Mi nombre es Skaylar, soy la reina de los elfos azules, poseo una singularidad que me permite emitir fuego de mi cuerpo a voluntad y estoy esperando un hijo que esperamos sea una niña para bendecir a mi pueblo.
Desde que comencé a gobernar tuve que poner muchas cosas en orden, partiendo por la mujer traidora de la plaza, no quise seguir exponiendola a tal humillación así que simplemente la he exiliado y todo el que estuviera a su favor que se fuera con ella y solo la acompañaron tres personas, su hijo y otros dos hombres, seguramente la llevarán al bosque donde se aprovecharán de ella.- Mi reina - entra una de las elfas que me sirve - el mismo hombre de cada día que visita nuestro reino solicita una reunión con usted.
Que molestia.
Hace semanas que un extraño vampiro solicita verme y suelta disparates sin sentido, lo he estado ignorando pero tengo curiosidad sobre que quiere hablar.
- Bien - le digo a mi sirvienta - dile que le daré una única oportunidad de dirigirme la palabra y más le vale que la aproveche bien.
Ella sale en su búsqueda dejándome a solas con los guardias.
Acomodo un poco mi vestido y joyas, miro mi reflejo en el espejo de la pared a un costado de mi trono. Tuve que pasar por una terapia por pérdida de memoria temporal y luego de eso me prepararon para reinar, pintaron mi cabello de un rubio platino más bien blanco y lo dejaron crecer hasta mi espalda baja, pero lo ato en un moño alto, han puesto lentillas en mis ojos de color azul cielo y me maquillan cada día para verme perfecta.Al escuchar las puertas abrirse aparto mi vista hacia el frente esperando a ver al vampiro que tanto insiste en encontrarse conmigo.
Él entra a paso apresurado y con ropas desaliñadas, luce cansado no obstante la forma de su rostro es hermosa, había oído de la belleza venenosa de los vampiros para atraer a sus víctimas pero no lo había podido contemplar en persona, pero cosas como esa no son suficientes para impresionarme.- Skay - a penas pronumcia mi nombre sus ojos se llenas de lágrimas - Skay...
- No te he concedido el permiso de hablarme - le reprendo - vampiro insolente.
Su expresión cambia a una asombrada y casi con miedo.
- ¿Cuál es tu nombre y motivo por querer hablarme? - le pregunto mientras corrijo mi postura hacia atrás.
- Skay soy yo... Zac - anuncia como si fuera una obviedad. - ¿Qué te han hecho?
- Lamento decirte que jamás te había visto hasta este día.
Intenta acercarse más a mi pero mis guardias se lo impiden, su reacción siguiente es arrodillarse en el suelo y llorar.
- Skaylar por favor - me mira a los ojos - tú vives conmigo, tú me amas y yo a ti, prometiste no dejarme...
- Te pido que te dirijas a mí como tu majestad - no es posible que tenga que enseñarle modales a este vampiro - y vuelvo a recalcar que jamás te había visto.
- Skaylar el bebé que llevas dentro es mío - esas palabras me han clavado como agujas.
- No te atrevas a decir tales estupideces - alzo mi cabeza - el valiente guerrero a mi designado murió en batalla luego de dejarme está bendición.
- ¿En serio eso te dijeron? - su desesperación porque le crea me hace dudar pero eso es imposible, ni siquiera somos de la misma raza. - Skay ese hijo es mío también... No se como pasó pero es mío.
- Tu mente está afectada claro está - trato de ser razonable con él - así que no te reprendere por todo lo que acabas de decir, mas te pediré que te retires y no vuelvas a aparecer en mi reino.
- Por favor - susurra - tienes que creerme, no sé qué te hayan hecho aquí, pero piensa - sigue tratando de convencerme - ¿Por qué crees que perdiste la memoria? ¿Por qué es que no te han dejado preguntar por tu pasado? - en eso acertó, no se me permite hacer ese tipo de preguntas - tu nombre es Skaylar Meyer o al menos eso creiamos cuando te conocí, fuiste vampiro igual que yo, pero desde que estos elfos raros aparecieron en tu vida todo empeoró, tú puedes sacar fuego de tu cuerpo y escapamos de aquí por un tiempo con tu hermano...
- Suficiente - entran los señores al salón y detienen al vampiro. - mi reina no dejes que este vampiro te perturbe, nada de lo que ha dicho es cierto y está tratando de desviar tu propósito y el de tu hija.
- Si mi señor - agacho mi cabeza ante ellos - tiene toda la razón, saquen a este vampiro de aquí, no quiero seguir escuchando una palabra más.
- ¡¡NOO!! - se altera y forcejea con los guardias - ¡¡SKAY DILES QUE ME SUELTEN!!
Forcejea tanto que logra escaparse de sus agarres y corre hacia mí, uno de los guardias logra tomarlo del tobillo a poco pasos de mi haciendo que caiga, pero aún así logra tomarme de la mano, la toma con fuerza hasta lastimarme, pero no emito queja alguna, no siento dolor solo veo que me está marcando. Al sentir su tacto un pitido se adentra en mi oído molestándome pero no quiero dejar de verlo, sus ojos me piden auxilio, realmente actúa como si nos conociéramos, un dolor de cabeza me hace finalmente apartar mi cabeza y apretar mis dientes y ojos esperando a que el dolor se vaya.
- Zachary Meyer - digo repitiendo lo que escucho en mi cabeza.
- ¿¡ME RECUERDAS!? - me pregunta sin soltar mi mano - ¡SKAY ESE ES MI NOMBRE!
No respondo su pregunta, me quedo perpleja ante lo que acabo de decir, ¿Como sé eso? ¿Estará diciendo la verdad?
Rápido corren hacia él y lo golpean frente a mi, me levanto para ayudarlo pero solo me quedo en eso, no debo ayudarlo, debe ser castigado por su atrevimiento. Se lo llevan dejando una sensación amarga en todo el ambiente...Con que Zachary Meyer es su nombre...

ESTÁS LEYENDO
Errores Perfectos
Teen FictionSi te gusta lo cliché, lo romántico y la fantasía... pues bienvenido... Skaylar es una chica de 19 años que decidida a probar que no estaba loca por creer en criaturas sobrenaturales, arruina su vida, cometiendo errores o aciertos, depende de que pu...