Mi Dulce Perdición ✔

Capítulo 40: La luz en la oscuridad.

Ya pasaron dos semanas, y este día justamente no promete ser uno de los más felices del mundo, ya que hoy se cumple un mes desde que Tyler ya no está, ya que esa son las palabras que Scott prefiere decir para jamás pronunciar "muerto" y el nombre de su amigo en la misma frase.

Hubiera preferido que este día en particular caiga un día de semana para poder ir a trabajar pero el día sábado se convirtió en el día gris. Así que deambular por la casa sin hacer nada no parece ser una buena idea, así que Scott decide adelantar un poco de trabajo para mantenerse ocupado, además, Lía está cubriendo un turno este sábado ya que el restaurante alquila el lugar para una fiesta de cumpleaños, así que, no le queda más que tratar de poner sus pensamientos en el trabajo y en nada más.
Al cabo de una hora, ya está muy concentrado frente a la laptop hasta que todo eso se rompe, cuando se da cuenta que le falta un informe, lo que lo hace levantarse de su lugar en la sala para llegar a su habitación. La carpeta está sobre su mesita de luz, ya que lo había estado estudiando la noche anterior.
Al tomar la carpeta entre sus manos la arrastra sobre la mesita de luz, haciendo que lo que había abajo se caiga al suelo. Por inercia, mira lo que acaba de caer y su concentración del trabajo termina ahí.
Una foto, tirada junta a la cama, equivale a uno más de sus recuerdos.
Lentamente deja la carpeta a un lado y toma la foto entre sus manos, observando la cálida sonrisa de su hermana plasmada allí...

*** Tiempo atrás***

Tyler, está más que ansioso por el final de la contrucción de su clínica, está vez con un nombre más adecuado para ello pero todo ese revoltijo de emociones deben ser compartidos por sus seres queridos y allí están, sus padres, algunos compañeros de la universidad pero durante el día la presencia del chico que hace poco conoció, no se hizo presente.
En su mente tenía la idea de que quizás no le agradaba pero la verdad era que Scott, luego de apartar a sus padres de ser testigo del tipo de persona que podía llegar a ser, tan distante y cruel, no tenía en sus planes meter a nadie más en su vida para que forme parte de ello, así que decidió declinar la oferta del jovencito risueño que lo invitaba a tomar un trago por la noche, como celebración por su logro.
A Scott, no le caía mal Tyler, al contrario le agradaba, aunque por momentos deseaba un poco de silencio, Tyler jamás dejaba de hablar y si fuera poco, de bromear y sonrier, ante la cara de pocos amigos de Scott el día que se conocieron.
Eran tan diferentes, como el día y la noche o al menos eso pensaba Scott.

Esa misma noche, en la que había decidido dejar plantado a Tyler en el bar, comenzaba a tener un poco de culpa. Pensaba que lo hacía por el bien de Tyler, él no se merecía tener una compañía tan destrozada como Scott cuando él esta lleno de vida pero, algo no andaba bien, no podía dejar de pensar en la cara de decepción de Tyler cuando él no haya llegado. Al menos, le hubiera enviado un mensaje, pero no tenía su móvil.

Tyler, efectivamente llego allí, sentado en una de las mesas con un lugar para Scott pero como aún no llega, se hace cada vez más grande su decepción.

Desde niño, sus padres le inculcaron buenos valores y uno muy latente para él, era la amistad ya que su padre mantenía lazos inquebrantables y tan admirables que él deseaba tener con alguien pero la posición de sus padres, la buena relación con sus profesores y su hábil inteligencia no hizo que encontrará más que puras compañías que estaban con él por conveniencia. Él lo sabia, siempre lo supo pero eso no era impedimento para seguir haciendo amistades o mejor dicho, buscando a un buen amigo que no buscará obtener nada a cambio. Y por eso, el jovencito malhumorado de Scott, le había llamado la atención. Ninguno de los dos se conocían, es decir, Scott no charlaria con él sin querer obtener algo, o sea que si lograba captar su atención podrían ser amigos además, la solitaria presencia de Scott, le hacía pensar que estaba muy solo y así era.