Mi Dulce Perdición ✔

Capítulo 41; un año después

Ciento de lágrimas pasaron, así como esos inevitables días grises aunque quizás más de uno de ellos a veces se hacen presente, aun sigue muy latente la promesa que se hizo Scott de mantener vivo a Tyler en sus recuerdos, lejos de todos aquellos recuerdos de su pasado que lo atormentaban. Pensó que debía afrontar toda esa nueva realidad él solo, pero nunca lo estuvo. Sus padres estuvieron con él, Lía, Dixon, Elle y para su sorpresa Daniel y los hermanos Parker.
A diferencia de lo que era la fría y cruel personalidad de Scott Miller, trabajo duro para cambiar esa actitud, de alejarse de esos sentimientos oscuros y poner en práctica cada uno de los consejos de Tyler que aún guarda en su memoria y así, comenzar de nuevo y si cabía la posibilidad de caer, volver a levantarse y jamás rendirse...

Es viernes por la mañana y la empresa en la cual Scott es dueño, esta siendo atestada de periodistas que buscan una nota con el arquitecto Scott Miller, ya que se filtró una información sobre que Marcos es hermano de Maya y por lo tanto, familiar de los Miller, así que más de una voz movilizó a la otra.

Scott, está muy concentrado terminando unos puntos escenciales para un proyecto, cuando su secretaria, discretamente entra en su oficina luego de anunciarse.

— Señor Miller, los periodistas están abajo, pidiendo hablar con usted.

Scott, frunce su ceño enfadado.
— manda a seguridad- gruñe, ya que aunque haya hecho nuevos amigos, aún sigue teniendo su carácter frio cuando de trabajo o de otras personas se trata.

— Si señor...

— espera—Scott, se levanta de su lugar y se acerca al ventanal, para mirar desde a esa altura a los periodistas amontonados frente a la empresa, pero esta buscando algo en particular, una camioneta con el logo de un noticiero y, cuando lo encuentra, sonrie de lado.
— deja pasar a una periodista- habla aún de espalda a su secretaria.

— ¿a quién?

— la señorita Yang.

—Si señor—se limita a decir y se marcha.

Scott, por su parte sigue observando todo desde lejos, comprobando efectivamente que una persona se aparta del grupo de periodistas para ingresar a la empresa. Desde ese momento, solo debe esperar unos minutos para que alguien golpe su puerta.

— Adelante-habla, con una sonrisa de lado que se hace más notable cuando ve ingresar a Lía por allí.

– Señor Miller—Lía, actúa su tono más serio.

– señorita Yang— Scott se acerca a ella, —¿sabía usted que odio a los periodistas?

– ah ¿si?

— si— el joven la atrae precipitadamente a él, —son un fastidio— habla a escasos centímetros del rostro de Lía.

– entonces señor Miller, ¿por qué me llamó a mi?

—porque un día le dije que le pertenencia y simplemente no puedo estar lejos de usted, señorita periodista– y antes que cualquier cosa deja un lento beso sobre los labios de Lia, –te extrañe— susurra.

Lía, sonríe ampliamente, —yo a ti.

–estas muy sexi con tu traje de periodista y quisiera....

—¡shhh!—rie Lía, que por inercia mira en dirección a la puerta que aún sigue cerrada, —se supone que estoy en una importante entrevista con Scott Miller— saca de su bolsillo una grabadora, — bien, ahora dime qué quieres que diga...

Scott le arrebata la grabadora y la deja sobre su escritorio, — tarde o temprano esa información se iba a filtrar, me sorprende que haya pasado un año para eso pero...— larga un pesado suspiro, — mi padre dará una nota esta tarde, él y mi madre dejarán claro el parentesco con ese sujeto, así que...— acuna el rostro de Lía,
—puedes decirles que el malhumorado Scott Miller te dijo eso.