo de ser hadas muy en serio. Solo hay tres caballos y somos cuatro, Zac y yo compartimos uno, trato de aferrarme a parte de la silla del caballo pero es seguro que me caeré.

- No seas tonta afirmate a mí - dice tomando las riendas.

Lo abrazó por la cintura y cruzo mis brazos por su abdomen me apego a él un poco y me pongo tensa para no morir aplastada por un caballo, él suelta un risa y dirige al caballo en cuanto lo desatan.
Anduvimos cerca de una media hora a caballo pero a paso lento y a mí ya me estaban doliendo las piernas en esta posición.

- Sabes - me habla Zac - esto se vería muy romántico si no estuvieras tan tiesa - se burla.

- Lo siento Romeo pero no pienso morir entre las patas de un caballo - me tenso más aún.

- Skay el caballo está caminando - se ríe otra vez - no siquiera trota, camina.

Chasqueo la lengua y aparto la mirada sin dejar de estar tensa.
Por fin llegamos a la entrada y nos bajamos de nuestro "transporte", me paso las manos un poco por la parte de dentro de mis piernas para quitar lo adormecida que están, luego seguimos a los guardias. A Zac lo dejan en mi habitación porque no puede acompañarme con los señores, entro al salón y están todos ellos y mi madre. Ella me saluda afectuosa, lo que para mí sigue siendo algo incómodo.

- Bienvenida joven - me saludan - el plazo se ha cumplido y esperamos que traiga resultados.

Si que son directos, pero bueno ya se sabía que son así, asiento y alzo mis manos hacia el frente para que vean claramente lo que haga.
Cierro mis ojos para poder concentrarme mejor, trato de buscar la sensación de hormigueo en mi cuerpo, lo que me lleva unos tres minutos lograr, cuando ya lo siento visualizo el calor y las llamas en mis manos, es solo cosa de paciencia... Pasaron otros tres minutos y siento el calor aumentar, abro mis ojos y veo que mis manos están iluminadas, trato de no distraerme y seguir con esa sensación, siento como algo sube desde mi vientre hasta mis brazos y las llamas comienzan a salir de a poco.

- Esto es excelente - dice el que está a la cabecilla - continúa.

Tengo que mostrarles lo demás que descubrí que puedo hacer, trato de buscar algún objeto pequeño que pueda quemar sin problemas, miro a mi izquierda y hay una pequeña maceta con una planta pequeña, dirijo mis manos hacia ella y trato de acumular sentimientos para aumentar mi capacidad, recuerdo el momento en que Aiden me dijo que se iría y que rompió conmigo, a pesar de que suelto una pequeña lágrima me siento bien de que haya funcionado y logro sacar una gran llama y quemar la maceta.
Pierdo el equilibrio y caigo al suelo, creo que esto me desgasta mucho.

- Skay - mamá me ve preocupada - ¿Qué fue todo eso?

- Es lo que puedo hacer - digo sin entender por qué la expresión.

- Entiendo, trata de no usarlo en contra de la tierra - se refiere la planta, en serio su trabajo de hada es estricto.

Los señores se levantan y algunos observan la planta y otros me observan a mí.

- Bien - hablan después de haber observado - necesitamos que te quedes dos días y tomaremos una decisión.

- ¿decisión de que? - no logro entender.

Pero tampoco me explican, los guardias entran y me sacan de ahí llevándome a mi habitación, bueno no es mía pero es la que ocupé antes. Al entrar veo a un Zac acostado en mi cama rendido, está muy cansado, sin importarme mucho me recuesto a su lado y en poco tiempo ya estoy dormida.

Errores PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora