Capitulo 4

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No puedo creerlo... Es... Zac ¿Como me encontró?

Él se acerca al tipo rápido y lo golpea en la cara con fuerza, sigue así unas siete u ocho veces hasta que deja de moverse, sus manos están rojas a más no poder y manchadas con sangre. Yo no hago nada, mi cuerpo no está respondiendo, no sé que hacer... Hace un momento casi me violaban y ahora mágicamente apareció Zac y me salvó de las manos de ese depravado.

- Te dije que fueras conmigo - se ve molesto muy molesto.

Lo siento, es lo único que pienso, pero ni siquiera he dejado de llorar, no puedo formar ni una sola palabra, pude haber muerto.
Zac se me acerca, se agacha a mi altura y pasa su dedo por mis labios, sentí un ardor cuando los tocó, ese maldito me mordió, me toco con la lengua y siento el sabor metalizado de la sangre.

- Ven te llevaré a casa - me alza del brazo y me hace caminar a su lado.

Llevamos tres horas caminando, en serio estaba lejos. Al mismo tiempo que camino no dejo de pensar en todo lo que pasó y vuelven a salir lágrimas, Zac tampoco me ha dicho nada y aún se ve molesto.

- Lo siento - logro decir.

- No es tu culpa - me mira frío y distante como siempre.

- ¿Como me encontraste? - necesito saber como lo hizo.

- Eso no importa, pudiste haber muerto pero llegué. - tiene razón, no importa como, pero él vino.

- Gracias, no se que habría hecho si no llegabas - y otra vez lágrimas salen, pero esta vez son débiles.

El no me responde pero si frena en seco y me mira, ya no es fría se ve compasión en ella, se me acerca cada vez más y me abraza, no sabia que él usaba estos gestos, pero a decir verdad se siente muy cálido y familiar, a pesar de que su cuerpo esté frío su abrazo no lo hace sentir.

- Debemos volver antes de que amanezca, si no estarás en problemas. - dice al separarse de mi.

Seguimos caminando un par de minutos hasta que llegamos por fin, nunca me había alegrado tanto de ver ésta vieja casa, entro lenta y cuidadosamente para no despertar a nadie, son las cinco de la mañana. Miro hacia atrás para mirar a Zac y veo que está parado en la entrada también mirándome.

- Gracias de nuevo - dicho esto subo las escaleras hasta llegar al baño de mi cuarto.

Ya bañada limpio el vidrio de mi espejo para poder verme y noto que mi labio a vuelto a sangrar, rápido quito la sangre con mi lengua y vuelvo a sentir ese sabor a metal. Dios! Acabo de ver a ese demente en el reflejo de mi espejo, pero volteo y no hay nadie ahí, no puede estar pasando... De seguro es algún tipo de estrés pos traumático, porque no hay nadie aquí, pero sigo con su rostro clavado en mi mente, su cabello negro y esos ojos azules, a pesar de ser un lindo color a él le quedaban horrible.
Salgo del baño y está Zac en la puerta y veo como su mirada sube y baja por mi cuerpo, me cubro un poco más con la toalla por reflejo.

- Solo quería saber si estabas bien - dice girando la cabeza hacia el lado.

- Lo estoy gracias - siento como se calientan mis mejillas, no es buen momento para sonrojarse.

- Está bien - dice sin volver a mirarme - Buenas noches.

Seguido de esto se va y cierra la puerta brusco, me pego a la puerta y escucho su respiración agitada al otro lado, no sé por qué actúa así...

[...]

Son las 9 de la mañana y no he dormido nada, no tengo mucho que hacer así que salgo de la casa al patio, ahí está tía Jeanin me acerco a saludarla.

- Buen día tía - la tomo de la mano y le sonrío - hace mucha calor hoy ¿no crees? El sol está bastante fuerte.

- Pronto morirás niña - su voz es tenue pero clara.

- ¿Queee? - Otra vez está diciendo cosas así - ¿Como que voy a morir?¿De qué hablas?

- Estás perdiendo la vida -  me mira fijamente y posa su dedo en mi boca.

- Tía explicame - quito su dedo -  ¿de qué estás hablando?

- Deberías comer más carne niña estás muy delgada - no otra vez.

- Vamos tía recién me estabas hablando de que moriría - por favor que recuerde lo que dijo.

- Por supuesto que morirás si no te alimentas. - no tiene caso.

Ay no! Ayer Zac dijo que me despediría! ¿En verdad será él el dueño del local? Me lo hubiera dicho, tengo que encontrarlo y preguntárselo ¿donde está? Nunca sale al jardín por las mañanas de lo que se pierde, Dios! Que cerca se siente el sol hoy, me pregunto cuantos grados hay, ya casi es verano debe ser el cambio de estación.
Entro a la casa y encuentro a quien buscaba tomando un vaso de algún licor con hielo muy relajado con la misma cara antipática de siempre.

- Entonces... - interrumpo su quietud - ¿Si estoy despedida?

- Pues si. - Vaya, en serio creí por un segundo que me dejaría conservar el trabajo después de todo lo que sucedió anoche. - Pero no por que quiera, soy dueño del local hace dos semanas y lo compré para derribarlo y construir una de mis oficinas, necesito una cerca de casa.

- De todos los locales compraste ese... Donde yo trabajo - es un idiota.

- Pues si, de todos modos no es que ganaras mucho ¿o si? - prometo que le daré una buena paliza si sigue comportándose así. - Pero no deberías preocuparte por eso, aquí no dejare que te falte nada.

¿Que? Su mirada sigue siendo agria y fría pero otra vez sus palabras suenan dulces y tiernas, este lado de Zac es muy confuso y no sé qué pensar de él ahora. Se está acercando a mi y apoya su mano en mi hombro, traigo una blusa a tirantes así que siento de inmediato el frío de su tacto en mi piel, pero no hago ningún movimiento.

- Skay - vuelvo en si y me alejo de Zac - ¿podemos hablar? - Es Aiden.

- Si claro - avanzo mirando el suelo para no hacer contacto visual - ¿Que sucede?

- Yo quería preguntarte lo mismo - por favor espero que no sean celos, no tengo tiempo para esto - ayer estabas por salir conmigo y hoy no te despegas del nieto de la señora Jeanin.

- Calmate Aiden - apoyo mi dedo en su frente como si el fuera un niño - hablábamos de trabajo, resulta que él compró el local donde trabajaba así que yo estoy cesante otra vez.

- Bien, de todos modos ni siquiera llegamos a salir ni una vez, así que en realidad no deberías darme explicaciones - noto como se va amurrando a cada palabra, es tierno.

- Vamos al cine y luego compramos algo en 'Marie Jean' amo las media lunas de ahí. - ¿Qué me sucede? siento que actúo extraño.

- Claro, podemos ir a las 6.30... - Vuelve a poner esa sonrisa encantadora.

- Te estaré esperando afuera a esa hora. - doy media vuelta y me retiro.

Veo como me mira Zac, está extrañado se nota, pero está bien porque yo también estoy extrañada, no suelo ser así tan imponente o nada de eso. Ayer estaba llorando como una niña por culpa de un depravado y ahora estoy casi ordenándole a otro hombre a que salga conmigo.

~Hola espero le esté gustando la historia, subiré más capítulos si a alguien le gusta (haganmelo saber comentando o votando), aunque sea una sola persona le daré contenido si lo disfruta😅~

Errores PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora