Capítulo 22

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Mientras Zac busca ropa seca para mi yo sigo sumergida hasta la comisura de los labios en agua fría, siento como el frío comienza a calar en mi cuerpo, pero no quiero salir y entrar en calor, no sé que vaya a pasar, esto me asusta y no entiendo por qué es que viene a hacerse presente ahora ¿por qué no antes? Estos meses han sido muy caóticos para mi.

- Tengo una playera y un pantalón suelto - lo deja sobre el mueble del baño - pero no me atreví a buscar ropa interior...

- Uh tranquilo, no es tan malo que veas mi ropa - le sonrío - es el primer cajón.

Él vuelve a salir del baño y escucho como abre la cómoda junto a mi cama, al cerrarla vuelve y me muestra un paquete, ese es el que me dio el día de la gala, aún lo conservo.

- No creí que lo tuvieras - lo abre y saca el conjunto - pontelo.

Y ahí está, la icónica personalidad mandona y segura de Zac, claro que no me quejo de que sea así.

- No me pondré eso ahora - rechazo el paquete - digamos que es para ocasiones especiales...

- Podríamos tener una ocasión especial - dice mientras se voltea.

- Zac yo... - deberíamos hablar de lo que pasó.

- Lo siento - me interrumpe - eso lo de antes no se qué pasó, tú tienes a Aiden y debe estar preocupado por ti, dejaré que te vistas, nos vemos Skay.

Se va de la habitación dejándome con las palabras en la boca, una parte de mi se alivia porque está claro que ese beso no debió pasar... Pero por otro lado creo que no me arrepiento de que haya pasado, Zac me provoca cosas, no sé muy bien de qué tipo pero lo hace, quizás sea bueno mantener algo de distancia hasta que se aclare todo.

Ya vestida me siento en mi cama tratando de pensar en cómo me enciendo, no tengo un botón para hacerlo pero las dos veces que me ha pasado ha sido cuando estoy fuera de control, eso no es una buena señal, como controlo algo que solo sucede cuando me descontrolo.
Pienso en el beso que acaba de pasar y las mariposas invaden mi estómago, sigo recordando esa escena y vuelvo a sentir el hormigueo en mis manos y calor mucho calor, pero no el suficiente como para sacar llama, ni siquiera luz...

Alguien toca mi puerta y me levanto a abrir, es Aiden, recuerdo nuestra pelea y que decidió dejarme sola cuando le pedí que se quedara conmigo, además no tengo muchas ganas de hablar con él, me siento culpable, así que le cierro la puerta en la cara.

- Skay por favor - me dice desde fuera - tenemos que hablar, sabes que eso pasó por...

- la luna - digo molesta - aún no cae la noche así que aún puedes ponerte así, vuelve después de que se haya ido la luna.

- Skay vamos - golpea suave la puerta - déjame entrar y hablemos.

No puedo negarle mucho así que abro la puerta y entra con su carita de cachorro regañado.

- ¿Por qué estás mojada? - toca mi cabello.

- me bañé - en teoría...

El asiente y sigue con su mano en mi cabello pasándola por mechones, me mira un buen rato y mira mis labios, en serio me gusta este chico, pero es díficil que de vez en cuando le den ataques de ira, es muy frustrante tratar con alguien así, sé que no es su culpa pero tampoco es la mía.

- ¿Aún me quieres? - pregunta triste.

- Por supuesto que te quiero Aiden - respondo aún molesta.

- Pero te hago daño - baja la mirada.

- Yo también te hice daño - mis palabras son empáticas pero mi tono es frío y duro.

Sé que le cuesta estar pidiéndome disculpas cada vez que tenemos riñas así, pero no se puede hacer mucho si esa es su naturaleza.

- Pero ahora será diferente - trata de cambiar lo tenso del ambiente - ya que no eres vampira.

- ¿Qué quieres decir? ¿Todo lo demás fue culpa de que yo fuera vampiro? - igual que todos deberían tomarle el peso a sus palabras.

- Pues si hubieras sido normal nada de eso...

- Eres increíble Aiden - me vuelvo a molestar aún más - si yo hubiera sido normal... ¡¿Crees que elegí ser así?! ¡¿Por qué la normal tengo que ser yo?! ¡Yo no te reclamo por ser un perro! - el ardor se hace presente y Aiden retrocede.

Siento mucha impotencia y hasta ganas de llorar pero las lágrimas no salen, se evaporan antes de caer por mis mejillas, mi calor es muy fuerte.

- Skay tus manos - me observo y logro sacar llama.

- ¡¿Qué esto?! ¡¿Te asusta porque no es normal?! !Pues lo siento, soy un jodido fenómeno! - le acerco una de mis manos a su cara pero sin tocarlo.

En dos segundos reacciono y me doy cuenta de lo que estoy haciendo, entro al baño y mojo mis manos, el vapor empaña el espejo y la culpa me invade, ahora las lágrimas si salen.
Yo no pedí ser esto, no puedo cargar con esto, Aiden tiene razón no soy normal y si hubiera sido normal nada de esto pasaría.

Aiden entra tímido en el baño y me abraza, su calor es reconfortante y no es peligroso como el mío, ya veo porqué tenía que morir.

- Por favor perdóname - me acurruca en sus brazos - nada de esto es tu culpa, nada.

El me mira y se acerca a besarme pero yo lo evito, no puedo hacerlo, no después de haber hecho lo mismo con Zac, esto está mal.

- Besé a Zac...

Errores PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora