Mi Dulce Perdición ✔

Capítulo 4: Las apariencias.

Al final, terminan por salir a la avenida y entrar en un zona muy activa, el centro. Lía, no se atreve a decir nada, solo observa el cambio de ánimo repentino de Scott, hasta que entran al estacionamiento de un edificio.
El mismo tiene a más autos de alta gama estacionados allí, donde todo está totalmente iluminado,

— Vamos— habla Scott, abriendo su puerta, — aquí vivo— agrega,
—espero que no te incomode.

Solo por costumbre y por educación, Lía sonríe y niega con la cabeza. Luego de salir del auto, caminan por el medio de los otros vehículos hasta que  saludan a un hombre que está dentro de una cabina o más bien, él saluda a Scott y luego  van en dirección a un ascensor. El piso donde terminan es enorme y aún más lo es el apartamento de Scott. Claramente no deberá preocuparse jamás por no llegar a pagar la renta si vive aquí.
Sin darce cuenta Lía, queda estancada en el medio de la sala viendo el lugar, ya que parece una mansión dentro de un edificio.

— iré por café — habla Scott pero no puede sacarla de su admiración por el lugar, así que se escapa de su atención. Cuando está de regreso, la ve mirando con los ojos bien abiertos a la cuidad bajo sus pies en el gran ventanal. Incapaz de romper su concentración, la observa desde ese punto con una lasciva sonrisa que Lía no ve, hasta que termina por acercarse a ella,
— café— anuncia, poniendo la taza de café en sus manos y simplemente quedan parados allí.

— vives en un palacio.

— es un apartamento.

— ¿Esto es un apartamento? Yo vivo en uno y no es así.

El joven sonríe, — el piso es mío.

— ¿Cuántos malditos apartamentos entran aquí?

— ¿Hasta donde va tu imaginación?— sonrie de lado con sus ojos fijos en Lía, amenazando con acabar la poca concentración que estaba teniendo.

— hasta donde quiera ir— le corresponde con la misma sonrisa y bebe su café apoyada sobre la pared, aún mirando el movimiento de la cuidad, hasta que Scott, termina por colocarse a su lado, pero en la posición que está, él ahora se convierte en acosador.

— ¿No renunciaras a la biblioteca?

— No— responde la joven sin mirarlo.

— lo suponía.

Scott, pasea sus ojos por cada rasgo de Lía, cada parte de su cuerpo al que tiene acceso y extrañamente su hogar tiene un ambiente diferente, todo esta en paz, y no tiene esa necesidad de apagar las luces y beber.
Sin darce cuenta, Lía escapa de su atención y termina por sentarse en el suelo. Sin decir nada, decide seguirla y terminan en el suelo con las espaldas pegadas a la fría pared.

— esto trae paz— habla Lía, encontrándose con los ojos de Scott, — ver la cuidad sin todo ese ruido es como ser espectador de algo maravilloso y....— muerde su labio inferior, sonriéndo.

— ¿Y?

— me imagino lo bello que se ve de noche.

— tienes toda la libertad de quedarte a ver.

Lía, ríe nerviosa y es lo único que puede hacer ya que desvía su mirada lejos de Scott.

— ¿No te agrada los periodistas?— pregunta Lía, sacando a Scott de su confortable lugar.

— No.

— ¿Algo en especial?

— ¿Te parece poco que se metan en tu vida, en tu privacidad cuando no tienen ese derecho? — suelta con total furia en sus ojos.